Soldaditos
Los nacionalistas catalanes est¨¢n haciendo estudios sobre un posible Ej¨¦rcito nacional catal¨¢n
Para que las cosas funcionen bien en pol¨ªtica, sabemos todos que lo mejor es tener los n¨²meros. El debate presupuestario suele ser el m¨¢s importante en las sociedades normalizadas, porque acaba demostrando si las propuestas pol¨ªticas de quienes gobiernan son viables o no.
Los nacionalistas catalanes, que son gente pragm¨¢tica, est¨¢n haciendo ya estudios sesudos sobre c¨®mo deber¨ªa ser y cu¨¢nto costar¨ªa un ej¨¦rcito nacional catal¨¢n. De entrada, conocemos una cifra de sorprendente detallismo: las fuerzas armadas de una Catalu?a independiente las integrar¨ªan 47.696 militares, adem¨¢s de unos 70.000 reservistas. El coste anual: algo m¨¢s de 2.500 millones de euros. La entidad que ha hecho los c¨¢lculos y el dise?o es la Asamblea Nacional Catalana.
Catalu?a podr¨¢ vivir en un entorno simp¨¢tico y afable, o bien, cercada por dos grandes potencias, Francia y Espa?a
El primer paso ser¨¢ desplegar una marina que ayude a defender el Mediterr¨¢neo y, por supuesto, proteja el litoral patrio. Otra de sus posibles misiones alcanzar¨¢ incluso el oc¨¦ano ?ndico. Porque Catalu?a tendr¨¢ inevitables compromisos internacionales de apoyo a la civilizaci¨®n occidental. Para la formaci¨®n de los profesionales de esa marina se acudir¨¢ a los mejores expertos, o sea, los brit¨¢nicos.
De car¨¢cter a¨²n provisional, est¨¢n las previsiones a¨¦reas y terrestres. Y aqu¨ª pueden pasar dos cosas: o Catalu?a podr¨¢ vivir en un entorno simp¨¢tico y afable, o bien lo contrario: cercada por dos grandes potencias, Francia y Espa?a. Andorra no se considera un peligro. Construir un ej¨¦rcito convencional para tan grave amenaza no es factible. Defender las grandes ciudades, casi imposible. ?Qu¨¦ hacer entonces? Pues lo m¨¢s l¨®gico: montar un ej¨¦rcito especializado en guerra de guerrillas. Una fuerza capaz de hacerle la vida imposible al hipot¨¦tico enemigo invasor hasta que se marche extenuado.
Es de imaginar que el desarrollo futuro de estos planes se haga con la mayor profesionalidad y, desde luego, que sea minucioso. Por ejemplo, habr¨¢ que desarrollar una red de zulos donde depositar las armas que los guerrilleros necesiten. Eso contrastando con datos del censo cu¨¢les son las zonas seguras y cu¨¢les las dudosas. No es lo mismo el Empord¨¤ que Reus en cuanto al apoyo de la poblaci¨®n civil.
Porque ese es un escollo decisivo en la materializaci¨®n del plan: la relaci¨®n entre poblaci¨®n afecta y la desafecta, que en el caso de una invasi¨®n espa?ola ser¨ªa decisiva. ?Cabe, en un caso as¨ª, considerar que habr¨ªa un porcentaje de poblaci¨®n traidora a la patria catalana? Pues s¨ª, cabe, pero los estudios sobre ello a¨²n no han dado frutos publicables. El gasto en campos de concentraci¨®n ser¨ªa alto.
De planes para construir la Gran Catalu?a, que incluir¨ªa importantes territorios hoy bajo el yugo franc¨¦s, adem¨¢s de Valencia, Baleares y alg¨²n trozo de Arag¨®n, a¨²n no sabemos nada. Es posible que esa estrategia de conquista haya que dejarla para siguientes generaciones.
Y as¨ª estamos. Con un Pujol al borde del banquillo, y el desempleo y la deuda sin decrecer.
Jugando a los soldaditos.?
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