Criminal y nacionalista
El asesinato de tres j¨®venes israel¨ªes ha puesto en marcha una espiral de violencia
Benjamin Netanyahu no tuvo dudas sobre la responsabilidad del secuestro en Cisjordania de tres j¨®venes israel¨ªes el pasado 12 de junio. Lo atribuy¨® a Hamas, organizaci¨®n calificada como terrorista por la Uni¨®n Europea y Estados Unidos, y extendi¨® la responsabilidad al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, aunque el secuestro se produjo en la parte de los territorios ocupados bajo control militar de Israel, porque seg¨²n sus pesquisas los secuestradores proven¨ªan de la zona de control palestino. El primer ministro fue m¨¢s lejos, al se?alar que los secuestros eran consecuencia del acuerdo de reconciliaci¨®n entre Hamas y Fatah para formar un Gobierno de unidad palestino.
Los hechos acompa?aron en seguida a las declaraciones. M¨¢s de 400 palestinos han sido detenidos durante las operaciones de b¨²squeda de los j¨®venes secuestrados en la zona de Hebr¨®n, de donde se supon¨ªa que eran originarios los secuestradores. Como suele suceder en las operaciones militares en los territorios, cinco palestinos fallecieron por fuego israel¨ª. El objetivo declarado de los militares era aprovechar la b¨²squeda de los desaparecidos para desarticular a Hamas en Cisjordania y con ello tambi¨¦n hacer saltar por los aires el acuerdo de reconciliaci¨®n entre palestinos tal como se hab¨ªa propuesto Netanyahu.
Los llamamientos a la venganza est¨¢n funcionando en las dos direcciones
Es conocido el precio habitual de estas actuaciones. La espiral de la violencia se pone en funcionamiento autom¨¢ticamente. As¨ª es como la respuesta de los radicales palestinos no se hizo esperar, en forma de lanzamiento de cohetes desde Gaza. No era todav¨ªa nada comparado con la intensificaci¨®n de la espiral que provoc¨® el descubrimiento de los cad¨¢veres de los tres j¨®venes, el 30 de junio cerca de Hebr¨®n.
La respuesta israel¨ª fue la demolici¨®n de las viviendas familiares de los dos sospechosos del asesinato, adem¨¢s de la intensificaci¨®n reglamentaria de los bombardeos sobre Gaza. Pero m¨¢s dura ha sido la respuesta de la calle y de las redes sociales israel¨ªes y tambi¨¦n palestinas. Los llamamientos a la venganza est¨¢n funcionando en las dos direcciones, por encima de la condena formal de las autoridades israel¨ªes y palestinas de los secuestros y asesinatos atribuidos a sus respectivos radicales. Y as¨ª es como tambi¨¦n un joven palestino ha sido secuestrado a plena luz del d¨ªa en Jerusal¨¦n y asesinado inmediatamente.
Saeb Erekat, el negociador palestino, tampoco tiene dudas sobre el ¨²ltimo asesinato: es fruto de ¡°la impunidad que Israel concede a los colonos y a sus militares¡±. Si las tiene Micky Rosenfeld, portavoz de la polic¨ªa israel¨ª, y por eso declar¨® que la investigaci¨®n averiguar¨ªa si el secuestro y muerte del joven palestino era ¡°un acto criminal o nacionalista¡±, aunque a nadie atribuy¨® la responsabilidad. Supo acertar en los adjetivos, pero no en la disyuntiva: es a la vez criminal y nacionalista.?
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