Contra los paparazi, carteles solidarios
Emma Stone y Anne Hathaway se escudan de los fot¨®grafos esgrimiendo notas de apoyo a ONG
Queridos fot¨®grafos: los famosos tienen un mensaje para ustedes. Se podr¨ªa resumir en un simple ¡°d¨¦jennos en paz¡±. Pero est¨¢n encontrando f¨®rmulas m¨¢s inventivas con las que encararlo. Los ¨²ltimos en probar que se le puede dar la vuelta al acoso han sido Anne Hathaway y su marido, el actor y productor Adam Shulman. El joven matrimonio tom¨® la idea prestada de otra pareja de int¨¦rpretes, Emma Stone y Andrew Garfield.
La secuencia fue as¨ª: a mediados de junio, Garfield y Stone, que mantienen una relaci¨®n desde que se conocieran rodando The amazing Spider-Man, sal¨ªan de almorzar en Nueva York. Al comprobar que les esperaban los paparazi, decidieron cambiar el enfado por el apoyo a buenas causas. Escudaron sus caras con improvisados carteles hechos de cartones recortados y escritos con rotulador. Su mensaje: ¡°?Buenos d¨ªas! Est¨¢bamos comiendo y vimos a un grupo de tipos con c¨¢maras esperando afuera. Y pensamos: ¡®Intent¨¦moslo de nuevo¡¯. Nosotros no necesitamos esta atenci¨®n, pero estas maravillosas organizaciones s¨ª: www.youthmentoring.org, www.autismspeaks.org. Y no se olviden de: www.wwo.org, www.gildasclubnyc.org. Va por aquello que realmente importa. ?Que tengan un gran d¨ªa!¡±. El ¡°intent¨¦moslo de nuevo¡± se refer¨ªa a una ocasi¨®n anterior, en septiembre de 2012, en la que, ante la misma escena, ya esgrimieron sendos carteles de denuncia desviando la atenci¨®n a ONG.
Hathaway y su chico emularon el gesto el pasado 4 de julio al salir a pasear a los perros por Brooklyn, Nueva York. ?l se limitaba a desear una feliz festividad por esta se?alada fecha. En el cartel de la protagonista de Los miserables se le¨ªa en su propia caligraf¨ªa: ¡°Emma Stone y Andrew Garfield han tenido una gran idea. Por favor, visiten: girleffect.org, feedingamerica.org y worldofchildren.org¡±. Tres ONG dedicadas a acabar con la pobreza y la falta de educaci¨®n de chicas adolescentes, a alimentar a EE UU a trav¨¦s de bancos de alimentos y a proteger a ni?os vulnerables, respectivamente. Al d¨ªa siguiente, repet¨ªan el paseo rutinario a los perros sumando un nuevo mensaje dirigido a sus vigilantes y a potenciales espectadores: ¡°?Que tengan un buen d¨ªa!¡±.
De extenderse esta moda, a pesar de su bienintencionada actitud y sentido del humor, los famosos podr¨ªan estar provocando el efecto contrario: fomentar la persecuci¨®n cotidiana para saber con qu¨¦ nuevas proclamas pueden sorprendernos. El debate no se ha hecho esperar. Hay quien esgrime que estamos ante un contrasentido: si buscan anonimato, mejor que se dediquen a otra cosa. Otros, que supone una leg¨ªtima defensa de la privacidad. M¨¢s all¨¢ de si logran o no su cometido, estas maniobras de distracci¨®n para escapar al posado o el robado llevan a un primer plano causas humanitarias.
Lejos quedan los tiempos en los que Prince se rubricaba la palabra slave (esclavo) en la mejilla y buscaba la foto para denunciar ante el mundo que se sent¨ªa sometido por su discogr¨¢fica. Hoy, con tanto medio que alimentar d¨ªa y noche, el papel de los paparazi parece reducido a su significado primigenio (¡°mosquitos¡±, en italiano), algo que quitarse de encima a manotazos. Muchas son las celebridades que han adoptado estos modos. Solo este a?o, Alec Baldwin, Kanye West o Justin Bieber se han visto envueltos en altercados con los que les persiguen.
Shia LaBeouf, que estos d¨ªas afronta un tratamiento contra el alcoholismo tras varios desmanes p¨²blicos, se cuenta entre quienes han tomado medidas m¨¢s radicales para eludir la foto. Tras anunciar que se retiraba ¡°de toda la vida p¨²blica¡±, el pasado febrero compareci¨® en el estreno en la Berlinale de la versi¨®n ¨ªntegra de Nymphomaniac con una bolsa de papel cubri¨¦ndole la cabeza y rotulada con la frase ¡°I am not famous anymore¡± (ya no soy famoso). Mientras la lluvia de flases de esa misma alfombra roja le contradec¨ªa, su colega James Franco sal¨ªa en su defensa en un art¨ªculo en The New York Times. ¡°Aunque algunos de sus actos resulten cuestionables, como artista empatizo con su conducta. Estamos ante un joven en una profesi¨®n muy p¨²blica tratando de recuperar su imagen p¨²blica¡±. Y recordaba que LaBeouf lleva actuando desde ni?o y que ha tenido que lidiar con la misma presi¨®n del estrellato que hizo explotar a Marlon Brando o Joaquin Phoenix. Se sabe desde que la fama es fama: tras la cara de la fortuna y el ¨¦xito queda la cruz de atender la voracidad p¨²blica y medi¨¢tica.
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