Sin noticias del Plan Nacional de Derechos Humanos
Esta entrada ha sido escrita porMiguel ?ngel V¨¢zquez, del Proyecto Avizor.
Teodoro Obiang: Presidente de Guinea Ecuatorial, aut¨®crata y firme apoyo para la candidatura de Espa?a al Consejo de Seguridad de la ONU. Foto: AFP/EL PA?S.
¡°Respetar los derechos humanos¡±, eso s¨ª ¡°sin que nadie pueda dar lecciones a nadie¡±. As¨ª se expresaba el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el ¨²ltimo encuentro que mantuvo con Teodoro Obiang hace unos d¨ªas y esa parece ser su hoja de ruta en esta materia. Que nadie pueda dar lecciones a nadie. Derechos Humanos s¨ª, pero que no molesten. No se sabe si con el objeto de que no entorpezcan nuestras relaciones con determinados actores de fuera de nuestras fronteras o porque, ciertamente, el presidente del Gobierno no se siente con autoridad para que Espa?a d¨¦ lecciones en esta materia a nadie.
Extraer estas conclusiones de una simple cita descontextualizada ser¨ªa, sin lugar a dudas, osado. Sin embargo, lo que s¨ª que es m¨¢s sintom¨¢tico para afirmar algo en esta l¨ªnea es el hecho de que, a?o y medio despu¨¦s del compromiso expl¨ªcito del Gobierno ante las Cortes, todav¨ªa no exista una actualizaci¨®n del Plan Nacional de Derechos Humanos ni se tenga noticia alguna del mismo. Ni est¨¢ ni se le espera.
Un Plan Nacional de Derechos Humanos es la herramienta de la que se dotan los estados para convertir estos en un eje transversal a todas las pol¨ªticas y actuaciones del gobierno de un pa¨ªs. Una especie de gu¨ªa que vela por la coherencia entre la Declaraci¨®n Universal y lo que hace un gobierno tanto dentro como fuera de sus fronteras. Espa?a firm¨® su primer Plan en el a?o 2008 bajo el Gobierno de Zapatero, cuando s¨®lo otros 28 pa¨ªses del mundo lo ten¨ªan. Supuso un gran avance aunque pronto, con su puesta en pr¨¢ctica, resaltaron algunas carencias que merecer¨ªa la pena mejorar con una segunda versi¨®n del Plan. En especial las relacionadas con la concreci¨®n de las propuestas, los plazos, la transparencia, los indicadores de seguimiento, la rendici¨®n de cuentas y las v¨ªas de participaci¨®n de la sociedad civil, seg¨²n apuntaba Amnist¨ªa Internacional.
Fue con ocasi¨®n del debate en el Congreso de los Diputados de una Proposici¨®n No de Ley aprobada con el apoyo del Grupo Popular, que el Gobierno de Rajoy compareci¨® y se comprometi¨® p¨²blicamente a elaborar la segunda versi¨®n del plan, un II Plan Nacional de Derechos Humanos, en el plazo de 18 meses desde ese momento. Pues bien, volviendo a la afirmaci¨®n anterior, el Plan ni est¨¢ ni se le espera. S¨ª se ha realizado la evaluaci¨®n del anterior Plan, pero no hay rastro del trabajo encargado al Centro de Estudios Pol¨ªticos y Constitucionales para la elaboraci¨®n del nuevo, ni se?al de que vaya a ser presentado en breve. De hecho, el presidente de la comisi¨®n encargada de elaborarlo, dimiti¨® hace tan solo unos meses por la inactividad de la misma y la falta de impulso pol¨ªtico.
Todo esto llama especialmente la atenci¨®n en un momento en el que Espa?a ha centrado su candidatura al Consejo de Seguridad de la ONU, precisamente, en su compromiso con los derechos humanos. Podr¨ªa haber elegido las relaciones hist¨®ricas con Am¨¦rica Latina o su v¨ªnculo con el norte de ?frica y el Sahel, pero prefiri¨® enfatizar su defensa de los derechos humanos. Esta decisi¨®n, que en Naciones Unidas caus¨® estupor cuando llegaron noticias de represiones a manifestaciones dentro de nuestras fronteras, hace m¨¢s incomprensible todav¨ªa que el Gobierno no haya presionado para tener este trabajo cuanto antes.
Intentando comprender toda esta situaci¨®n, caben tres posibles lecturas. La primera de todas es, simple y llanamente, que los derechos humanos no son una cuesti¨®n relevante y prioritaria para el Gobierno. En las pr¨®ximas semanas se aprobar¨¢ el primer Plan sobre Empresa y Derechos Humanos, lo cual puede servir al Gobierno para distraer la atenci¨®n sobre la inacci¨®n en el otro frente. Sin embargo, esto no deber¨ªa ser utilizado como excusa por un pa¨ªs que pretende que su apuesta por los derechos humanos sea tomada en serio. La segunda lectura atiende a las fechas. El primer Plan se elabor¨® en el a?o 2008, justo antes del estallido total de la crisis. Quiz¨¢ los derechos humanos sean una realidad a la que se atiende cuando hay dinero, si no, pierden inter¨¦s y se desvalorizan frente a otros prioridades. La tercera lectura abre una pregunta para reflexi¨®n. A un Gobierno que reduce dr¨¢sticamente la justicia universal y la lucha contra la impunidad, que impulsa la llamada ¡®Ley Mordaza¡¯, que a?ade m¨¢s concertinas a sus fronteras, que causa alarma internacional con la represi¨®n policial de sus manifestaciones, que restringe la sanidad a las personas migrantes¡ ?realmente le interesa crear un instrumento objetivo que permita fiscalizar su actividad y le obligue a rendir cuentas anualmente ante la sociedad civil y la comunidad internacional de su cumplimiento de los derechos humanos? La respuesta, a falta de un Plan que la contradiga, est¨¢ en los silencios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.