Esther Ca?adas huye de su sombra en Ibiza
Tras anunciar su embarazo sin desvelar el nombre del padre, la exmodelo se dedica a causas humanitarias en M¨¦xico
Desapareci¨® de las portadas, de las campa?as millonarias, del papel brillante de las revistas. De las pasarelas y los backstages. De la noche y las fiestas, en las que era la reina. Desapareci¨®. Desde hace aproximadamente un lustro, el secretismo se intensifica en torno a Esther Ca?adas.
Ya apuntaba maneras. Lo anunci¨® en octubre de 1998 Enrique Cerd¨¢n Tato en este mismo peri¨®dico: ¡°El destello de la luz en los pedruscos de la Serra Grossa se sac¨® a Esther Ca?adas, una adolescente estudiante de BUP, p¨¢lida y lineal, que enlaz¨® la gloria a la sombra de un tilo en el azul ondulante de sus ojos¡±. Era el momento de la albacete?a. Acababa de cumplir 21 a?os y ya se hab¨ªa creado esa aura de misterio l¨¢nguido que la sigue envolviendo.
En enero de 2013, una mujer de melena rubia, abrigo de pa?o gris y jersey y pantalones amplios aparec¨ªa en los juzgados de Esplugues de Llobregat (Barcelona). Era ella. Pero su cambio f¨ªsico ralentiz¨® el clic acelerado de los fot¨®grafos. La cara hinchada y unos kilos de m¨¢s hab¨ªan transformado aquel cuerpo que parec¨ªa cincelado sobre el molde de una espiga. Iba a testificar en el juicio contra su exmarido, Sete Gibernau, por evadir 2,8 millones de euros durante 2005 y 2006.
Ha recuperado su figura tras superar una vasculitis, una enfermedad que le hab¨ªa obligado a tomar cortisona
Ahora, hace apenas unos d¨ªas, se la ve descansando con su recuperada figura por las playas de Ibiza. Justo despu¨¦s de dar la noticia que la vuelve a poner en el punto de mira de los que llevan tiempo preguntando por ella: va a ser madre de su primer beb¨¦.
No ha desvelado la identidad del padre. Lo que s¨ª ha explicado es el motivo de su transformaci¨®n f¨ªsica. Sufri¨® una vasculitis del sistema inmunol¨®gico ¡ªuna inflamaci¨®n de los vasos sangu¨ªneos¡ª que obliga a tomar cortisona. Estuvo medic¨¢ndose cinco a?os. Ahora, restablecida de la enfermedad, espera ¡°feliz y contenta¡± la llegada de su hijo, seg¨²n afirma su representante; que tambi¨¦n confirma la residencia actual de Ca?adas, en la costera ciudad de Puerto Vallarta, en M¨¦xico.
¡°All¨ª se dedica a un proyecto humanitario, pero no puedo contar m¨¢s¡±, explica su agente. Ha blindado su intimidad, se niega a dar entrevistas. Se admiten pocas preguntas m¨¢s sobre la dorada cimbre?a que, aunque naci¨® en Albacete, creci¨® en Alicante hasta los 14 a?os, donde no era m¨¢s que una chica delgada y con ojeras. Barcelona la acoger¨ªa durante dos a?os. Despu¨¦s, Nueva York.
La meca de las oportunidades se convirti¨® en su hogar y fue su trampol¨ªn hacia la cumbre de la moda cuando apenas hab¨ªa cumplido 18 a?os. Inici¨® el peregrinaje por otras ciudades santas de la costura: Mil¨¢n, Par¨ªs. Donna Karan se convirti¨® en una pieza clave en el engranaje de su carrera.
La dise?adora de Long Island dio algo m¨¢s que visibilidad a la vida ascendente de Esther Ca?adas Delgado en 1997. La campa?a de uno de los perfumes de la firma reuni¨® a la espa?ola, en una sesi¨®n maratoniana bajo la lente de Peter Lindbergh, con una de las sonrisas m¨¢s cotizadas de los noventa, Mark Vanderloo. El fot¨®grafo, uno de los fact¨®tum del concepto supermodelo, se lo avis¨® al holand¨¦s: ¡°Creo que te est¨¢s enamorando¡±. Y Vanderloo lo reconoci¨® el a?o pasado en estas p¨¢ginas: ¡°S¨ª, fue un flechazo¡±.
En 72 horas se hab¨ªan ido a vivir juntos. Se casaron en 1999. El amor les dur¨® un a?o m¨¢s, pero los libros de moda ya ten¨ªan para los anales a su pareja m¨¢s explosiva del cambio de siglo. Dieron lugar a conjeturas de todo tipo. Los medios hablaron sobre la coincidencia del divorcio con el final de un contrato que la marca firm¨® con la pareja. Radiografiaron la ruptura, pero nunca fue del todo posible. Vanderloo coincid¨ªa en algo con Ca?adas: a ninguno le gustaba especialmente la sobreexposici¨®n medi¨¢tica.
Siete a?os despu¨¦s, embalada con la misma discreci¨®n, la modelo se casaba por segunda vez. El Baix Empord¨¤ fue el lugar elegido para su enlace con Sete Gibernau, un 14 de abril. El a?o que dur¨® la relaci¨®n, Ca?adas se instal¨® en Espa?a. Con el divorcio, por mutuo acuerdo seg¨²n un comunicado de prensa, volvi¨® a Nueva York.
A partir de ah¨ª se ha hecho cada vez m¨¢s invisible, hasta su vuelta a Barcelona en enero de 2013 por el juicio a Gibernau, investigado por fraude fiscal. Unos meses despu¨¦s, en septiembre, apareci¨® un nuevo nombre en su vida sentimental: Vikram Chatwal, el propietario de las cadenas Dream y Night Hotels y uno de los solteros m¨¢s conocidos de Manhattan. La catedral de San Patricio en Nueva York ¡ªy unos cuantos turistas¡ª eran testigos del anillo de diamantes de 8,5 quilates que le regal¨® a Ca?adas. El compromiso dur¨® apenas unos d¨ªas. El empresario asegur¨® al New York Post que hab¨ªa sido suspendido de mutuo acuerdo. ¡°Ya no salimos y seguimos siendo amigos¡±.
Despu¨¦s, la nada. Hasta su reaparici¨®n en Ibiza hace unos d¨ªas. Su vida privada sigue a cubierto.
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