Apolog¨ªa del 'charity'
Un torneo ben¨¦fico de cr¨ªquet es el mejor decorado posible para presentar una colecci¨®n. Preg¨²ntenle a Dockers si no
Los brit¨¢nicos son los ¨²nicos que saben entregarse a sus tradiciones m¨¢s a?ejas sin que el orgullo nacional se interponga en la noble misi¨®n de pasarlo bien (pruebe a hacer una broma sobre toros a un aficionado; no saldr¨¢ bien). Esto, y su capacidad para compartir el orgullo hasta con firmas de moda de sus excolonias, es el secreto de que estas tradiciones tan antiguas tengan siempre cara de juventud. El pasado 29 de junio, el palacio de Kensington acogi¨® un charity que habr¨ªa hecho las delicias de Somerset Maugham. Con el objetivo de recaudar fondos para los veteranos de guerra, el torneo Dockers Flannels for Heroes agrupaba cuatro de los s¨ªmbolos m¨¢s caracter¨ªsticos la Commonwealth: la corona, el ej¨¦rcito, el cr¨ªquet y el kaki (el color que, en ingl¨¦s, tambi¨¦n da nombre al material del que est¨¢n hechos los pantalones chinos).
El apoyo a los militares retirados ha sido uno de los ejes de la agenda de la Familia Real Brit¨¢nica desde que el pr¨ªncipe Harry de Gales, a su regreso de Afganist¨¢n, conoci¨® de primera mano las secuelas de los conflictos b¨¦licos. El a?o pasado, el royal se uni¨® a un grupo de veteranos en una caminata por el Polo Sur organizada por Walking with the Wounded, una de las organizaciones detr¨¢s de este evento. La otra entidad es Combat Stress, que lleva casi un siglo ayudando a los veteranos del ej¨¦rcito a superar el estr¨¦s postraum¨¢tico. ?C¨®mo encaja en todo esto una marca como Dockers, un puntal del made in USA? Gracias al kaki. Dicen que este color apareci¨® por primera vez en la indumentaria cuando los soldados brit¨¢nicos, cansados de que la impoluta blancura de sus uniformes los hiciera claramente visibles en medio del desierto, probaron a te?ir sus prendas con la m¨¢s inglesa de las bebidas: el t¨¦. El resultado fue una tonalidad parda que les permit¨ªa fundirse con el paisaje y que pronto se convirti¨® en el cromatismo dominante entre soldados y funcionarios al servicio de Su Majestad.
El centro de la programaci¨®n era un partido de cr¨ªquet, claro (celebrado en una reproducci¨®n del m¨ªtico Cricket Club Hollywood, construido en los a?os 30 por el actor brit¨¢nico Aubrey Smith en un intento de replicar en la meca del cine americano el ambiente elegante de la aristocracia londinense), pero lo que resumi¨® el esp¨ªritu de la tarde fue el barniz de moda. Dockers present¨® una muestra de su colecci¨®n oto?o/invierno 2014 y, en vez de barras y estrellas, el pantal¨®n cl¨¢sico de la juventud norteamericana estaba combinado con los iconos de la Gran Breta?a: rebecas, boinas de campo y gabardinas. ?No es esto la aut¨¦ntica pax americana?
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