Bretton Woods, 70 a?os
?Qu¨¦ pensar¨ªan hoy los dise?adores del nuevo orden monetario que naci¨® tras la guerra?
Al menos cuatro a?os antes de que los aliados desembarcaran en Normand¨ªa, John Maynard Keynes y Harry Dexter White hab¨ªan convenido en la necesidad de dise?ar un nuevo orden monetario con el que afrontar la necesaria cooperaci¨®n internacional de posguerra. La conferencia constituyente se celebr¨® el 1 de julio de 1944, en la estaci¨®n de esqu¨ª de Bretton Woods, New Hampshire. Acudieron representantes de 44 pa¨ªses.
A pesar del enorme predicamento de Keynes, las propuestas que salieron de aquella conferencia fueron sustancialmente las defendidas por el t¨¦cnico del Tesoro americano. Oficializaron la supremac¨ªa de EE?UU, el fortalecimiento que la propia guerra hab¨ªa supuesto para su econom¨ªa, poseedora de dos tercios de las reservas de oro mundiales. Europa, desde luego Reino Unido, estaba literalmente destrozada. De esa reuni¨®n emergi¨® una disciplina monetaria: tipos de cambio casi fijos entre las monedas de los pa¨ªses suscriptores del acuerdo y una divisa-patr¨®n, el d¨®lar, cuya convertibilidad en oro quedaba garantizada por la Administraci¨®n estadounidense, a raz¨®n de 35 d¨®lares por onza. Y dos instituciones, el FMI, encargada de velar por el cumplimiento de esas nuevas reglas algo m¨¢s flexibles que el patr¨®n oro precedente, y el Banco Mundial, a la que se le asign¨® la financiaci¨®n de la reconstrucci¨®n: su primer pr¨¦stamo, de 250 millones de d¨®lares, en 1947, fue precisamente para Francia, el pa¨ªs que, todav¨ªa hoy, m¨¢s reticencias muestra a la hegemon¨ªa del d¨®lar.
La recuperaci¨®n europea, ?fue casi tan r¨¢pida como el aumento de los desequilibrios en la econom¨ªa americana
Los destrozos ocasionados por la guerra en las econom¨ªas europeas obligaron a aplazar la entrada en funcionamiento del nuevo sistema y a concretar un plan de ayuda a su reconstrucci¨®n, el Plan Marshall. La recuperaci¨®n europea, la evoluci¨®n favorable de sus balanzas de pagos, fue casi tan r¨¢pida como el aumento de los desequilibrios en la econom¨ªa americana, incluidos los asociados a una excesiva emisi¨®n de d¨®lares.
El 15 de agosto de 1971 el presidente Nixon anunci¨® de forma unilateral la suspensi¨®n de la convertibilidad del d¨®lar en oro. Los tipos de cambio de las principales monedas iniciaron su flotaci¨®n y el FMI trataba de resolver su crisis de identidad buscando nuevas funciones. Todav¨ªa hoy est¨¢ pendiente la adaptaci¨®n de su gobierno para dar cabida a econom¨ªas consideradas emergentes con un peso espec¨ªfico insospechado hace apenas unos a?os.
La crisis desencadenada el verano de 2007 en EE?UU y las guerras cambiarias recientes renovaron el cuestionamiento del ¡°no sistema¡± actual, al tiempo que algunos Gobiernos reclamaban un ¡°nuevo Bretton Wood¡±. No sabemos qu¨¦ pensar¨ªan Keynes y White si hoy levantaran la cabeza. El primero contemplar¨ªa c¨®mo su pa¨ªs cedi¨® definitivamente el protagonismo en las finanzas internacionales a su principal acreedor. La decepci¨®n de White, que acabo siendo v¨ªctima de la caza de brujas, no ser¨ªa menor al observar lo ocurrido en su admirada Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ambos sonreir¨ªan al verificar las reticencias francesas a la persistencia de la hegemon¨ªa del d¨®lar en la escena global.?
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