Populismo

Siempre he tenido miedo de las teor¨ªas de la conspiraci¨®n en general. Como mi profesi¨®n consiste en fabular, tengo mucha facilidad para dejarme llevar por cualquier fabulosa hip¨®tesis. Como lo s¨¦, procuro refrenar mi imaginaci¨®n, aunque en las ¨²ltimas semanas me ha resultado casi imposible. Quiz¨¢s porque, a pesar de las evidencias, me resulta muy duro aceptar que el Gobierno de mi pa¨ªs est¨¢ en manos de personas incapaces de analizar la realidad y pensar en lo que dicen.

La actitud de los dirigentes del PP contra Podemos ha superado en muy poco tiempo el nivel de ineptitud pol¨ªtica que ha convertido a Mas en el jefe de campa?a de ERC. Dejando de lado mi capacidad para ficcionar, me resulta tan inconcebible lo que estoy oyendo, lo que estoy leyendo, que he llegado a sospechar que tal vez S¨¢enz de Santamar¨ªa y Aguirre, entre otros, pretenden incentivar el voto a Podemos para despejar el panorama de la izquierda. Los novelistas sabemos hasta qu¨¦ punto es cierto que la naturaleza supera a la ficci¨®n. Por eso no es posible descartar un error de c¨¢lculo de tama?a gravedad.

Pero incluso asumiendo la ¨ªnfima calidad de nuestra clase pol¨ªtica, lo que resulta verdaderamente notable es la degradaci¨®n intelectual y moral a la que est¨¢n llegando los detractores de Pablo Iglesias. Cuando Aguirre le pidi¨® que entregara el dinero recaudado para querellarse contra ella a las v¨ªctimas del terrorismo, bati¨® todos los r¨¦cords de populismo demag¨®gico conocidos. Que despu¨¦s de eso, la vicepresidenta del Gobierno se atreva a criticar a Podemos ¡°porque dice lo que la gente quiere escuchar¡±, sonar¨ªa a chiste si no arrojara bochorno sobre el bochorno. Y eso sin contar con la falta de respeto que supone tratar a m¨¢s de un mill¨®n de votantes como si fueran tontos. Ya veremos qu¨¦ pasa cuando sean tres o cuatro. O cinco.