Sotogrande: donde el lujo se esconde
La tranquila y exclusiva urbanizaci¨®n naci¨® como ant¨ªtesis a la popular Marbella El torneo de polo atrae a Luis Alfonso de Borb¨®n y a Alejandro Agag Jaime de Marichalar y sus hijos acuden los veranos en busca de anonimato
Un pinchazo en el Rolls Royce en el que viajaban a Sevilla el pr¨ªncipe Maximiliano y su hijo Alfonso de Hohenlohe camino de Sevilla propici¨® que se desviaran hacia Marbella, un pueblo de apenas 1.000 habitantes en el que ya viv¨ªa retirado su familiar Ricardo Soriano, marqu¨¦s de Ivanrey. Los Hohenlohe compraron en 1954 una finca por 180.000 pesetas y la convirtieron en un vergel, sentando las bases de lo que pronto se convertir¨ªa en el Marbella Club. Algo parecido ocurri¨® con la vecina Sotogrande. Alfredo Meli¨¢n, Freddy, recibi¨® en 1962 el encargo de encontrar unos terrenos donde levantar una exclusiva urbanizaci¨®n. Se lo orden¨® su jefe, el coronel y financiero norteamericano Joseph McMicking, esp¨ªa durante la Segunda Guerra Mundial, con pasaporte filipino y due?o de la compa?¨ªa Ayala Corporation. McMicking, nieto de un naviero gaditano, quer¨ªa levantar un oasis de lujo en la cuenca mediterr¨¢nea, un remanso de tranquilidad para disfrute de la jet setmundial. Freddy Meli¨¢n recorri¨® en moto la costa buscando. Incluso pens¨® en comprar la isla de Formentera. Pero la casualidad le llev¨® a pararse en una finca a orillas del r¨ªo Guadiaro, en la frontera entre M¨¢laga y C¨¢diz. Ese era el lugar.
¡°Mi padre se recorri¨® media Espa?a y parte del sur de Portugal. Pero fue en la finca Paniagua donde encontr¨® todo lo que buscaban. Hab¨ªa agua por el r¨ªo, una franja de costa y estaba muy cerca del aeropuerto de Gibraltar¡±, recuerda Victoria Meli¨¢n, hija de Freddy. A la compra de esta finca se sumaron otras. McMicking y sus sobrinos, Jaime y Enrique Z¨®bel reunieron un grupo de inversores entre los que figuraban Jaime Ortiz Pati?o, el rey del esta?o; el comerciante de diamantes Phillip Oppenheimer y el director de Nestl¨¦ Helmut Maucher. As¨ª naci¨® Sotogrande.
¡°Primero mi padre levant¨® la casa y construy¨® el club social El Cucurucho. Pronto empezaron a llegar familias y el negocio y la urbanizaci¨®n despegaron", cuenta Victoria Meli¨¢n sobre los comienzos de Sotogrande. Entonces la presencia espa?ola era escasa ¡ªno como ahora¡ª. Solo acud¨ªan familias como los ?lvarez Guerra, Benjumea, Garrigues Walker o Vallejo-N¨¢gera, Z¨®bel y Meli¨¢n, emparentados entre s¨ª.
Medio siglo despu¨¦s, Sotogrande se mantiene fiel a sus esencias pese a pertenecer a la cadena NH. Mandan la privacidad, la calma y la discreci¨®n, que contrastan con la ostentaci¨®n del lujo y la animada vida social que impera en algunas zonas de la vecina Marbella, como Puerto Ban¨²s, donde rusos y ¨¢rabes exhiben sin miramientos su poder¨ªo.
Cinco campos de golf, entre ellos el afamado Valderrama, 11 canchas de polo, un centro ecuestre, un puerto deportivo, tres hoteles y unas 5.500 viviendas, entre villas, chal¨¦s y apartamentos, conforman este lujoso universo apartado del mundanal ruido donde hay censados en torno a 3.000 habitantes, pero que en verano alcanza una poblaci¨®n flotante cercana a los 27.000. Entre ellos, lo m¨¢s selecto de la aristocracia, las finanzas, el mundo de la pol¨ªtica y la empresa y el famoseo patrio.
¡°No somos ni una ciudad, ni un pueblo, somos una urbanizaci¨®n al estilo americano, en la que prima la tranquilidad. Aqu¨ª se busca la vida en familia, la pr¨¢ctica del deporte y pasar desapercibido. No hay apenas tiendas, algunos restaurantes y la vida se suele hacer en los dos clubes sociales y de puertas de casa hacia dentro. La gente no va a epatar al personal. Quien quiere fiesta escoge Marbella o Ibiza", se?ala Victoria Meli¨¢n, quien resalta que pese a su exclusividad Sotogrande no es un oasis dorado: "Aqu¨ª hay apartamentos a la venta por 300.000 euros y las casas oscilan entre los 1 y 15 millones de euros. No se alcanzan los precios que se dan en Marbella, donde se pagan hasta 40 millones¡±.
Una calma que se nota en el d¨ªa a d¨ªa y que atrae a los Bot¨ªn, Mora Figueroa, Entrecanales, s Alcocer, Villar Mir, Domecq y a algunos miembros de la Casa de Alba, como Cayetano Mart¨ªnez de Irujo y el duque de Hu¨¦scar, o a Jaime de Marichalar con sus hijos Felipe y Victoria.
Aun as¨ª, este aburrimiento es el que cada verano buscan personajes fijos de la urbanizaci¨®n, como Ana Rosa Quintana y su familia, Luis Alfonso de Borb¨®n y su esposa, Margarita Vargas, con sus hijos, a quienes suele visitar su abuela, Carmen Mart¨ªnez- Bordi¨².
M¨¢s animaci¨®n se espera desde este fin de semana, con el inicio del 43? Torneo Internacional Land Rover de Polo, en las instalaciones del Santa Mar¨ªa Polo Club. Se trata del cuarto torneo de polo m¨¢s importante del mundo, donde se dan cita m¨¢s de 130 jugadores y 1.200 caballos procedentes de 17 pa¨ªses. Un espect¨¢culo que congrega a m¨¢s de 70.000 espectadores hasta mediados de agosto. Y, como apunta la organizaci¨®n, ¡°permite conocer el verdadero estilo de vida de Sotogrande¡±.
Esta cita deportiva anima las tardes y noches. A los partidos acuden , por ejemplo, Alejandro Agag y Ana Aznar, a quienes algunos veranos han acompa?ado el expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Ana Botella, que este verano estrenan casa en la lujosa urbanizaci¨®n marbell¨ª de Guadalmina.
Otros asiduos de Sotogrande son In¨¦s Sastre, Tamara Falc¨®, Isabel Sartorius, Rafael Medina y su mujer Laura Vecino, Sarah Ferguson y sus hijas Eugenia y Beatriz de Inglaterra, Patricia Rato y sus hijas, el torero Juli¨¢n L¨®pez, el Juli y su mujer Rosario Domecq o Hubertus de Hohenlohe, entre otros muchos.
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