Putin juega con fuego
Hay que pedir cuentas al l¨ªder ruso por su pol¨ªtica de pir¨®mano irresponsable
Lo menos que puede decirse es que Putin est¨¢ jugando con fuego en el este de Ucrania.
Ha reunido y movilizado a lo peor que hab¨ªa en la regi¨®n.
Ha transformado en soldados a granujas, ladrones, violadores, exconvictos y saqueadores.
Ha dejado que esos jefes de guerra improvisados eliminen o alejen a los intelectuales, los periodistas y las personalidades morales de Donetsk y Donbass.
Ha tolerado que esos brutos que se chutan a base de vodka destruyan o transformen en cuarteles los edificios p¨²blicos, los hospitales, as¨ª como algunas escuelas y Ayuntamientos del pa¨ªs que pretend¨ªan liberar.
Ha dejado instalarse, sin calcular necesariamente ¡ª?lo cual es casi peor!¡ª que estaba perdiendo el control de las fuerzas que ¨¦l mismo desencadenara, una verdadera guerra de gangs que se han lanzado los unos contra los otros y se han apresurado a crearse sus feudos particulares en medio de una anarqu¨ªa creciente.
Pero lo m¨¢s grave es que a estos hampones sin direcci¨®n ni disciplina, a estos bestias que solo conocen la ley de la jungla y para quienes el jefe es solo un bruto un poco m¨¢s brutal que el bruto del barrio de al lado, a este ej¨¦rcito de nuevo cu?o que no ten¨ªa nada que ver con un ej¨¦rcito de francotiradores ni la menor idea de la guerra ni, a¨²n menos, leyes de la guerra, les ha dado, les ha dejado apoderarse de un arsenal aterrador que no saben utilizar y del que se sirven como si de fuegos artificiales se tratara.
El presidente ruso ha dejado apoderarse de un arsenal aterrador a un ej¨¦rcito de hampones
Sabemos que el misil suelo-aire BUK atisbado en las calles de Snijne, a 20 kil¨®metros del lugar de la cat¨¢strofe, y sin duda robado el 26 de junio del arsenal del Ej¨¦rcito regular, fue objeto, como probablemente los dem¨¢s, de una guerra de apropiaci¨®n entre bandas rivales.
No es dif¨ªcil imaginar a la banda victoriosa festejando su trofeo y jugando ¡ªcomo en una caseta de feria, pero con una escopeta con un alcance de diez mil metros¡ª a ¡°apretar el bot¨®n¡± y ver ¡°c¨®mo funciona¡±.
Tambi¨¦n podemos imaginar a los oficiales del Ej¨¦rcito ruso que el Kremlin hab¨ªa destacado para gestionar los misiles entregados a los rebeldes y hacer que estos artificieros principiantes limitasen sus blancos a los helic¨®pteros y aviones militares ucranios, superados por los acontecimientos y espantados.
Incluso podemos suponer su consternaci¨®n cuando Igor Strelkov, ese crimeo borracho de 43 a?os, autoproclamado ¡°ministro de Defensa¡± de la Rep¨²blica de Donetsk, public¨® durante la tarde del jueves un post en el que reivindicaba el crimen y que enseguida le obligaron a borrar. O cuando, al d¨ªa siguiente, empez¨® a circular, de nuevo en Internet, la imagen de una bater¨ªa BUK a la que le faltaban dos de las cuatro misiles con los que en principio est¨¢ equipada, a cinco kil¨®metros de la frontera, de camino hacia Rusia.
Pero ah¨ª est¨¢ el resultado.
Cualquiera que sea el desenlace de una investigaci¨®n pr¨¢cticamente imposibilitada por las maniobras de estos perros de la guerra sin fe ni ley que, al mismo tiempo que horrorizaban al mundo dejando los cuerpos de sus v¨ªctimas abandonados en los campos o en trenes mal refrigerados; al mismo tiempo que disfrutaban de su cuarto de hora warholiano deplorando ante las televisiones del mundo entero que los 298 muertos del avi¨®n de Malaysia Airlines hubiesen tenido el mal gusto de aterrizar (sic) sobre sus viviendas o en unas reservas de agua potable vitales para la inocente poblaci¨®n de Donetsk, arramblaban con las cajas negras, organizaban el env¨ªo a Rusia de los restos eventualmente comprometedores y, de paso, despojaban a los cad¨¢veres de sus objetos de valor. El resultado, s¨ª, ha sido esta carnicer¨ªa, este crimen de guerra, este 11 de septiembre ucranio, holand¨¦s y malasio.
Por todas estas razones, solo podemos escuchar al presidente Poroshenko ¡ªque, dicho sea de paso, durante estas terribles jornadas, ha confirmado sus cualidades: la sangre fr¨ªa, la dignidad y las dotes de mando que hab¨ªan intuido, antes de su elecci¨®n, los escasos observadores que tuvieron el privilegio de codearse con ¨¦l¡ª, cuando pide que la comunidad internacional clasifique como organizaciones terroristas a la DNR y la LNR (rep¨²blicas populares de Donetsk y Lugansk, respectivamente).
Gadafi fue marginado del mundo por financiar el atentado de Lockerbie, similar al derribo del avi¨®n malasio
No podemos sino estar de acuerdo con ¨¦l cuando, unas horas despu¨¦s de la tragedia, sin apasionamiento, sin odio ni esp¨ªritu de revancha, se?alaba al presidente Fran?ois Hollande que el difunto Gadafi hab¨ªa sido marginado de la comunidad internacional por financiar, hace 26 a?os, un atentado muy similar a este en Lockerbie, Escocia.
Ante este nuevo Lockerbie, ?podremos limitarnos a pedir a Vlad¨ªmir Putin un acceso ¡°libre y total¡± al lugar y una ¡°entera cooperaci¨®n¡± para la recuperaci¨®n de los restos? ?Tenemos derecho a no pedirle cuentas por un crimen del que, por su pol¨ªtica de pir¨®mano, irresponsable e indigna del presidente de una gran potencia, en ¨²ltima instancia es el verdadero responsable?
En estas circunstancias, es decir, mientras no d¨¦ marcha atr¨¢s en Ucrania y en Crimea, ?puede concebirse a¨²n la entrega de los dos buques de guerra de tipo Mistral prometidos por Francia, que solo esperan su desatraque en Saint-Nazaire y que ma?ana ser¨¢n los florones de su flota frente a Sebastopol y, tal vez, Odesa?
Pero la pregunta es ret¨®rica, pues, lamentablemente, la respuesta es evidente.
Bernard-Henri L¨¦vy es fil¨®sofo.
Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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