¡®Prohibido alimentar a los nativos¡¯
Las organizaciones proind¨ªgenas no consiguen eliminar los ¡®safaris humanos¡¯
Prohibido tomar fotograf¨ªas o v¨ªdeos. Prohibido dar comida o bebida a los jarawas. Prohibido lanzarles galletas o pl¨¢tanos. No interactuar con ellos. Por cartel y megafon¨ªa, el turista recibe estas advertencias en la reserva natural de las islas Andam¨¢n, en India. Los jarawas no son una especie animal. Son seres humanos; ind¨ªgenas que viven en su tierra como lo hac¨ªan siglos atr¨¢s.
Lo que sucede en las islas Andam¨¢n es lo que la organizaci¨®n Survival International denomina safaris humanos: excursiones destinadas a avistar a ind¨ªgenas en su h¨¢bitat, casi como si se tratara de animales. Junto con organizaciones locales, lleva a?os luchando por erradicarlos, pero es una pr¨¢ctica que de forma m¨¢s o menos velada se contin¨²a realizando en varios lugares del mundo. El caso de los jarawas es seguramente el m¨¢s famoso y llamativo, pero existen otros, como los mashco-piro en el parque nacional Manu, en el sureste de Per¨², o los ind¨ªgenas del valle bajo del Omo, en Etiop¨ªa.
La lucha en cada caso es distinta. En el de Andam¨¢n, bastar¨ªa con cerrar la carretera que cruza la isla a trav¨¦s de la reserva natural donde viven y poner en marcha una alternativa por mar que la rodease. Un tribunal indio dictamin¨® hace 12 a?os su clausura, pero permanece ah¨ª y no est¨¢ muy claro si se prohibir¨¢ el tr¨¢nsito. Cada d¨ªa, unas 400 personas pasan por ella, te¨®ricamente para desplazarse a parajes tur¨ªsticos. En la pr¨¢ctica, es tambi¨¦n una atracci¨®n en s¨ª misma, ya que al transitar por la v¨ªa se puede ver a miembros de esta tribu, una de las m¨¢s amenazadas del mundo, con muy poco contacto con el exterior y que cuenta solo unos centenares de personas, seg¨²n Survival.
Sophie Grig, lleva casi dos d¨¦cadas trabajando en la zona con esta organizaci¨®n, explica que los riesgos del contacto con los ind¨ªgenas son variados. El principal, en su opini¨®n, es el de la salud, ya que carecen de defensas para muchas enfermedades comunes y pueden incluso morir si las contraen a trav¨¦s del contacto con turistas. ¡°Desde hace unos a?os se ha restringido la comunicaci¨®n con ellos, las autoridades controlan de alguna forma que no suceda, antes era m¨¢s frecuente¡±, explica Grig. Los carteles que proh¨ªben fotografiarlos o darles de comer son una muestra de estas precauciones, pero a la vez ¡°animalizan a estas personas¡±, se queja. ¡°La soluci¨®n no es prohibir a los viajeros que les fotograf¨ªen, sino vetar el paso¡±, recuerda.
El documental Safari Humano, del grupo de medios VICE, muestra c¨®mo los turistas que atraviesan la carretera cuentan con orgullo a cu¨¢ntos ind¨ªgenas han localizado: ¡°He visto uno¡±. ¡°He visto cinco¡±. ¡°Iban desnudos y llevaban taparrabos¡±. Y hay casos m¨¢s extremos que llegan incluso a los abusos sexuales, seg¨²n denunci¨® el diario brit¨¢nico The Observer. Grig cuenta que la sensibilizaci¨®n de las personas que viajan es fundamental. Se ha avanzado mucho. Hasta hace unos a?os, los operadores tur¨ªsticos promocionaban directamente estos safaris. "Con la presi¨®n que hemos hecho, ahora sucede bajo cuerda, no se anuncian, pero sigue siendo un atractivo tur¨ªstico", asegura. La explicaci¨®n que encuentra a esta falta de sensibilidad es que algunos turistas los deshumanizan al considerarlos seres primitivos. "Queremos cambiar prejuicios. Son personas que ha elegido vivir a s¨ª, son felices", recalca. Survival recoge firmas para que en menos de un a?o no exista este fen¨®meno en las islas Andam¨¢n.
Documental 'Safari Humano'
A la vez, la organizaci¨®n intenta evitar que los safaris humanos se reproduzcan en otras partes del mundo. En el caso de los mashco-piro, una tribu no contactada de Per¨². Rebecca Spooner asegura que la situaci¨®n all¨ª no es tan extrema como en India, pero que tiene constancia de que numerosos turistas acuden all¨ª atra¨ªdos por la presencia de estos ind¨ªgenas. En este caso, se pueden avistar en barcas, durante una traves¨ªa en r¨ªo que pasa por la zona donde viven. "En un principio nosotros incluso trabajamos por difundir im¨¢genes de esta poblaci¨®n, ya que el Gobierno peruano negaba su existencia para poder sacar beneficios econ¨®micos del territorio. Pero una vez probada, el contacto debe restringirse al m¨ªnimo" , explica.
La forma de acercarse a ind¨ªgenas no contactados es complicada. La tesis de las organizaciones proind¨ªgenas es, en general, dejar que sean ellas las que se acerquen si quieren. Todas las que hay por el planeta son conscientes de que existe un mundo distinto m¨¢s all¨¢ del suyo y son muchas las que de una u otra forma se han integrado en ¨¦l. Lo contrario puede ser peligroso, ya que se pueden sentir agredidas e incluso atacar. Una de las pocas personas que ten¨ªa contacto con los mashco-piro, Nicol¨¢s Shaco Flores fue hallado muerto atravesado por una flecha en 2012, despu¨¦s de a?os aport¨¢ndoles comida y regalos. Las circunstancias en las que sucedi¨® no est¨¢n claras. Su amigo el antrop¨®logo Glenn Shepard, asegur¨® que el suceso confirma el deseo de la tribu por vivir sin contacto con el exterior.
Spooner recalca que, en cualquier caso, si hay acercamientos, deben ser por parte de profesionales especializados, nunca de turistas: ¡°Y jam¨¢s tratarlos como si fueran animales¡±.
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