La sexta extinci¨®n

La actividad humana no es la primera que ha causado una extinci¨®n masiva de los animales del planeta, pero ya se ha puesto a la altura de sus cinco grandes precedentes, ocurridas en los ¨²ltimos 500 millones de a?os por gigantescos meteoritos, devastadoras cadenas volc¨¢nicas o las mismas fuerzas tect¨®nicas que mueven los continentes. Ya hemos alcanzado esa capacidad destructora.

Solo desde el a?o 1500, en pleno Renacimiento, la actividad humana ha causado la desaparici¨®n de 322 especies de vertebrados terrestres, y el resto ha sufrido una reducci¨®n media del 25%, lo que supone un da?o a¨²n mayor para los ecosistemas que las extinciones, al menos a corto plazo. Y eso en lo que respecta a los animales m¨¢s pr¨®ximos a nosotros, porque los invertebrados lo llevan a¨²n peor. Los cient¨ªficos llaman defaunaci¨®n a este fen¨®meno, un t¨¦rmino nacido a semejanza de deforestaci¨®n que ha prendido entre el p¨²blico.

La defaunaci¨®n, que abarca tanto la reducci¨®n de las poblaciones locales como la extinci¨®n de especies enteras, no solo es uno de los signos visibles del efecto global de la civilizaci¨®n humana, sino que constituye en s¨ª misma un motor de ulteriores cambios ambientales. No ya la extinci¨®n, sino el mero declive de ciertas especies, altera la estructura de los ecosistemas y tiene efectos en cascada sobre procesos muy fundamentales de los que, en ¨²ltimo t¨¦rmino, depende el bienestar humano.

No es que a cierta gente hipersensible le produzca pena la desaparici¨®n de un animal simp¨¢tico; es que nos jugamos todos la vida tal y como la conocemos. Un ejemplo notable es el declive de las poblaciones de peces como consecuencia de la sobreexplotaci¨®n pesquera, que no solo tiene consecuencias dentro del mar: los pescadores tienen que viajar m¨¢s lejos, soportar condiciones m¨¢s duras y faenar m¨¢s horas para mantener sus ingresos; y est¨¢ documentado que en Tailandia se venden hombres a los barcos pesqueros, donde faenan sin recibir remuneraci¨®n alguna. En ?frica, la escasez de animales est¨¢ conduciendo a una creciente explotaci¨®n del trabajo infantil.

Vivimos en plena sexta extinci¨®n masiva de la historia de la vida animal en la Tierra. Es la primera causada por un ser inteligente. Ojal¨¢ lo fuera m¨¢s.