Osad¨ªa y cautela
Amparado en la econom¨ªa, el jefe del Gobierno elude dar las explicaciones pol¨ªticas necesarias
El presidente del Gobierno descart¨® ayer las especulaciones de los meses anteriores sobre un cambio en su equipo o el eventual anticipo de las elecciones generales. Dos negativas le bastaron para confirmar que se dispone a abordar un oto?o pol¨ªticamente caliente y un a?o de procesos electorales con la misma tripulaci¨®n y, al menos en p¨²blico, evidenci¨® muy pocos deseos de afirmar las diferencias que le separan del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y de la estrategia de los independentistas.
Editorial anterior
As¨ª, en relaci¨®n con Catalu?a, es positivo escuchar del presidente del Gobierno la confirmaci¨®n de que ha incorporado la voluntad de di¨¢logo a su habitual argumento de no negociar nada con quien no respeta la ley: por eso dice que est¨¢ estudiando el documento de propuestas concretas presentado por Mas y, al mismo tiempo, que conf¨ªa en su palabra de que no va a hacer nada ilegal.
Se supone, sin embargo, que un jefe de Gobierno democr¨¢tico no solo debe tomar decisiones, sino explicarlas a los ciudadanos. Una conferencia de prensa formal parec¨ªa el momento oportuno para hacerlo en relaci¨®n con la cuesti¨®n territorial. Rajoy desaprovech¨® la ocasi¨®n de explicar su versi¨®n sobre la conversaci¨®n mantenida con el presidente de la Generalitat, de forma que la ciudadan¨ªa solo sabe lo que cont¨® este ¨²ltimo. Tambi¨¦n se mostr¨® esquivo respecto a la idea de una reforma federal, limit¨¢ndose a indicar que nadie le ha contado proyectos de cambios constitucionales y que, si alguien lo hace de verdad, ya veremos. No menos ambiguo se mostr¨® respecto al proyecto de ley del aborto, del que dijo que contin¨²a en estudio y a la b¨²squeda de consensos. ?Corrupci¨®n? Eso es cosa de los tribunales, lo importante es que con nuevas medidas se eviten otros casos...
Por el contrario, Rajoy volc¨® todas sus reservas de energ¨ªa en la glosa de la recuperaci¨®n econ¨®mica, en este caso sin apenas cautelas. Aunque esta no le permite transmitir a¨²n el mensaje de que la crisis ha pasado para la mayor¨ªa de los espa?oles, su propensi¨®n a resaltar los aspectos m¨¢s favorables de la mejora y su ¡°r¨¢pido¡± traslado al empleo qued¨® coronada por la afirmaci¨®n de que la econom¨ªa espa?ola es una de las que m¨¢s crece en Europa. Afirmaciones de ese tenor empiezan a recordar el optimismo desbordante de su antecesor en La Moncloa. El nuevo l¨ªder del PSOE, Pedro S¨¢nchez, no desaprovech¨® la ocasi¨®n de expresar su escepticismo al respecto, pero no hay duda de que el inquilino de La Moncloa f¨ªa el ¨¦xito de su mandato a una recuperaci¨®n robusta de la econom¨ªa.
Pese al escaso espacio que los periodistas y el jefe del Gobierno concedieron a las crisis internacionales, Rajoy pidi¨® a las partes enfrentadas en Gaza que respeten ¡°ya¡± el alto el fuego demandado por la comunidad internacional y dej¨® clara la decepci¨®n por la ruptura de la tregua. Es lo menos que se puede decir, pero lo dijo.
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