Contin¨²a el descr¨¦dito
La existencia de Podemos debe ser motivo de atenci¨®n, pero no pretexto para el populismo
Podemos, la formaci¨®n revelaci¨®n de las europeas de mayo pasado, en las que roz¨® el 8% de los votos, quedando en cuarto lugar en el ranking, pr¨¢cticamente doblar¨ªa ahora ese porcentaje (hasta el 15,3%), subiendo a la tercera posici¨®n, seg¨²n la estimaci¨®n de voto realizada por el CIS en base a un sondeo realizado en la primera decena de julio. Pero si se toma como medida la intenci¨®n directa de voto, ser¨ªa ya la segunda fuerza, con el 11,9%, a nueve d¨¦cimas de la primera, el PP, y 1,3 puntos por encima del PSOE.
Ser¨ªa imprudente sacar conclusiones precipitadas de este sondeo. No solo queda mucho tiempo para las pr¨®ximas elecciones, lo que permite a los encuestados jugar m¨¢s alegremente con sus intenciones de voto, sino que fue realizado cuando el Partido Socialista se encontraba a¨²n sin l¨ªder ni proyecto. Es pronto, por tanto, para hablar del fin del bipartidismo. Como m¨¢ximo, podr¨ªa aludirse hoy a la incursi¨®n en el mapa electoral de un nuevo y peculiar actor, lo que complica las posibilidades futuras de obtener c¨®modas mayor¨ªas. Se trata, adem¨¢s, si se confirma la presencia de Podemos, de actores con muchas dificultades para pactar entre s¨ª, lo que, a su vez, puede aumentar el riesgo de ingobernabilidad.
Falta mucho para que estas dudas puedan resolverse y para comprobar si los resultados de las elecciones europeas pueden repetirse en unas generales. Pero, en todo caso, los datos que aporta el CIS deben de ser motivo de preocupaci¨®n y reflexi¨®n sobre la continua erosi¨®n de la credibilidad de los partidos tradicionales. Pese a que Rajoy ya da por casi superada la crisis, y por establecidas las bases para la recuperaci¨®n del empleo, su partido sigue, con un 30%, lejos del 44,6% que alcanz¨® en las legislativas de noviembre de 2011. Y los socialistas ni siquiera mantienen el 23% de las europeas. La encuesta, insistimos, se realiz¨® antes de la elecci¨®n de Pedro S¨¢nchez. Cabe decir que la renovaci¨®n del liderazgo era condici¨®n necesaria para detener el derrumbe, aunque no suficiente para despegar. Uno de los riesgos de este sondeo es que el ¨¦xito de Podemos (la mitad de cuyos votantes de 2014 lo fueron en 2011 del PSOE o de IU) anime a otros a imitar su radicalismo populista. La renovaci¨®n que necesita el PSOE debe de mantener un anclaje en la socialdemocracia, variable de la pol¨ªtica de izquierdas caracterizada por rasgos como la moderaci¨®n, el reformismo, el respeto a las reglas de la democracia representativa y del Estado de derecho y el rechazo de los extremismos. Si S¨¢nchez precisa de ejemplos a los que imitar, los tiene mejores en algunos pa¨ªses de la Europa m¨¢s pr¨®xima que dentro de nuestras fronteras.
Editoriales anteriores
El CIS recuerda que la preocupaci¨®n por el paro viene creciendo en paralelo a la p¨¦rdida de confianza en los pol¨ªticos; m¨¢s concretamente, en su falta de eficacia para hacer frente al deterioro de la econom¨ªa, por un lado, y a la corrupci¨®n, por otro. Aunque el paro sigue siendo la primera inquietud de los ciudadanos, la provocada por la corrupci¨®n y el fraude vuelve a subir tres puntos, los mismos que ya hab¨ªa aumentado en la anterior encuesta. Y eso sin contar el efecto del esc¨¢ndalo Pujol, conocido con posterioridad a la recogida de datos del sondeo.
Hay razones para que el desempleo siga inquietando a los ciudadanos. Es cierto que el paro registrado sigue bajando y que la Encuesta de Poblaci¨®n Activa muestra mejoras en el mercado laboral. Pero examinada con detalle, esa mejora no se traduce por el momento en bienestar social. En primer lugar, porque una parte de la reducci¨®n del paro es estacional (de hecho, el desempleo subi¨® en julio en t¨¦rminos desestacionalizados). Existe adem¨¢s una percepci¨®n colectiva muy aguda de que la mejora estad¨ªstica convive con situaciones dram¨¢ticas enquistadas, como el paro de larga duraci¨®n.
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