Una nueva esperanza para Hait¨ª
Comprendo que los haitianos esperan que su Gobierno y la ONU cumplan las promesas que se hicieron tras el terremoto
Durante una visita reciente que realic¨¦ a una comunidad rural de Los Palmas, Hait¨ª, tuve la oportunidad de conversar con familias afectadas directamente por la epidemia del c¨®lera, que aqueja al pa¨ªs desde el terremoto de 2010. Un hombre me explic¨® que la enfermedad no solo hab¨ªa causado la muerte de su hermana, sino que su suegra tambi¨¦n hab¨ªa fallecido durante su intento de llegar al hospital m¨¢s cercano durante el cual camin¨® varias horas. ?l y su esposa se hacen cargo ahora de cinco sobrinas y sobrinos que quedaron hu¨¦rfanos.
Actualmente en Hait¨ª historias como esta no son raras. En efecto, miles de personas en todo el pa¨ªs han padecido pruebas y tragedias similares.
Sin embargo, tambi¨¦n hay se?ales de esperanza. Mediante una mayor participaci¨®n de la comunidad y cambios en las pr¨¢cticas de higiene se ha eliminado el c¨®lera en Los Palmas y el pueblo vecino de Jacob ¨Cuna inversi¨®n espectacular de la situaci¨®n de hace algunos a?os¨C y se ha reducido el riesgo de contraer otras enfermedades transmitidas por el agua. Por ejemplo, una familia que conoc¨ª me mostr¨® orgullosamente un nuevo filtro de agua.
Este enfoque basado en las comunidades ser¨¢ esencial para el ¨¦xito de la campa?a de saneamiento total que el primer ministro de Hait¨ª, Laurent Lamothe, y yo pusimos en marcha en Los Palmas durante mi visita. Al alentar la inversi¨®n dom¨¦stica en letrinas higi¨¦nicas durables, proporcionar productos y servicios sanitarios mejorados a precios accesibles y garantizar que las escuelas y centros de salud tengan infraestructuras adecuadas de agua y saneamiento, la iniciativa mejorar¨¢ las condiciones de salud de tres millones de personas en zonas de alto riesgo durante los pr¨®ximos cinco a?os. Poco antes de salir del pueblo, pusimos simb¨®licamente la primera piedra de una nueva fuente de agua potable.
La campa?a es la medida m¨¢s reciente de una operaci¨®n integral apoyada por las Naciones Unidas para eliminar el c¨®lera de Hait¨ª. La ONU y el gobierno haitiano crearon recientemente un comit¨¦ de alto nivel al que se encarg¨® la implementaci¨®n de una estrategia integral que abarca todos los aspectos de la prevenci¨®n y la respuesta ente el c¨®lera, incluyendo mayor asistencia para familias y comunidades.
Adem¨¢s, el Ministerio de Salud de Hait¨ª y la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud/Organizaci¨®n Mundial de la Salud est¨¢n iniciando la segunda fase de una iniciativa de vacunaci¨®n financiada por la ONU para atender a 600,000 personas en las regiones donde persiste el c¨®lera; en los pr¨®ximos dos meses se tiene previsto vacunar a 200,000 personas y a 300,000 m¨¢s para finales del a?o. Durante la primera fase, que se realiz¨® el a?o pasado, se vacun¨® a 100,000 personas.
Estos esfuerzos ya han reducido significativamente los da?os provocados por la epidemia. Durante los primeros meses de este a?o, el n¨²mero de casos y de muertes provocadas por el c¨®lera disminuy¨® en un 75% en comparaci¨®n con el mismo periodo de 2013, con lo que se lleg¨® al nivel m¨¢s bajo desde que comenz¨® el brote.
Es cierto que en Hait¨ª sigue existiendo el mayor n¨²mero de casos probables de c¨®lera en el hemisferio occidental ¨Calgo inaceptable en un mundo con tantos conocimientos y tanta riqueza. No obstante, el pa¨ªs est¨¢ en camino del ¨¦xito. As¨ª como el c¨®lera se ha eliminado en otros ambientes dif¨ªciles en todo el mundo, tambi¨¦n puede eliminarse en Hait¨ª.
Las perspectivas de Hait¨ª tambi¨¦n est¨¢n mejorando en otras ¨¢reas, debido en parte al compromiso de la ONU con el pa¨ªs. Desde 2004, la Misi¨®n de Estabilizaci¨®n de las Naciones Unidas en Hait¨ª (MINUSTAH) ha estado trabajando para mejorar el ambiente de seguridad, apoyar los procesos pol¨ªticos, fortalecer las instituciones gubernamentales y proteger los derechos humanos. Tambi¨¦n desempe?¨® un papel fundamental en la estabilizaci¨®n y reconstrucci¨®n del pa¨ªs despu¨¦s del terremoto de 2010.
Como resultado de los esfuerzos de la MINUSTAH ¨Cy de otros organismos de la ONU¨C la situaci¨®n en materia de seguridad ha mejorado considerablemente, gracias a un poder judicial m¨¢s fuerte y a una polic¨ªa nacional m¨¢s eficiente. Mientras tanto, las tasas de inscripci¨®n para educaci¨®n primaria se han disparado del 47% en 1993 a casi el 90% actualmente.
Dada la fragilidad pol¨ªtica y social que perdura, una econom¨ªa d¨¦bil y unas finanzas seriamente limitadas, el progreso duradero de Hait¨ª dista de estar asegurado. A fin de mejorar sus probabilidades de alcanzar sus metas de desarrollo, Hait¨ª debe llevar a cabo sus planes para celebrar en unos meses elecciones legislativas y locales que se debieron realizar hace mucho, y elecciones presidenciales el pr¨®ximo a?o. Los l¨ªderes de todo el espectro pol¨ªtico de Hait¨ª deben superar sus diferencias para garantizar que el proceso electoral se lleve a cabo de manera justa, y de ese modo impulsar el Estado de derecho, proteger los derechos humanos y consolidar los cimientos democr¨¢ticos del pa¨ªs.
El apoyo sostenido de la comunidad internacional tambi¨¦n seguir¨¢ siendo esencial. Lo m¨¢s urgente es la ayuda de 2,2 mil millones de d¨®lares que necesita Hait¨ª para financiar su Plan Nacional de Eliminaci¨®n del C¨®lera de diez a?os de duraci¨®n. Hasta ahora, solo se ha movilizado el 40% de los 448 millones de d¨®lares que se deben invertir en los primeros dos a?os para alertas tempranas, respuesta r¨¢pida, agua, saneamiento y vacunas, y solo se ha comprometido el 10% del total.
El pueblo de Hait¨ª tiene toda la compasi¨®n y la firmeza que se necesitan para superar la epidemia de c¨®lera y lograr un desarrollo econ¨®mico incluyente. Sin embargo, la comunidad internacional ¨Cen particular las instituciones financieras internacionales que trabajan en la regi¨®n¨C deben asumir su responsabilidad y apoyarlo.
Me conmovi¨® profundamente la hospitalidad y la compasi¨®n de que fui testigo en Los Palmas. No obstante, tambi¨¦n comprendo que los haitianos esperan que su gobierno y la ONU cumplan las promesas que se hicieron ese d¨ªa. Si todos hacemos nuestra parte, podemos dar a los haitianos el futuro m¨¢s sano pr¨®spero que se merecen.
Ban Ki-moon es Secretario General de las Naciones Unidas.
Traducci¨®n del ingl¨¦s Kena Nequiz
Copyright: Project Syndicate, 2014.
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