Enrique de Inglaterra recuerda los horrores vividos en Afganist¨¢n
¡°Fue algo para lo que nunca estuve preparado¡±, escribe el pr¨ªncipe en una carta publicada en un medio brit¨¢nico
Cuando Enrique de Inglaterra evoca los horrores vividos por los soldados patrios en la guerra de Afganist¨¢n, con el objetivo de auspiciar un torneo paral¨ªmpico de veteranos en Londres, casi nadie osa rechistarle la causa. Pero cuando uno de los queridos nietos de Isabel II, el cuarto en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono, publica una carta en la prensa brit¨¢nica sobre su propia y tr¨¢gica experiencia en combate ¨Creciclada en reportaje por el Sunday Times- hasta el sector m¨¢s promon¨¢rquico atisba una operaci¨®n de relaciones p¨²blicas. El d¨ªscolo Enrique intenta redimirse ante la opini¨®n p¨²blica por en¨¦sima vez, cual soldado que ha atestiguado de primera mano ¨Caunque fuera altamente protegido a tenor de su estatus- el sufrimiento de sus colegas en armas.
Probablemente lo consiga, porque el hijo menor del pr¨ªncipe Carlos y la fallecida Diana de Gales, siempre ha encarnado con todas sus debilidades ese toque humano del que han adolecido los Windsor, incluido su hermano Guillermo, tan correcto y apuesto ante las c¨¢maras como en el fondo distante. ¡°Nunca hab¨ªa visto algo as¨ª de primera mano, las lesiones causadas en gran parte por artefactos explosivos improvisados¡±, escribe Enrique en una misiva que quiere resumir las dos tandas en las que sirvi¨® para el ej¨¦rcito brit¨¢nico en Afganist¨¢n: la primera, en 2008, tan publicitada que oblig¨® a evacuarlo anticipadamente de la zona ante los temores por su integridad f¨ªsica; la segunda, a finales de 2012, al mando de un helic¨®ptero Apache cuyas operaciones no trascendieron hasta concluida la misi¨®n.
De esta ¨²ltima experiencia y una vez cumplidas sus obligaciones militares, quemando discotecas y novias al paso, el pr¨ªncipe relata: ¡°La p¨¦rdida de la vida es tan tr¨¢gica y devastadora de por s¨ª, pero ver a j¨®venes, mucho m¨¢s j¨®venes que yo, envueltos en pl¨¢stico y sin extremidades, con cientos de tubos saliendo de ellos, fue algo para lo que nunca estuve preparado¡±. Enrique cumplir¨¢ los 30 a?os coincidiendo con la celebraci¨®n de los llamados Invictus Games, un torneo paral¨ªmpico en el que participar¨¢n soldados brit¨¢nicos, estadounidenses, canadienses, incluso iraqu¨ªes y afganos -lo que la organizaci¨®n denomina ¡°fuerzas aliadas¡±- en nueve disciplinas deportivas, desde el arco hasta el baloncesro en silla de ruedas.
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