Erradicar el horror
El atroz asesinato de un periodista evidencia el reino de terror que impone el Estado Isl¨¢mico
Parec¨ªa dif¨ªcil que despu¨¦s del aluvi¨®n de im¨¢genes y v¨ªdeos difundidos en Internet con las atrocidades cometidas por radicales islamistas en Siria e Irak, un nuevo v¨ªdeo convulsionara a los ciudadanos y Gobiernos de Occidente. Y sin embargo, as¨ª ocurri¨® ayer. Las im¨¢genes del sangriento degollamiento y decapitaci¨®n del periodista estadounidense James Foley, secuestrado en Siria en 2012, han elevado un pelda?o m¨¢s el grado de salvajismo p¨²blico del que hace gala la milicia del Estado Isl¨¢mico.
Es esa una organizaci¨®n cuyo embri¨®n hay que buscar en la resistencia sun¨ª a la intervenci¨®n militar norteamericana en Irak entre 2003 y 2011. Ante la pasividad del gobierno chi¨ª de Nuri al Maliki, los yihadistas cruzaron la frontera al este, a Siria, donde se sumaron a la causa rebelde contra la dictadura de Bachar el Asad. Fagocitaron a los opositores y debilitaron hasta la inanici¨®n a las facciones moderadas y seculares, reforzando, finalmente, al d¨¦spota en Damasco, a quien ahora Occidente ve, con recelo, como el menor de dos grandes males. Desde Siria, la milicia ha regresado a Irak, en sucesivos levantamientos que han arrastrado, de nuevo, a EE?UU a la zona, con bombardeos limitados en el norte del pa¨ªs.
Editoriales anteriores
El Estado Isl¨¢mico ha declarado un califato en los territorios que ahora controla en Irak y Siria, y ha llamado a todos los musulmanes a levantarse en armas contra Occidente y sus aliados. En sus dominios ha perpetrado todo tipo de atrocidades, desde ejecuciones sumarias en masa a asesinatos de ni?os y mujeres, adem¨¢s de decapitaciones y otras mutilaciones. Por hacer, ha hecho hasta crucifixiones p¨²blicas en un intento de sembrar el terror entre las minor¨ªas cristianas. Casi todos estos excesos han sido documentados por c¨¢maras y tel¨¦fonos m¨®viles, y luego han sido debidamente difundidos en Internet a trav¨¦s de los foros yihadistas y las redes sociales.
Con el v¨ªdeo difundido el martes, sin embargo, han ido un paso m¨¢s all¨¢, y han recordado a Occidente que en su campa?a extremista no conocen l¨ªmite alguno, incluido el de ejecutar a sangre fr¨ªa a un profesional como Foley, que entreg¨® su vida a informar de los conflictos en la zona. Los yihadistas tienen cautivos a decenas de periodistas. Uno de ellos, Steven Joel Sotloff, es norteamericano. El verdugo del v¨ªdeo amenaza con matarle tambi¨¦n si EE?UU no deja de bombardear en Irak. Aquello dignific¨® a¨²n m¨¢s si cabe la contundente respuesta de Obama, quien dijo que no negociar¨¢ con unos extremistas que no pertenecen al siglo XXI.
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