Escurridizo consenso en Irak
El nuevo Gobierno iraqu¨ª debe buscar un acuerdo entre todos los grupos religiosos y ¨¦tnicos
Despu¨¦s de semanas de alarma ante el avance rel¨¢mpago de un brutal grupo yihadista internacional en Irak, el pa¨ªs, que teme por su propia existencia, ha obtenido un peque?o respiro. Volviendo a Irak, EE?UU ha incrementado los ataques a¨¦reos contra los yihadistas del autoproclamado Estado Isl¨¢mico. Al menos por ahora, Erbil, la capital de la norte?a regi¨®n kurda rica en petr¨®leo, parece a salvo y el grupo conocido como EI ha sido expulsado de la estrat¨¦gica presa de Mosul.
Igualmente importante ha sido el cambio pol¨ªtico en Bagdad, donde Nuri al Maliki, el aut¨®crata primer ministro ch¨ªi, ha aceptado retirar su candidatura para un tercer mandato. Ha sido sustituido por Haider al Abadi, un pragm¨¢tico aunque biso?o pol¨ªtico ch¨ªi que es considerado m¨¢s aceptable por las minor¨ªas kurda y sun¨ª del pa¨ªs (...)
La agenda sectaria de Al Maliki y su concentraci¨®n de poder en el cargo de primer ministro contribuy¨® en gran medida a la alienaci¨®n de los sun¨ªes y a la decisi¨®n de sus l¨ªderes tribales de permitir, cuando no asistir, a la campa?a militar de EI. La monopolizaci¨®n de poder chi¨ª tambi¨¦n llev¨® a los kurdos a preguntarse con mayor insistencia si su enclave semiaut¨®nomo debe seguir siendo parte de Irak. (...)
La salida de Al Maliki era un paso necesario para revertir la desintegraci¨®n de Irak, pero su sucesor se enfrenta a una tarea monumental. Necesita el consenso suficiente para formar un Gobierno a corto plazo y, m¨¢s fundamental, un acuerdo entre las principales comunidades para asegurar la supervivencia del pa¨ªs a largo plazo.
Londres, 20 de agosto.
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