¡°Una vez m¨¢s, los ni?os est¨¢n siendo los m¨¢s afectados¡±
Algunos de los j¨®venes que han superado el ¨¦bola no pueden volver a casa Las familias piensan que siguen contagiando
La poblaci¨®n de Sierra Leona est¨¢ viviendo este brote de ¨¦bola con mucho miedo y nerviosismo. Mucho m¨¢s desde la llegada del virus a Freetown, la capital, donde vive un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs. La polic¨ªa y los militares est¨¢n haciendo chequeos casa por casa y, si encuentran alg¨²n caso, lo llevan a un centro para mantenerlos en cuarentena. Los enfermos tienen miedo de ir a los hospitales y centros de salud, ya que enfermeras y doctores est¨¢n infectados.
Desde que empez¨® el brote de ¨¦bola, los misioneros salesianos y los empleados de Don Bosco Fambul en Freetown y del resto de misiones en Sierra Leona (Lungui y Bo) hemos incrementado las actividades en el campo de la prevenci¨®n y el cuidado de la salud. As¨ª, pronto comenzamos a realizar campa?as de sensibilizaci¨®n sobre la enfermedad, sus s¨ªntomas y c¨®mo se contagia. Esta r¨¢pida respuesta fue posible gracias al gran prestigio que la instituci¨®n tiene entre la poblaci¨®n, pero tambi¨¦n por el gran trabajo ya realizado por los servicios de asistencia. Hoy el trabajo de prevenci¨®n est¨¢ siendo sustituido por servicios de terapia y ayuda social.
Una vez m¨¢s, los menores est¨¢n siendo particularmente afectados por esta epidemia. Muchos ni?os han perdido a sus padres y algunos j¨®venes que han conseguido superar la enfermedad no pueden volver a sus casas. Las familias est¨¢n muy asustadas y piensan que los chavales pueden seguir contagiando a otros miembros de la familia y de la comunidad. En algunas ¨¢reas, hay una fuerte creencia en la brujer¨ªa y eso hace que el regreso de estos j¨®venes y ni?os sea casi imposible. Las familias les rechazan y les proh¨ªben la entrada en el hogar. Para los ni?os y j¨®venes que lo sufren, la experiencia es muy traum¨¢tica.
Estos menores se quedan en la calle cuando necesitan cuidados especiales y el cari?o de sus familias. No podemos permitirlo. Por ello, en Don Bosco Fambul, hemos abierto un centro de intervenci¨®n de crisis donde damos atenci¨®n a los j¨®venes y ni?os enfermos y tambi¨¦n trabajamos con las familias para que no se produzca el rechazo. No tenemos grandes recursos, pero por ahora, todo va bastante bien.
Los misioneros salesianos en Sierra Leona seguimos haciendo un gran esfuerzo en el ¨¢rea de la sensibilizaci¨®n y la prevenci¨®n. Por ejemplo, nuestra l¨ªnea para menores en riesgo Don Bosco Child Line est¨¢ recibiendo una media de 200 llamadas diarias donde se da informaci¨®n sobre el ¨¦bola y medidas de prevenci¨®n. Lo normal es que esta l¨ªnea reciba en torno a 50 llamadas al d¨ªa. Tambi¨¦n estamos realizando campa?as puerta a puerta para informar a la poblaci¨®n sobre los s¨ªntomas y las medidas de protecci¨®n que deben tomar. Con las escuelas y los mercados cerrados, los miembros de Don Bosco Fambul estamos saliendo a la calle para ayudar en la prevenci¨®n y tratar de contener los casos de contagio. Tambi¨¦n nuestro autob¨²s de asistencia a menores en las calles est¨¢ ahora realizando labores de sensibilizaci¨®n sobre este virus letal.
La l¨ªnea de tel¨¦fono para menores en riesgo est¨¢ recibiendo una media de 200 llamadas diarias
Hemos distribuido entre los hospitales cercanos term¨®metros infrarrojos y guantes. Intentamos hacer todo lo posible con la ayuda que nos llega y, hoy, la prioridad es controlar esta epidemia. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil encontrar cloro y el que hay es car¨ªsimo. Su precio se ha multiplicado por siete y 50 litros de cloro puede llegar a costar 700 d¨®lares. Es importante, adem¨¢s, que hagamos entender que las necesidades son muchas hoy y lo seguir¨¢n siendo en el futuro. Las empresas internacionales han cerrado, mucha gente ha dejado de ir a cultivar los campos y las cosechas est¨¢n sin recoger. As¨ª, los precios de los alimentos est¨¢n subiendo poco a poco, pero sin parar. Para muchas familias es ya dif¨ªcil conseguir alimentos. Por ejemplo, en la misi¨®n de Lungui, todos los d¨ªas hay 15 personas que nos piden ayuda para comprar alimentos para poder dar de comer a sus hijos.
Las medidas de seguridad proclamadas por el Gobierno se quedan en papel mojado y la poblaci¨®n no las cumple. Ni los militares ni la polic¨ªa est¨¢n consiguiendo calmar la situaci¨®n y la poblaci¨®n est¨¢ llegando a situaciones de p¨¢nico. La epidemia de ¨¦bola nos devuelve a los tiempos de la reconstrucci¨®n tras la guerra. Seguro que nos mantendr¨¢ ocupados durante mucho tiempo.
Lothar Wagner es misionero salesiano y director del centro Don Bosco Fambul de Freetown, donde atienden a ni?os y ni?as en situaci¨®n de riesgo.
Sergej Goman es misionero salesiano y director del centro juvenil en la misi¨®n de Lungui.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.