Una soldado honrada
Soy comandante del Ej¨¦rcito de Tierra y marido de la capit¨¢n Zaida Cantera ¡ªv¨ªctima de acoso desde hace m¨¢s de seis a?os por mandos del Ej¨¦rcito¡ª y querr¨ªa realizar algunas precisiones a la carta que Diego Maz¨®n public¨® el 6 de agosto:
Que la capit¨¢n sufri¨® un hostigamiento sexual y laboral por parte del coronel Isidro Lezcano-M¨²jica y que la pasividad de algunos mandos conocedores de lo sucedido facilit¨® que la capit¨¢n continuara padeciendo los actos de humillaci¨®n y envilecimiento est¨¢ judicialmente probado.
Que a partir de la condena del citado coronel, a la capit¨¢n se le denegaran sus vacaciones anuales alegando necesidades para la defensa nacional, que pasara de tener un expediente brillante a recibir evaluaciones deficientes o que fuera acusada de dos faltas graves (castigadas con hasta dos meses de arresto) y un delito por deslealtad (penado con hasta seis a?os de prisi¨®n) har¨ªa intuir a cualquiera una presunta persecuci¨®n.
Lo m¨¢s lamentable no es que el Ej¨¦rcito esconda sus miserias permitiendo que los cooperadores del primer juicio y que presuntos acosadores como el coronel Villanueva Barrios y el general Pardo de Santayana sigan ocupando los m¨¢s altos puestos de la instituci¨®n (que lo es), sino que los responsables de la pol¨ªtica de personal de Defensa sean mujeres y asuman un perfil indiferente ante un tema tan grave. Ni la subsecretaria, Irene Dom¨ªnguez-Alcahud, ni la directora general de Personal, Adoraci¨®n Mateos, se han molestado en obtener la versi¨®n de la capit¨¢n ni en resolver un problema que lleva siendo p¨²blico m¨¢s de dos a?os.
Otro ejemplo de falta de rigor es la carta del director de Comunicaci¨®n de Defensa, de la que se desprende un profundo desconocimiento del caso y de la legislaci¨®n vigente. Lo responsable es investigar y contrastar antes de sentar c¨¢tedra, sobre todo cuando la interesada, como militar en activo, tiene seriamente limitada su libertad de expresi¨®n.
Espa?a merece un ministerio y unos militares ¨ªntegros porque, como dice P¨¦rez-Reverte, ¡°no hay nada m¨¢s digno de respeto que un soldado honrado, ni nada m¨¢s despreciable que uno que no lo es¡±.¡ª Jos¨¦ L¨®bez Cuadrado.
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