Donde la cultura pierde su casto nombre
Si algo ha confirmado la gala de premios de MTV es que el trasero femenino se ha convertido en el protagonista de los ¨²ltimos a?os
Existe un arco narrativo que va desde aquel c¨¦lebre twerking de Miley Cirus en los premios MTV a los mejores v¨ªdeos musicales de 2013 junto a Robin Thicke, en el que la artista puso de moda el agitar el trasero como si fuera una turbina, y que culmina con la celebraci¨®n de anoche, donde se coronaron las santas posaderas de la reina Beyonc¨¦. Es un arco que habla de c¨®mo la cultura pop se ha ido obsesionando, en los ¨²ltimos a?os, con las nalgas femeninas. Como las que propulsaron a Miley hasta ser n¨²mero uno de ventas y, en consecuencia, provocaron que la atenci¨®n medi¨¢tica musical se centrara en el meneo de coxis del mundo entero. Y as¨ª, hemos llegado a galas como la de anoche, donde se confirm¨® que el centro del universo este a?o est¨¢ donde la espalda pierde su buen nombre.
Ir¨®nicamente, el trasero se consideraba, en ciertos rincones de la prensa cultural o musical, como ¨²ltimo rasgo f¨ªsico racial en el cada vez m¨¢s homog¨¦neo universo del pop. Hoy, sin embargo, en d¨ªa un atributo sin¨®nimo de visibilidad en la caprichosa alfombra roja del show business. As¨ª lo dej¨® por sentado Jennifer L¨®pez cuando hizo de sus asentaderas santo y se?a y su bien m¨¢s preciado y se asegur¨® los gl¨²teos en cuatro millones de d¨®lares.
Quiz¨¢ en lo que llevamos de 2014 hayamos ya sobrepasado el cupo y las listas sobre qui¨¦n luce los mejores gl¨²teos empiezan a ahogarnos. Con el auge de famosas y artistas cuyas posaderas llaman m¨¢s la atenci¨®n que sus otros talentos, mucho culo comienza a ser ya una desmesura. Pensamos en Kim Kardashian y sus implantes, tambi¨¦n en la socialite Amber Rose, pero tambi¨¦n en el reciente caso de la Spider-Woman de Milo Manara.
Ni el cine ni las redes sociales se libran de ejemplos, pero la ceremonia de premios MTV de anoche fue lo m¨¢s parecido a la gran comitiva del trasero en el mundo de espect¨¢culo que ha tenido lugar hasta el momento. ¡°El twerking, lo he dejado¡±, anunci¨® Miley Cyrus al aparecer en escena, advirtiendo al personal que no pensaba repetir el numerito de la edici¨®n anterior con el que sac¨® los colores incluso a la desvergonzada Rihanna y que le ha ayudado a que su v¨ªdeo Wrecking Ball sea el m¨¢s visto del a?o con casi 700 millones de visitas en YouTube.
Poco importaba que anoche fuera m¨¢s recatada porque para sustituir posaderas en directo nadie como Nicki Minaj, cuyo rotundo trasero en directo sorprendi¨® hasta a Rita Ora. Minaj, adem¨¢s, estaba de celebraci¨®n pues el clip de Anaconda ha superado al citado de Cyrus en visionados en ese canal de v¨ªdeo online: hasta 19,6 millones de visitas en apenas un d¨ªa. El tama?o s¨ª vuelve a importar en el que es s¨®lo la ¨²ltima batalla en su peculiar duelo de traseros al aire: cuando Minaj hizo p¨²blica la portada de su nuevo disco luciendo gl¨²teos hinchados, aparte de ser objeto de mil y un memes, Cyrus le dio la r¨¦plica copiando misma pose y mismo tanga de hilo.
Por fortuna, no s¨®lo de Anacondas y twerking se aliment¨® la gala, ya que tambi¨¦n cont¨® con otras tantas estrellas que presumen de derri¨¨re: faltaba Lady Gaga, pero Iggy Azalea y Rita Ora, cachete con cachete y caderas al un¨ªsono, llenaron el vac¨ªo de la m¨¢s excentrica de las pop stars y se hicieron un buen sitio en el escenario de la gala; e incluso tambi¨¦n lucieron cantantes que aprovechan el tir¨®n medi¨¢tico del culo para presumir de lo contrario: Taylor Swift se plant¨® dispuesta a defender su nuevo hit Shake It Off, en cuyo v¨ªdeoclip parodia el perreo y de paso trata de re¨ªrse de s¨ª misma por no poseer un atributo que parece indispensable si se quiere triunfar en el papel cuch¨¦. Swift lo sabe bien: el culo vende, aunque sea bromeando sobre ello.
Sin embargo, la gran reivindicaci¨®n en ese carnaval de curvas de anoche vino, c¨®mo no, por parte de la reina Beyonc¨¦, reclamando su lugar en el extenso campo de gl¨²teos que se ha convertido hoy la m¨²sica. Su pose no deja lugar a ambig¨¹edades: en un momento de su actuaci¨®n de 20 minutos, que clausuraba la ceremonia de premios, apareci¨® erecta y en el centro de un escenario rodeada de las nalgas doradas de las bailarinas que la acompa?aban, para pocos segundos despu¨¦s girarse de espaldas al p¨²blico y ofrecer victoriosa su derri¨¨re a los congregados y al mundo entero. No hay otra estrella del pop que pueda con ella, ni tampoco con su figura en escorzo. Quiz¨¢ en el futuro se pueda hacer mejor, con un n¨²mero m¨¢s sofisticado, pero para batirla no s¨®lo sirve que el culo de la adversaria sea m¨¢s grande.
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