Guerras
El conflicto armado siempre es enorme, la miseria nunca es peque?a, por eso hacen tan buena pareja
¡°La guerra ha comenzado, / lejos ¡ªnos dicen¡ª y peque?a / ¡ªno hay por qu¨¦ preocuparse¡ª, cubriendo / de cad¨¢veres m¨ªnimos, distantes territorios, / de cr¨ªmenes lejanos, de hu¨¦rfanos peque?os...¡±, ?ngel Gonz¨¢lez, ni?o de la guerra, educado en el miedo de su madre a todas ellas y en la tragedia que la de Espa?a supuso para su familia, escribi¨® estos versos en la d¨¦cada de 1960 bajo el impacto de las noticias de Vietnam. Hoy, cuando otras guerras lejanas incrementan a diario un monstruoso saldo de cad¨¢veres m¨ªnimos y hu¨¦rfanos peque?os, recuerdo sus versos. Los civiles gazat¨ªes bombardeados, las v¨ªctimas propias y ajenas de la yihad, las nuevas y antiguas matanzas en Siria, la escalada ucrania y tantas otras que ya no son noticia pero siguen desangrando implacablemente a la poblaci¨®n de los Estados fallidos africanos, ofrecen un contrapunto macabro a la sordidez de nuestros propios problemas, tan dif¨ªciles de asumir a¨²n para nosotros como incomprensibles eran las bombas de napalm para los espa?oles de 1967. ?Qui¨¦n se preocupa de los cad¨¢veres m¨ªnimos, de sus peque?os hu¨¦rfanos, cuando cualquier aut¨®nomo que se equivoca de casilla al hacer la declaraci¨®n se encuentra una paralela a la vuelta de la esquina, y al d¨ªa siguiente se entera de que los delitos fiscales de los Pujol Ferrusola han prescrito ya? Los espa?oles necesitamos nuestra compasi¨®n para nosotros mismos, lo s¨¦, nuestra solidaridad para nuestros vecinos, nuestros ahorros para los hermanos que tenemos en el paro. Y sin embargo, la coincidencia entre el s¨²bito auge de los conflictos armados y el brutal deterioro de las condiciones de vida en pa¨ªses como el nuestro podr¨ªa ser algo m¨¢s que un tema para un poema. Las guerras siempre son enormes, la miseria nunca es peque?a, y por eso hacen tan buena pareja. Merece la pena pararse a pensarlo.
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