Este es el futuro de la moda espa?ola
Por primera vez, el sector se apoya en el hombre como trampol¨ªn para su ¨¦xito. Y estos siete dise?adores se han tirado de cabeza
"?No me hables de certificados de seguridad!¡±. Cuando siete dise?adores de moda coinciden en una sesi¨®n fotogr¨¢fica, lo previsible es o¨ªrles hablar de colecciones, campa?as, tejidos, clientes. Incluso de celebridades. Pero no de inform¨¢tica. Y contra todo pron¨®stico, ese es el tema de conversaci¨®n m¨¢s recurrente durante la tarde en que reunimos a Baruc Coraz¨®n, Manuel Garc¨ªa, Ion Fiz, Mar¨ªa Rosenfeldt, Jacobo Salvador, Juan Carlos Morante y Eduardo Rivera, que coincide con un momento en que varios de ellos est¨¢n lanzando, redise?ando o actualizando sus tiendas online.
La necesidad de un programador web solvente no es lo ¨²nico que los une. A pesar de pertenecer a generaciones distintas y de desarrollar lenguajes estil¨ªsticos dispares, todos ellos hacen moda masculina que, de un modo u otro, redefine y reformula los c¨®digos de la sastrer¨ªa cl¨¢sica. Todos fundaron sus empresas hace menos de 15 a?os. Todos huyen de la figura del dise?ador estrella. Y todos son parte de una inesperada edad de oro de la moda masculina que podr¨ªa hacer realidad eso que llevamos d¨¦cadas persiguiendo: la internacionalizaci¨®n del dise?o espa?ol y, lo que es a¨²n m¨¢s importante, la consagraci¨®n dentro de nuestro propio territorio.
Mi generaci¨®n estaba obsesionada por los desfiles. Hemos tenido que aprender que lo importante es la colecci¨®n y el valor de cada prenda Ion Fiz
¡°Hay que vivir de esto y defender que una marca puede ser rentable y tener algo que contar¡±, afirma Manuel Garc¨ªa, que este mes cumple ocho a?os al frente de Garc¨ªa Madrid. ?l y su socio decidieron prescindir de la progresi¨®n habitual en la industria ¨Cprimero desfilar y despu¨¦s, si acaso, vender¨C y abrieron una tienda en el madrile?o barrio de Malasa?a. Tras un segundo local en la capital, ahora inauguran su primer establecimiento en Santiago de Chile gracias al apoyo de socios locales. ¡°Hemos crecido a pulm¨®n y sin cr¨¦ditos¡±, afirma Garc¨ªa, que sigue atendiendo personalmente cada d¨ªa a sus clientes. ¡°Parte del p¨²blico viene porque sabe que estar¨¦ yo cogi¨¦ndole los alfileres¡±. Su propuesta recrea los cl¨¢sicos de la moda masculina en clave slim, con precios razonables y una paleta crom¨¢tica que marca cierta distancia respecto a la tradici¨®n. Garc¨ªa ha dado con un nicho comercial con l¨ªmites muy definidos, pero de vez en cuando da acelerones para no dormirse al volante. Este verano present¨® una falda para hombre y, contra todo pron¨®stico, fue un ¨¦xito.
¡°La sastrer¨ªa y la camiser¨ªa son perfectos para experimentar¡±, asegura Mar¨ªa Rosenfeldt, fundadora junto con Jacobo Salvador de la marca Herida de Gato, cuando se le pregunta sobre, si a estas alturas, a¨²n se puede redise?ar una camisa. Su llegada a la moda, el a?o pasado en El Ego, la pasarela joven asociada a Cibeles, fue tempestuosa y muy medi¨¢tica, con un irreverente desfile-espect¨¢culo inspirado en los gitanos centroeuropeos (cabra incluida). Tras la deflagraci¨®n grunge inicial, su tercera colecci¨®n sorprende por el depurado sentido de la deconstrucci¨®n que subyace a chaquetas, pantalones y camisas sin distinci¨®n de sexo. Los jovenc¨ªsimos Mar¨ªa y Jacobo empezaron rob¨¢ndose mutuamente la ropa y han terminado dise?ando prendas unisex, ¡°pero unisex de verdad¡±, recalcan. Acuden a la ropa deportiva para encontrar prendas, tejidos y acabados t¨¦cnicos. Una vez superada la ¡°desfilitis¡±, la producci¨®n y distribuci¨®n de las colecciones ocupa todo su tiempo. ¡°No sirve de nada que Lady Gaga se ponga algo tuyo si luego el cliente no sabe d¨®nde comprarlo¡±, advierte Jacobo.
No est¨¢n solos en su apuesta. La idea de dise?ar prendas aptas para ambos sexos es uno de los tres pilares ¨Clos otros son la atemporalidad y la universalidad¨C de Baruc Coraz¨®n. A diferencia de Herida de Gato, que debutaron con 22 a?os, cuando este madrile?o cre¨® su marca, en 2006, ya hab¨ªa pasado por Londres y hab¨ªa trabajado para Jes¨²s del Pozo. Hoy, su se?a de identidad sigue siendo una camisa que tuvo entre sus clientes m¨¢s tempranos a Daniel Barenboim o Catherine Deneuve, y que ¨¦l define como ¡°una prenda con filosof¨ªa¡±. Tambi¨¦n con patente: desde 2009, su cuello sin solapas y peque?as trabillas es una de las pocas creaciones textiles espa?olas registradas legalmente. El estilo de sus caftanes, camisas, chaquetas y pantalones apunta a alg¨²n lugar entre lo minimalista y lo mediterr¨¢neo. Su esp¨ªritu siempre es funcional: ¡°Hay que dise?ar desde cero y sin olvidar la raz¨®n de cada elemento¡±, explica. Coraz¨®n no presenta colecciones estacionales, sino c¨¢psulas inspiradas en lugares. Desde que cerr¨® su tienda en Madrid, vende en puntos internacionales y, sobre todo, en pop-up stores que le permiten mantener el contacto directo con sus clientes.
Es in¨²til que Lady Gaga lleve tu ropa si luego el cliente no la encuentra
Jacobo Salvador
A Ion Fiz, la crisis vivida por el sector a finales de la d¨¦cada pasada le oblig¨® a cambiar de mentalidad y replantear su negocio. El suyo es un relato com¨²n a sus coet¨¢neos, quienes debutaron hace unos diez a?os: las tiendas multimarca, que hasta entonces hab¨ªan sido una fuente importante de ingresos, dejaron de ser rentables. Las prioridades cambiaron. ¡°Mi generaci¨®n estaba obsesionada por los desfiles¡±, afirma. ¡°Hemos tenido que aprender que lo importante es la colecci¨®n y el valor de cada prenda¡±. Fiz introdujo su l¨ªnea masculina hace ya una d¨¦cada, y esta ha terminado adquiriendo tanto peso como la femenina. Hoy, el dise?ador trata de afianzar su lugar gracias a chaquetas algo m¨¢s cortas de lo habitual y pantalones a la cintura, de corte minimalista.
Por su parte, Juan Carlos Morante altera la sastrer¨ªa tradicional mediante vol¨²menes inesperados que desaf¨ªan los est¨¢ndares de g¨¦nero, como ya hiciera Pierre Cardin en los a?os sesenta. ¡°Me interesa liberar cierres, hacer cortes limpios y jugar con las formas¡±, cuenta este joven dise?ador madrile?o, quien reconoce que la influencia deportiva tiene cada vez m¨¢s peso en su trabajo. Tras desfilar en varias ocasiones, confiesa que prefiere centrarse en los encargos a medida. ¡°Lo importante es crear empresa¡±, sentencia.
La medida espa?ola
¡°Hacemos ¡®unisex¡¯ de verdad. la sastrer¨ªa te deja experimentar ¡± Mar¨ªa Rosenfeldt
Igual que Morante, Fiz, Garc¨ªa y Coraz¨®n sostienen que los encargos a medida son cada vez m¨¢s frecuentes entre un p¨²blico masculino, el espa?ol, que le ha perdido miedo a la moda y que valora cada vez m¨¢s los detalles y la calidad. Esta cercan¨ªa no es un rasgo aislado. En tiempos de incertidumbre, las grandes producciones y las distribuciones demasiado ambiciosas han sido sustituidas por la adecuaci¨®n de los procesos a la demanda, el cultivar relaciones de confianza con proveedores y la vocaci¨®n por sacar a la calle prendas que se ganan al cliente a trav¨¦s de la personalizaci¨®n. No es raro que las colecciones de estas seis marcas salgan mayoritariamente de f¨¢bricas y talleres a las que se puede llegar en coche desde la capital. ¡°Tener todo el proceso controlado es esencial para trabajar con estos niveles de calidad¡±, afirma Eduardo Rivera, que acaba de abrir la tercera tienda de su marca hom¨®nima en la madrile?a calle de Sagasta. Su propuesta pasa por descontextualizar los tejidos de la moda cl¨¢sica masculina. Hace pantalones y americanas en punto, aplica tejidos t¨¦cnicos a patrones formales, y todas sus prendas, antes de ser confeccionadas en el taller, salen cortadas de su estudio madrile?o para evitar sorpresas. Tambi¨¦n para asegurarse una mayor flexibilidad: en vez de presentar colecciones cerradas, fabrica prendas semanalmente en funci¨®n de la demanda y de la aparici¨®n de nuevos tejidos a lo largo de la temporada.
Debemos defender que una marca puede ser rentable y tener algo que contar
Manuel Garc¨ªa
Escuch¨¢ndoles, no resulta dif¨ªcil pensar que parte de su ¨¦xito radica en que siguen siendo due?os de sus propias marcas. Carecen de poderosos socios financieros, pero conservan la independencia. Manejan peque?os equipos, y modelan sus propuestas a trav¨¦s de la informaci¨®n que obtienen de su trato con el cliente. Se han alejado del hermetismo de los grandes estudios de dise?o para volverse un poco sastres. Y los sastres, como todos saben, son gente valiente.
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