Fama a los 70, la frontera final
George Takei es hoy es uno de los personajes m¨¢s seguidos, queridos y poderosos en la Red
¡®Telerred¨ªmeme¡¯, Scotty
Se dice que no hay persona m¨¢s aclamada que un redimido, ese arquetipo de personaje ca¨ªdo en desgracia que ve la luz y se reforma ante un p¨²blico perdonador. Es una m¨¢xima bonita y casi cient¨ªfica. Ha salvado tanto a los que en su d¨ªa se pasaron de politoxic¨®manos, como Robert Downey Jr., como a los que se pasaron de pijos, como Bruce Springsteen. Pero tiene el defecto de excluir a quienes son todav¨ªa m¨¢s aclamados y valiosos: los que hacen que la sociedad se sienta redimida de sus pecados m¨¢s recientes. Esto le pasa desde hace casi 10 a?os a George Takei, un actor septuagenario que hoy es uno de los personajes m¨¢s seguidos, queridos y poderosos en las redes sociales. Tiene siete millones de seguidores en Facebook y casi uno en Twitter. Sus publicaciones, desde fotos graciosas de gatitos a proclamas pol¨ªticas, se suelen convertir en el ¨¦xito viral del d¨ªa. Sus v¨ªdeos de YouTube son capaces de cambiar el rumbo de pol¨ªticos locales y regionales en EE UU. Tanto es as¨ª que este a?o ha visto c¨®mo, mientras sus dos libros sobre c¨®mo manejarse en Internet se siguen vendiendo a ritmo japon¨¦s, se estrenaba un documental sobre su vida.
Guerra y paz
Takei no siempre tuvo poder. S¨ª tuvo grandes dosis de mala suerte. De padres japoneses, naci¨® en Estados Unidos cinco a?os antes de la Segunda Guerra Mundial, lo cual le llev¨® a criarse como preso en varios campos de refugiados por Arkansas y California. En a?os sesenta, ya actor, encontr¨® trabajo fijo en una extra?a serie llamada Star Trek. El proyecto fue un ¨¦xito pero con dos trampas: primero, no triunf¨® hasta a?os despu¨¦s de que el programa fuera cancelado y segundo, la serie fue tan maravillosa como parodiable y Takei qued¨® encasillado como secundario de un reparto ic¨®nico y nada respetado. En lo sentimental las cosas tampoco le fueron mejor. Como homosexual vivi¨® toda su juventud escudado bajo una capa de miedo y represi¨®n. Y as¨ª seguir¨ªa hasta 2005, cuando sali¨® del armario. Pero en 2011 se estren¨® en Facebook y todo cambi¨®.
Sea pr¨®spero
Hoy, la poderosa marca 2.0 de Takei es gestionada por expertos mientras ¨¦l se moviliza por la igualdad de razas y orientaciones sexuales. Es incre¨ªblemente famoso y adorado por derecho propio. Es, como los grandes, m¨¢s que la suma de todas sus partes. Es la encarnaci¨®n de los pecados m¨¢s inc¨®modos de Estados Unidos del siglo XX: racismo, homofobia e infravalorar Star Trek. Y, a la vez, es su perd¨®n.
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