Negociar, no imponer
Reparar los defectos del sistema pol¨ªtico exige di¨¢logo en lugar de electoralismo partidista
Deber¨ªa quedar bien claro que la decisi¨®n de sacar la ley electoral municipal de la negociaci¨®n sobre ¡°regeneraci¨®n democr¨¢tica¡± es una rectificaci¨®n de fondo. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, sostuvo ayer que separar esa cuesti¨®n del resto de las medidas que se van a discutir y atribuirla a una ¡°mesa de partidos¡± no supone demora alguna, probablemente para no desautorizar a la direcci¨®n del PP, de la que hab¨ªa partido la iniciativa. Cuando se convoque esa mesa ha de precisarse que los comicios municipales de mayo se regir¨¢n por las reglas en vigor, asunto en el que insiste casi toda la oposici¨®n, sin perjuicio de que puedan discutirse esos u otros cambios en la regulaci¨®n de las elecciones al margen del pr¨®ximo periodo electoral.
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El PP tiene que renunciar al ventajismo de utilizar la mayor¨ªa absoluta para ponerse al abrigo de posibles sacudidas o del cuestionamiento de su poder municipal. Su uso inmoderado se ha convertido en una trampa para el sistema representativo. La sumisi¨®n de la mayor¨ªa del Congreso al Gobierno no ha ayudado en nada al prestigio de una estructura pol¨ªtica ya torpedeada por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n o el problema separatista planteado abiertamente en Catalu?a.
Corregir los defectos m¨¢s importantes necesitar¨¢, a la postre, abordar una reforma constitucional, como EL PA?S sostiene desde hace tiempo. Ello no es ¨®bice para que se negocien antes medidas de menor calado pero convenientes para reparar algunas aver¨ªas del sistema. Hay que apoyar el intento de crear un clima de di¨¢logo entre el partido mayoritario y la oposici¨®n en ciertos temas.
Los asuntos sometidos ahora a discusi¨®n no se refieren a grandes reformas estructurales, sino a cuestiones que tienen que ver con la regulaci¨®n de las condiciones en que se ejerce la actividad pol¨ªtica: financiaci¨®n de los partidos, aforamientos, limitaciones a la concesi¨®n de indultos, estatuto del alto cargo o m¨¢s consideraci¨®n hacia las propuestas de iniciativa legislativa popular. Eso no es propiamente ¡°regenerar la democracia¡±, como el Gobierno se empe?a en sostener, pero forma parte de los asuntos que deben aclararse.
Lo importante es romper el aislamiento en que el Gobierno y la oposici¨®n han permanecido durante la mayor parte de la legislatura y engrasar unos mecanismos casi oxidados por la escasez de uso. Hacen mucha falta en tiempos de crisis pol¨ªtica.
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