Valls resiste en Francia
El primer ministro insiste en dr¨¢sticas medidas para salvar a la econom¨ªa
El Gobierno socialista franc¨¦s salv¨® el martes un importante escollo al superar la moci¨®n de confianza planteada por el primer ministro, Manuel Valls. El jefe de Gobierno obtuvo una victoria agridulce ¡ªy habr¨¢ que ver si p¨ªrrica¡ª porque a pesar de vencer en la votaci¨®n perdi¨® la mayor¨ªa absoluta de la que gozaba en la C¨¢mara. Unos votos que echar¨¢ en falta en los pr¨®ximos meses ante el reto al que se enfrenta: aplicar severas medidas de ajuste y plasmarlas en los presupuestos de 2015.
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El Ejecutivo estaba ante el habitual dilema de adoptar medidas impopulares o entregarse a la tendencia que marquen las encuestas y evitar as¨ª el consiguiente desgaste. Y en una situaci¨®n de crisis econ¨®mica como la de Francia, con el crecimiento estancado, fuertes niveles de deuda, desempleo al alza y gran presi¨®n fiscal, entre otras circunstancias, Valls ha evitado la habitual confusi¨®n entre democracia y demoscopia y ha elegido el camino arduo.
Francia necesita urgentemente modernizar el estado y mejorar la competitividad de uno de los motores de la UE. As¨ª lo entienden tanto el presidente Fran?ois Hollande como su primer ministro. Y as¨ª deber¨ªa entenderse tambi¨¦n fuera del pa¨ªs: que la econom¨ªa francesa no avance es un problema de todos los europeos.
Valls no lo va a tener f¨¢cil; ya asumi¨® en su discurso que ¡°gobernar es resistir¡±. Menguan los respaldos en sus filas y recibe criticas desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, esta ¨²ltima agazapada a la espera de poder acceder al poder seg¨²n sugieren los sondeos. Por si fuera poco, el presidente de la Rep¨²blica se encuentra sometido a un bombardeo generalizado desde todo el espectro ideol¨®gico de los medios de comunicaci¨®n, con eliminaci¨®n de las fronteras entre lo pol¨ªtico y lo personal.
En pol¨ªtica hacer lo correcto no siempre es lo mismo que hacer lo conveniente. El Gobierno franc¨¦s ha elegido una estrategia sensata, aunque dif¨ªcil y dolorosa, para evitar que el pa¨ªs caiga en una situaci¨®n de mayores dificultades: un caldo de cultivo adecuado para los populismos, que nunca fallan a la hora de ofrecer soluciones simples a problemas complejos.
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