Malaspina trae buenas nuevas
La expedici¨®n espa?ola para la investigaci¨®n global del estado de los oc¨¦anos desvela sus resultados
No news, good news (que no haya noticias es una buena noticia), dice la conocida expresi¨®n. Hay ocasiones en que las buenas noticias llegan a primera p¨¢gina, como en este caso. La expedici¨®n espa?ola Malaspina para la investigaci¨®n global del estado de los oc¨¦anos, que surc¨® los mares en 2010 y 2011 y re¨²ne esta semana en Barcelona a los cient¨ªficos del sector, ha alcanzado unas conclusiones preliminares alejadas de alguna afirmaci¨®n exagerada o catastrofista.
La capacidad del oc¨¦ano para degradar los pl¨¢sticos y otros contaminantes, por ejemplo, parece ser mucho mayor de lo que se cre¨ªa, puesto que las muestras tomadas por los cient¨ªficos en los lugares en que este problema es m¨¢s acuciante s¨®lo han hallado el uno por ciento de lo calculado previamente, y la supuesta isla de pl¨¢sticos situada a medio camino entre Oreg¨®n y Hawai no existe. Las concentraciones de medusas pueden estar creciendo aqu¨ª y all¨¢ por razones locales, pero no aumentan globalmente como consecuencia del calentamiento planetario, como se cre¨ªa. La acidificaci¨®n es un asunto grave, pero sus efectos biol¨®gicos son limitados de momento. Y hasta las reservas de peces est¨¢n en una mejor situaci¨®n de lo esperado.
Todo esto quiere decir que la situaci¨®n es m¨¢s favorable de lo que se hab¨ªa cre¨ªdo; pero no, desde luego, que no haya ning¨²n problema y que se puede seguir contaminando a discreci¨®n. No hay una sola muestra que los cient¨ªficos hayan sacado del agua en todo el planeta que no est¨¦ contaminada.
La expedici¨®n, por otro lado, ha recogido numerosas muestras gen¨®micas de los microorganismos que pueblan todos los oc¨¦anos y que, posiblemente, tengan mucho que ver con su descontaminaci¨®n y preservaci¨®n. Estos genomas se revelar¨¢n en el futuro como un tesoro de conocimiento y de aplicaciones tecnol¨®gicas.
La mala noticia no viene esta vez de la degradaci¨®n de la naturaleza sino de las deficiencias en la financiaci¨®n de la ciencia que se ocupa de investigarla, que amenazan tanto al exitoso proyecto Malaspina como al resto de la investigaci¨®n. Son estas pol¨ªticas las que deber¨ªan hundirse en el fondo del mar.
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