El gen de los Bot¨ªn
Su padre les educ¨® para los negocios; su madre para el arte. El clan de los Bot¨ªn vive repartido por el mundo, pero todos permanecen fieles a las citas familiares en Santander o en Suiza. La muerte del banquero les ha unido a¨²n m¨¢s
Cuenta el anecdotario financiero nacional que Emilio Bot¨ªn-Sanz de Sautuola L¨®pez, abuelo de la actual presidenta del Banco Santander, acostumbraba a salir todas las ma?anas de la sede de la entidad a tomar caf¨¦ y que todos los d¨ªas una viejuca apostada en la esquina le ped¨ªa ayuda (¡°deme una limosna se?or Bot¨ªn, por Dios¡±) sin ¨¦xito alguno. En una ocasi¨®n, el acompa?ante habitual de Bot¨ªn se adelant¨® y le aconsej¨® a la mujer: ¡°La pr¨®xima vez p¨ªdaselo por Dios y por la Virgen¡±. Dicho y hecho. Cuando salieron al caf¨¦ diario, la mujer espet¨®: ¡°Una limosna se?or Bot¨ªn, por Dios y la Virgen¡±. Bot¨ªn se gir¨® con sorpresa, se acerc¨® a la se?ora y le dijo: ¡°Mujer, con dos avalistas ya es otra cosa¡±. Y le dio un billete de cinco pesetas, una fortuna en aquellos a?os cincuenta.
Es probable que la an¨¦cdota sea m¨¢s fruto de la leyenda urbana que de la realidad o, al menos, que est¨¦ exagerada; pero refleja fielmente el car¨¢cter austero y a veces socarr¨®n que gastan los Bot¨ªn. Aquel Bot¨ªn, segundo presidente del banco con ese apellido (su padre, casado con Mar¨ªa Sanz de Sautuola, la ni?a que descubri¨® las Cuevas de Altamira, fue el primero en tener el cargo), viv¨ªa en la residencia de El Promontorio de Santander, que hab¨ªa comprado a una familia venida a menos, y pasaba gran parte de la semana en Madrid, a donde se trasladaba en coche cama. Su hijo y sucesor, Emilio Bot¨ªn-Sanz de Sautuola y Garc¨ªa de los R¨ªos, ya con el banco entre los siete grandes, se instal¨® en Madrid y se trasladaba con frecuencia a Santander. Hace 55 a?os que se cas¨® con la vizca¨ªna Paloma O¡¯Shea, perteneciente a una de las familias acomodadas de Neguri a la que conoci¨® cuando ¨¦l estudiaba en Deusto. Tuvieron seis hijos (Ana Patricia, Paloma, Carolina, Carmen, Emilio y Javier) y 16 nietos. La mayor de ellos acaba de asumir la presidencia del Banco Santander.
Los Bot¨ªn-Sanz de Sautuola O¡¯Shea son m¨¢s que una familia. Forman parte de una estirpe que se remonta al siglo XIX. Adem¨¢s de la parte financiera de los Bot¨ªn, el clan est¨¢ unido a la figura del erudito Marcelino Sanz de Sautuola, tatarabuelo de esta generaci¨®n cuyo apellido qued¨® unido al Bot¨ªn como signo de reconocimiento y dio nombre a la calle que parte de la sede central del banco en Santander. El traslado de la familia a Madrid y la posterior salida de los hijos a estudiar fuera de Espa?a tras pasar todos por el colegio Los Rosales de la capital era un presagio de una posible dispersi¨®n de la familia y el alejamiento de la tierra natal. Sin embargo, los Bot¨ªn O¡¯Shea han mantenido el v¨ªnculo en ambos sentidos. Probablemente, por dos razones poderosas: una la Fundaci¨®n Bot¨ªn y otra la preocupaci¨®n de Paloma O¡¯Shea de reclutar a su alrededor a hijos y nietos. Adem¨¢s, se sienten muy ligados a Santander y Cantabria.
El n¨²cleo familiar creci¨® ¡ªcon sus cinco primos, hijos de Jaime Bot¨ªn y Bel¨¦n Naveda¡ª alrededor de los abuelos paternos en torno a la casa de El Promontorio; la finca de Puente San Miguel, en cuya cripta est¨¢n enterrados los antepasados, y el golf de Pedre?a. Dentro de ese tri¨¢ngulo repart¨ªan (y reparten) las vacaciones veraniegas. Siguen acudiendo a la tierruca y, aunque ya cuentan con sus propias residencias, pasan por la casa materna de Las Brisas, construida a la sombra de El Promontorio, donde Paloma O¡¯Shea se adelanta en junio y se queda hasta entrado septiembre. Su marido, cuya pasi¨®n era el trabajo y hacer del Santander el primer banco del mundo, reduc¨ªa su estancia a unos 15 o 20 d¨ªas, en los que madrugaba para andar y jugar al golf, sal¨ªa a pescar de cuando en cuando, acud¨ªa a alguna fiesta privada y no descuidaba el banco, reuni¨¦ndose con inversores indianos en el Hotel Real.
Es una pr¨¢ctica que ha heredado la nueva presidenta del banco. Enamorada del Santander y de Santander, Ana Bot¨ªn ha reconocido a sus cercanos su entusiasmo por el cargo, a pesar del v¨¦rtigo inicial, y se espera que contin¨²e con esa tradici¨®n. Ana Bot¨ªn ya acostumbraba a recibir a inversores y accionistas antes de las juntas o de otros acontecimientos en su casa de Carriazo, un pueblo al otro lado de la bah¨ªa, lejos del bullicio ciudadano y cerca del campo de golf de Pedre?a. Casada con Guillermo Moren¨¦s, el matrimonio dirimi¨® en un juicio, que gan¨®, el derecho al descanso. El cura del pueblo no quer¨ªa silenciar las campanadas en la madrugada. Precisamente ellos hab¨ªan arreglado la iglesia y el campanario, pero con la Iglesia se toparon.
La nueva presidenta ahora quiere ganarse que los subordinados la llamen Ana o do?a Ana, y no ¡°presidenta¡±, como hac¨ªan con su padre.
En vacaciones, Ana Bot¨ªn, que fue campeona de Espa?a amateur de golf, acude todos los d¨ªas bien temprano a jugar. Es una apasionada de este deporte, al igual que todos sus hermanos. El peque?o, Javier, consejero del banco, es el presidente del Club de Pedre?a, y su hermana Carmen, la ¨²nica que vive en invierno en Santander, se cas¨® con Severiano Ballesteros. Ana Patricia tambi¨¦n mantiene otras costumbres. En invierno, y salvo los ¨²ltimos cuatro a?os en los que ha residido en Londres, acude con frecuencia a la finca de los Montes de Toledo, que tiene junto a la de su padre y a la de su hermano Javier. All¨ª monta a caballo y sale de caza con su marido. Ahora vivir¨¢ entre Espa?a y la capital brit¨¢nica, donde trabajan dos de sus hijos (Felipe y Pablo; el mediano, Javier, est¨¢ en Boston), atendiendo sus negocios de inversi¨®n. Moren¨¦s liquid¨® M&B Capital Advisers, fondo que comparti¨® al principio con su cu?ado Javier ¡ªeste crear¨ªa luego JB Capital Markets¡ª y que se vio afectado por el esc¨¢ndalo Madoff, lo que le oblig¨® a responder con su patrimonio.
Aunque tanto hijos como nietos reconocen que Emilio Bot¨ªn era muy familiar, es Paloma O¡¯Shea la que ha mantenido el lazo de uni¨®n. En los 15 d¨ªas en que todos coinciden en agosto, celebra dos reuniones, una el d¨ªa de su santo (el 15, la Virgen de la Paloma) y la otra cuando comienza a vislumbrarse el ¨¦xodo. Entre tanto, cada uno hace su vida exenta de acontecimientos p¨²blicos, aunque no es raro ver a la abuela Paloma con algunos de sus nietos en alg¨²n restaurante de Puerto Chico o El Sardinero.
O¡¯Shea elige tambi¨¦n el lugar donde toda la familia celebra la Nochebuena. En Fin de A?o se re¨²nen en la estaci¨®n suiza de Gstaad desde que en 1999 se le ocurri¨® a Guillermo Moren¨¦s, marido de Ana Bot¨ªn, juntar a todos los v¨¢stagos y no perder la oportunidad de practicar esqu¨ª, que como el golf es una afici¨®n com¨²n. En la celebraci¨®n, que este a?o se restringir¨¢ seguramente a los miembros de la familia, se han ido incorporando amigos hasta hacerse bastante numerosa. ¡°Es una fiesta para mantener los lazos de uni¨®n de la familia, buscando la energ¨ªa de la juventud¡±, seg¨²n una fuente de ese entorno.
Paloma O¡¯Shea dej¨® el piano, con el que comenz¨® una esperanzadora carrera, para dedicarse a sus hijos. Tras criarlos volvi¨® al mundo musical como mecenas. Traz¨® su vida alrededor de la m¨²sica, al tiempo que se mantuvo como eje central del clan familiar. Cre¨® el Concurso Internacional de Piano que lleva su nombre y la Fundaci¨®n Alb¨¦niz y la Escuela Reina Sof¨ªa, que es todo un referente a nivel mundial. Para comenzar le pidi¨® un cr¨¦dito a su suegro, con el que manten¨ªa una estrech¨ªsima relaci¨®n. Es habitual en los eventos musicales y asidua al Festival Internacional de Santander, al que nunca logr¨® arrastrar a su marido y raramente a sus hijos. El padre educ¨® a sus v¨¢stagos para los negocios y ella se preocup¨® de relacionarles con la cultura (sus hijas Paloma y Carolina son especialistas en arte). Por su pasi¨®n por la m¨²sica, la matriarca regal¨® a cada uno de ellos un piano cuando se casaron.
El otro eje de uni¨®n es la Fundaci¨®n Bot¨ªn, creada por su t¨ªo bisabuelo Marcelino y de la que son patronos casi todos los miembros de la familia. Potenciada por el banquero recientemente fallecido, as¨ª Bot¨ªn, probablemente, quiso saldar una deuda hist¨®rica ante las cr¨ªticas, vertidas sobre todo de sectores sindicales y la izquierda regional, de haber descuidado las inversiones industriales. Una de las ¨²ltimas acciones es el Centro Bot¨ªn, que ha originado divisi¨®n de opiniones en la poblaci¨®n santanderina. Bot¨ªn hab¨ªa mostrado mucho entusiasmo, al igual que con la pel¨ªcula Altamira, en cuya producci¨®n participa su sobrina Lucrecia.
Algunos observadores sostienen que la familia Bot¨ªn es lo m¨¢s parecido a una familia real por el cuidado al protocolo. Mantienen la costumbre de la discreci¨®n. Son de trato sencillo y les gusta estar alejados de los saraos veraniegos que les puedan acercar a la prensa rosa. Algunos de sus miembros han entroncado con familias nobles (Paloma est¨¢ casada con el marqu¨¦s de la Deleitosa, Ricardo G¨®mez-Acebo; Emilio con Isabelle D¡¯Ornano, noble francesa de la familia propietaria de los cosm¨¦ticos Sisley, y el propio Moren¨¦s es el hijo peque?o de los marqueses de Borguetto). Sus salidas se reducen a Pedre?a, que es como una prolongaci¨®n de su casa, o a los paseos en barco para comer y darse un ba?o en la playa de El Puntal. No quieren ser noticia y no aparecen en los medios m¨¢s all¨¢ de los acontecimientos derivados del banco o de la fundaci¨®n. ¡°Lo importante es que el banco da trabajo a 190.000 empleados y tiene 3,5 millones de clientes¡±, afirma una de las fuentes consultadas.
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