Homenaje a Baja California Sur (M¨¦xico)
He sabido por una amiga espa?ola que vive en Los Cabos que las cosas se han puesto feas en Baja California Sur (el Estado que ocupa la mitad sur de la pen¨ªnsula mexicana de Baja California) por culpa del hurac¨¢n Odile, que pas¨® la noche del pasado domingo por esta zona del noroeste de M¨¦xico dejando una estela de da?os y caos en uno de los principales destinos tur¨ªsticos del pa¨ªs. Lo siento de veras. Y deseo que la recuperaci¨®n sea r¨¢pida. Tuve la oportunidad de viajar por all¨ª hace un par de a?os, y es uno de esos sitios que te dejan huella, un lugar donde todav¨ªa es posible vivir ¡°La ¨¦pica de lo salvaje¡±, como se titul¨® el reportaje que publiqu¨¦ en El Viajero a la vuelta. Valga como homenaje a Baja California Sur.
La formacion rocosa conocida como El Arco, en Cabo San Lucas. / ISIDORO MERINO
La foto m¨¢s famosa de Los Cabos, como se conoce al extremo sur de la pen¨ªnsula de Baja California (M¨¦xico), es El Arco, en cabo San Lucas, un p¨®rtico de roca modelado por la erosi¨®n del mar y el viento que separa las aguas c¨¢lidas y tranquilas del mar de Cort¨¦s de los embates salvajes del Pac¨ªfico. Desde este finisterre californiano, con espectaculares formaciones rocosas donde sestean los lobos marinos y hoteles de lujo que sirven de refugio a las estrellas de Hollywood, se extiende hacia el norte un paisaje espinoso de ocres desva¨ªdos, un desierto de 1.200 kil¨®metros de largo y entre 45 y 250 kil¨®metros de ancho que se prolonga desde Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, hasta el paralelo 23, en cabo San Lucas, por debajo del Tr¨®pico de C¨¢ncer.
Mapa de la pen¨ªnsula de Baja California, M¨¦xico. / JAVIER BELLOSO
01 ¡®Spring Breakers¡¯ vs ¡®Cougars¡¯
Cabo San Lucas, una popular escala de cruceros llena de bares, taquer¨ªas y tiendas de tequila y souvenirs a precios gringos, es un buen lugar para iniciar el viaje (hay vuelos diarios desde M¨¦xico DF, a dos horas y media de avi¨®n), contratar excursiones o correrse una juerga. En la segunda quincena de marzo y la primera de abril, la ciudad se llena de Spring-Breakers, universitarios de Estados Unidos y Canad¨¢ que aprovechan las vacaciones de primavera para desfogarse y ligar. Estos j¨®venes con ganas de marcha suelen coincidir con otro tipo de turista frecuente al sur de Baja: las cougars (pumas en ingl¨¦s), un t¨¦rmino empleado para describir a un tipo de mujer madura, independiente, atractiva y con dinero.
El oc¨¦ano Pac¨ªfico en la playa de Los Amantes, en Cabo San Lucas. / I. M.
02 Una playa entre dos mares
Los otros atractivos de Cabo San Lucas est¨¢n en el mar: la pesca, el buceo o las excursiones en barca o kayak de mar hasta el promontorio donde se encuentra el famoso arco de roca y donde vive una colonia de leones marinos, o a la playa de Los Amantes, una lengua de arena que une las aguas calmas de la bah¨ªa de San Lucas y las brav¨ªas del Pac¨ªfico y permite cruzar a pie entre los dos mares.
Formaciones rocosas en las playas de Cabo San Lucas. / I. M.
03 Cascadas de arena
Bajo el agua, en los alrededores de la roca del Pel¨ªcano, los buceadores expertos pueden descender hasta las cascadas de arena, un fen¨®meno geol¨®gico descubierto por el ocean¨®grafo franc¨¦s Jacques-Yves Cousteau que se produce, a unos 30 metros de profundidad, en la bah¨ªa de San Lucas, una de las m¨¢s hondas del mundo (desde 213 metros cerca de la orilla hasta los 3.500 metros).
Carretera entre San Jos¨¦ del Cabo y Cabo San Lucas. / I. M.
04 ?Dale carrete, John Wayne!
Cuando el escritor John Steinbeck recorri¨® la Baja California en la primavera de 1940 a bordo de un barco sardinero, Cabo San Lucas era un pueblito de pescadores donde viv¨ªan menos de 500 personas ocupadas en la pesca o el trabajo en una conservera de at¨²n. Una pista de tierra permit¨ªa recorrer los 32 kil¨®metros que lo separan de San Jos¨¦ del Cabo, donde terminaba la carretera. Esos 32 kil¨®metros, conocidos como El Corredor, son hoy el destino tur¨ªstico m¨¢s exclusivo de M¨¦xico, con decenas de resorts al gusto norteamericano, lujosos hoteles todo incluido, campos de golf regados con agua de mar desalinizada y precios a la altura del cach¨¦ de las estrellas de Hollywood. En la d¨¦cada de 1950, enamorados de la pesca como John Wayne, Bing Crosby y Errol Flynn sol¨ªan viajar a Cabo San Lucas en avioneta desde Los ?ngeles para dar carrete a los peces vela y marlines que pueblan sus aguas. Se alojaban en lugares como el rancho Las Cruces, donde hoy est¨¢ el hotel Palmilla, o el hotel Chileno, uno de los pioneros, que contaban con una peque?a pista de aterrizaje. Algunos avispados empezaron a comprar terrenos a los peque?os ranchos de la zona, transformando aquel villorrio de pescadores en el destino de lujo que es hoy.
Piscina del hotel One & Only Palmilla, en Los Cabos./ I. M.
05 Territorio ¡®celebrity¡¯
Entre los asiduos est¨¢ George Clooney, que ha pasado all¨ª temporadas con al menos dos de sus novias: Stacey Keibler y Elisabetta Canalis. Sean Penn y Scarlett Johansson quemaron all¨ª su breve romance de tres meses; John Travolta celebr¨® su 50? cumplea?os, y Jennifer Aniston, Kevin Jonas, Beyonc¨¦, Leonardo DiCaprio y Robert de Niro tambi¨¦n se dejan ver por all¨ª.
Sus refugios son hoteles como el One & Only Palmilla (el mejor de M¨¦xico, seg¨²n Cond¨¦ Nast), Esperanza, Las Ventanas al Para¨ªso, Capella Pedregal o Sheraton Hacienda del Mar, aunque cuando se pregunta sobre el tema a los responsables de los establecimientos o al personal que trabaja en ellos no sueltan prenda: la discreci¨®n viene incluida en el precio de las habitaciones, que supera en algunos casos los 2.000 euros la noche.
Una cantina en San Jos¨¦ del Cabo, M¨¦xico. / I. M.
06 Un chupito de damiana
A diferencia de Cabo San Lucas, San Jos¨¦ del Cabo, al otro extremo de El Corredor, conserva su encanto colonial y un cierto aire bohemio. Una asociaci¨®n de comerciantes locales y artistas residentes en el pueblo ha emprendido la rehabilitaci¨®n del centro hist¨®rico, una cuadr¨ªcula de casas bajas con fachadas multicolores: rojos venecianos, azules, verdes, morados. Los soportales del z¨®calo y las calles que lo rodean est¨¢n llenas de restaurantes, galer¨ªas de arte, tiendas de artesanos y joyer¨ªas donde se venden alhajas hechas con perlas y n¨¢car (los precios, altos). Todos los jueves hay un paseo del arte, en el que las galer¨ªas y los estudios de los artistas abren al p¨²blico y se celebran peque?as fiestas con degustaciones de tequila y damiana, un licor dulz¨®n destilado de una planta del desierto al que se le atribuyen propiedades vigorizantes.
Una de las playas de Cabo San Lucas. / I. M.
07 En las playas de ¡®Troya¡¯
Adem¨¢s de por placer, los famosos visitan la Baja por trabajo. En ella se han rodado al menos 40 pel¨ªculas, la mayor¨ªa en Mexicali, Rosarito y Tijuana. El puerto que aparec¨ªa en Master & Comander (2003) y Pearl Harbor (2001), por ejemplo, es el de Rosarito, y las playas de Troya donde Aquiles-Brad Pitt hac¨ªa escabechinas entre los troyanos, en la pel¨ªcula que dirigi¨® en 2004 Wolfgang Petersen, son las de Cabo San Lucas. Perdita Durango (1997), de ?lex de la Iglesia, se rod¨® en Tijuana. En cambio, la maravillosa Sed de mal, de Orson Welles, que est¨¢ ambientada en Tijuana, se hizo en unos estudios de Los ?ngeles (EE UU).
08 Buscando la gran ola
Hay dos maneras de abandonar Cabo San Lucas: por la carretera Federal 19, que discurre por el oeste siguiendo la costa del Pac¨ªfico, o por la Federal 1, tambi¨¦n conocida como carretera Transpeninsular o Mex-1, que discurre por el este hasta San Jos¨¦ de los Cabos y la costa del golfo. Cerca de La Paz, ambas carreteras se unen en la Federal 1 hasta Tijuana. La Federal 19 es la opci¨®n m¨¢s c¨®moda para acceder a las playas salvajes del Pac¨ªfico, que atraen a surfistas de Estados Unidos y Canad¨¢ a las olas de playas como Los Cerritos o San Juanico. En Los Cerritos, cerca de Pescadero, existe una colonia de bungal¨®s para quienes han hecho del surf su modo de vida, y un chiringuito en la playa invita a tomar una coronita ante la atenta mirada de La Catrina (un personaje de la iconograf¨ªa popular mexicana representado por un esqueleto de mujer con sombrero de plumas y sombrilla).
Recepci¨®n del Hotel California, en Todos Santos. / I. M.
09 Nostalgia de los Eagles
Peter Buck, el guitarrista de REM, es el vecino m¨¢s famoso del pueblo de Todos Santos, al norte de Los Cerritos, un destino para nost¨¢lgicos. A escasos cien metros de la casa de Peter Buck se alza una leyenda del pop: el hotel California. Don Henley, el bater¨ªa de los Eagles, siempre ha negado que el hotel de Todos Santos inspirase la famosa canci¨®n, pero da lo mismo: centenares de turistas norteamericanos, muchos de ellos talluditos, acuden all¨ª como polillas a la luz, y sus actuales propietarios, John y Debbie Stewart, siguen alimentando el mito. En cualquier caso, un lugar muy agradable de estilo colonial, con habitaciones pintadas en vivos colores alrededor de un patio con alberca: ¡°Wellcome to the hotel California. / Such a lovely place / Such a lovely face...¡±.
Cartel indicador del Tr¨®pico de C¨¢ncer en la Federal 19./ I. M.
10 Tr¨®pico de C¨¢ncer
De camino hacia la sierra de La Laguna, ¡°donde la tierra desgaja por todos lados en barrancas hondas, de un fondo que se pierde de tan lejano¡±, como escribi¨® el mexicano Juan Rulfo, se atraviesa el Tr¨®pico de C¨¢ncer, un lugar donde parar, aunque solo sea para hacerse la foto. A un lado de la carretera se alza una peque?a capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe; al otro, los abundantes f¨®siles de moluscos dispersos por el suelo nos recuerdan que pisamos el fondo de un antiguo mar.
Un enorme cactus card¨®n en la sierra de la Laguna. / I. M.
11 La jungla espinosa
El desierto y los cactus mezclan bien. Como el tequila, el lim¨®n y la sal en una margarita. La diversidad de los que existen en M¨¦xico es abrumadora, y uno de los mejores lugares para comprobarlo es la sierra de la Laguna, cerca de Santiago de los Coras, en el antiguo Camino Real que recorr¨ªa, sembrado de misiones, toda California. Adem¨¢s de los cardones centenarios, algunos tan altos como una casa, se pueden ver nopales, pitayas, viejitos o mamilarias, barriles, biznagas y arbustos espinosos como el palo blanco, el palo de arco, el mezquite, el alcanfor, la planta gobernadora (una euforbi¨¢cea que se investiga como tratamiento contra el c¨¢ncer) y el ubicuo torote, cuya corteza descamada le da un bonito color dorado. A simple vista parecen ¨¢rboles muertos, pero bastan cuatro gotas para convertir el desierto en un jard¨ªn florido, y algunas especies completan su ciclo ¡ªhojas, floraci¨®n y fruto¡ª en solo 24 horas.
Playa en una cala del Mar de Cort¨¦s. / I. M.
12 Bah¨ªa de ¨¢ngeles
En 1535, Hern¨¢n Cort¨¦s recal¨® en la costa oriental de una ¨¢rida, espinosa pen¨ªnsula a la que llam¨® California en recuerdo de la fabulosa isla de las amazonas que describe el quinto libro de Amad¨ªs de Gaula. En lugar del oro y las perlas que buscaba, encontr¨® piedras y cactus. Un siglo despu¨¦s llegaron los jesuitas para erigir un rosario de misiones unidas por el Camino Real, que un¨ªa San Diego con Loreto. En Loreto, para muchos el pueblo m¨¢s bonito de la Baja, es donde est¨¢ la misi¨®n m¨¢s antigua, de 1697. Cerca de all¨ª encontramos la bah¨ªa de Los ?ngeles, con sus aguas de un intenso azul.
13 Perlas negras
La Paz, capital de Baja California del Sur, es una tranquila y agradable ciudad que vive de cara a su malec¨®n. En los alrededores se encuentran tambi¨¦n algunas de las playas salvajes m¨¢s bonitas de M¨¦xico, como la de la bah¨ªa de Balandra, a la que se puede acceder en transporte p¨²blico. No hay muchos turistas, lo que se nota en los precios, mucho m¨¢s bajos que en Los Cabos. En uno de sus flancos se encuentran la isla de Esp¨ªritu Santo, reserva de la biosfera, con farallones donde dormitan los leones marinos y estrechas ensenadas que serv¨ªan de abrigo a los corsarios holandeses que acosaban a los galeones espa?oles en la ruta entre Manila (Filipinas) y Acapulco (M¨¦xico), como Boris von Spilbergen, el pirata Pichiling¨¹e. De sus placeres arenosos, donde vive la pintada mazatl¨¢nica, una variedad de madreperla, proceden las famosas perlas negras que lucen en algunos retratos los reyes y reinas espa?oles. Los turistas pueden hoy visitar e incluso acampar en calas de la isla de Esp¨ªritu Santo, como Ensenada Grande, donde la empresa Fun Baja (www.funbaja.com) monta un peque?o campamento ecol¨®gico donde se puede descansar, pasear, nadar, bucear o simplemente mirar las estrellas (Baja California es uno de los mejores lugares para ver el firmamento).
Ballena gris adulta con su ballenato. /JOS? EUGENIO RODR?GUEZ
14 Sal y ballenas
Guerrero Negro, a 1.000 kil¨®metros de Cabo San Lucas y a 700 de Tijuana, est¨¢ justo al sur de la l¨ªnea que separa los dos Estados en que se divide la pen¨ªnsula: Baja California (capital, Tijuana) y Baja California Sur (capital, La Paz). Debe su nombre a un ballenero ingl¨¦s, el Black Warrior, que naufrag¨® en la cercana laguna Ojo de Liebre el 10 de diciembre de 1858 y permaneci¨® semihundido en la bocana de la bah¨ªa durante d¨¦cadas. Sus lagunas someras alimentan las mayores salinas del mundo, con 42.000 hect¨¢reas de superficie. Una industria que ahora compite con el turismo: Guerrero Negro es el lugar obligado de paso de los turistas que quieren ver las ballenas que acuden cada invierno a Ojo de Liebre.
Foto ganadora del premioOur Worldwide Underwater 2013, tomada en Cabo Pulmo. /OCTAVIO ABURTO
15 Arrecife de coral
Todos coinciden en que el mejor lugar para bucear en la Baja es Cabo Pulmo, a 63 kil¨®metros al noreste de San Jos¨¦ del Cabo por la Mex-1: un hervidero de vida que bulle alrededor del ¨²nico arrecife coralino de la costa oeste de Am¨¦rica, declarado en 2005 patrimonio mundial por la Unesco. Una empresa inmobiliaria planeaba levantar cerca de este para¨ªso virgen un nuevo Canc¨²n. El plan, bautizado como Cabo Cort¨¦s, contemplaba la construcci¨®n, sobre las dunas costeras, de una marina de 490 amarres, con 27.000 habitaciones y dos campos de golf. Afortunadamente, el Gobierno mexicano revoc¨® la autorizaci¨®n para el proyecto.
Matr¨ªcula de un coche en el pueblo de Todos Santos. / I. M.
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