La mirada distinta de la mujer
?Importa lo que se mira o c¨®mo se mira? ?Lo mirado o la mirada? En su dormitorio de la casa de la calle Doctor Esquerdo, en Madrid, la escritora Carmen Mart¨ªn Gaite ten¨ªa colgadas de la pared dos fotograf¨ªas, una de Greta Garbo y otra de James Dean; las hab¨ªa bautizado, respectivamente, ¡°El equilibrio¡± y ¡°El caos¡±. Eso era lo primero que ve¨ªa cuando se despertaba, y a caballo entre esos dos conceptos comenzaba su andadura diaria. Somos lo que comemos, de acuerdo, pero somos sobre todo c¨®mo miramos.
?Miran distinto las mujeres? ?Ven cosas que los hombres no ven o soslayan cosas que a estos les parecen fundamentales? El abanico de respuestas es amplio y controvertido, aunque cabe intuir que de haber escrito las mujeres la cr¨®nica de la Historia, esta ser¨ªa bien distinta. Es por ello que un buen d¨ªa Georges Duby y Michelle Perrot se lanzaron a dirigir el ingente proyecto colectivo que es Historia de las mujeres, donde aflora todo aquello que, en lo que se refiere a Occidente, los libros de historia callaban: cinco vol¨²menes ilustrados y ampliamente documentados que cuentan qu¨¦ fue de la mujeres a lo largo de los siglos, no ya como meras comparsas sino como protagonistas; mujeres que seg¨²n sus autores ¡°quedaron abandonadas en la sombra de la historia¡± y que progresivamente escaparon de esa sombra nada cobijadora pero s¨ª asfixiante.
Sin embargo, no es de los hechos sino de las miradas que sobre estos se proyectan de lo que trata el curso que he armado para la Casa del Lector bajo el t¨ªtulo ¡°75 a?os de mirada femenina¡± (y que tendr¨¢ lugar entre el 30 de septiembre y el 3 de octubre), aprovechando la feliz circunstancia de que se cumple ahora el 75 aniversario de la agencia Efe, efem¨¦ride que celebra la exposici¨®n que puede verse estos meses en sus instalaciones del Matadero.
La autora de Entre visillos y Nubosidad variable es justamente una de las escritoras que vivi¨® y dej¨® testimonio escrito de esas seis d¨¦cadas y media tan significativas para la construcci¨®n de nuestra identidad actual, que forman tambi¨¦n el grueso del viaje que abord¨® Iris Zavala en La otra mirada del siglo XX. La mujer en la Espa?a contempor¨¢nea. 75 a?os determinantes para la historia de nuestro pa¨ªs, desde 1939 hasta este siglo XXI que nos est¨¢ poniendo a prueba, no tan s¨®lo en el aspecto pol¨ªtico sino en lo que han tenido de cambio radical respecto de la condici¨®n femenina.
A?os de profundas transformaciones, las m¨¢s veloces que se hab¨ªan sufrido nunca: de esa Espa?a en la que ¡°el ¨¢ngel del hogar¡± era el obligado disfraz de la mujer, a los a?os 50 que propician el auge del turismo y con ¨¦l el cambio en los usos amorosos (que la propia Mart¨ªn Gaite tan bien glos¨®), pasando por la agitaci¨®n del 68 que impulsa la abolici¨®n de las leyes que condenan a las mujeres a la sumisi¨®n, hasta llegar al boom econ¨®mico donde irrumpe un nuevo modelo de mujer tres en uno (esposa, madre y profesional) y a la crisis que actualmente nos sacude, donde las mujeres tambi¨¦n padecen eso que Luc¨ªa Etxebarria ha bautizado como ¡°liquidaci¨®n por derribo¡± en el libro del mismo t¨ªtulo (subtitulado ¡°C¨®mo se gest¨® la que est¨¢ cayendo¡±) y Ana Mar¨ªa Moix tilda de democracia enferma en Manifiesto personal; un tiempo, el nuestro, donde para colmo la igualdad de g¨¦nero se da por supuesta, mientras las cifras confirman que apenas existe.
No se me ocurre veh¨ªculo m¨¢s elocuente para adentrarnos en esos lustros fecundos que el autobiografismo, de ah¨ª la elecci¨®n de memorias, diarios, epistolarios, anotaciones personales e inclusive textos ensay¨ªsticos de car¨¢cter testimonial para dar cuenta de ese devenir de los a?os anclado a las circunstancias pol¨ªticas: del patr¨®n que cort¨® para ellas la Secci¨®n Femenina (que las quiso madres amant¨ªsimas y complacientes servidoras de sus maridos) a la m¨¦dico de guardia, a la catedr¨¢tica de universidad, a la directora de cine, a la ma?tre de restaurante, a la gu¨ªa tur¨ªstica... Esther Tusquets, Lidia Falc¨®n, Mercedes Formica, Clara Jan¨¦s, Dolores Medio, la citada Mart¨ªn Gaite, Soledad Pu¨¦rtolas, Cristina Fern¨¢ndez Cubas, Rosa Chacel, Ana Mar¨ªa Moix, Laura Freixas, Montserrat Roig, Maruja Torres o la mencionada Etxebarria dibujan un buen mapa de la memoria de ese par¨¦ntesis que forman posguerra, transici¨®n y democracia.
¡°En el mundo en que yo me mov¨ªa durante la segunda Guerra Mundial, el mundo de mis padres, de mis t¨ªos, de los amigos de mis padres, todos ¨Cmenos t¨ªa Sara, claro- estaban a favor de los alemanes, en gran medida porque hab¨ªan apoyado a los nuestros durante la guerra civil, y todos ellos eran ¨Cmenos t¨ªa Sara, claro- fervientes franquistas¡±, escribe Tusquets desde su identidad de burguesa acomodada en Hab¨ªamos ganado la guerra. Mientras en las ant¨ªpodas se haya la memoria dolorosa de Lidia Falc¨®n, como cuenta en La vida arrebatada: ¡°En Barcelona, ¨²ltimo refugio para nosotras las supervivientes de aquella masacre, nos reunimos el 6 de enero de 1940, tres mujeres y tres ni?as, para intentar reconstruir nuestras vidas tan tr¨¢gicamente mutiladas. All¨ª, en el piso tercero del n¨²mero 19 de la calle Muntaner, que hab¨ªa alquilado mi madre con la ayuda de Jos¨¦ Bernab¨¦ Oliva, su compa?ero sentimental durante veinte a?os, fuimos malviviendo los terribles tiempos de aquella posguerra regida por el hambre, las enfermedades y la desesperaci¨®n de la mayor¨ªa del pueblo espa?ol¡±.
Por su parte, Maruja Torres, a colaci¨®n de esos a?os 60 en que ard¨ªa Vietnam, se revela cronista cr¨ªtica de la condici¨®n de su sexo en Mujer en guerra. M¨¢s m¨¢sters da la vida: ¡°Para entonces, ya hab¨ªa descubierto algo fundamental: que una mujer s¨®lo tiene posibilidad de decidir su propio destino (y a¨²n as¨ª con muchas dificultades, con mucha lucha) si no depende econ¨®micamente de nadie. Lo que en aquellos a?os gan¨¢bamos las muchachas como yo no nos proporcionaba ni la d¨¦cima parte de lo necesario para hacernos con una autonom¨ªa decente, pero era un comienzo. A m¨ª me suministraba la fuerza y la dignidad precisas para encarar a mi progenitora y resistir sus intentos de mantenerme sometida a los dictados morales del qu¨¦ dir¨¢n¡±. Est¨¢ claro que nadie mejor que ellas para contarnos c¨®mo han vivido las pasadas d¨¦cadas y nada mejor que sus textos autobiogr¨¢ficos como dep¨®sito de esa experiencia pasada por el cedazo de la reflexi¨®n y la escritura: testimonios que cuentan los intersticios que a la Historia con may¨²sculas y al periodismo indefectiblemente se le escapan.
M? ?ngeles Cabr¨¦ es escritora, cr¨ªtica literaria y directora del Observatorio Cultural de G¨¦nero. Su ¨²ltimo libro es el ensayo Leer y escribir en femenino (2013).
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