Siete cosas feas que Internet le ha hecho al castellano
'A ver' y 'haber'. Los puntos suspensivos. La falta de comas. Cuando parec¨ªa que hab¨ªamos superado a los SMS, Internet nos trajo estos regalitos
Hay contenidos en la Red que no son aptos para menores de edad y otros que pueden herir la sensibilidad de la audiencia, pero comienza a resultar imprescindible un tercer tipo de advertencia: aquella que informa al internauta de que est¨¢ a punto de presenciar la violaci¨®n sistem¨¢tica de la ortograf¨ªa y la gram¨¢tica castellanas. Un espect¨¢culo snuff nada agradable para est¨®magos sensibles y cerebros educados con los cuadernillos Rubio, y que, en el caso de profesionales y amantes de la lengua, puede desembocar en patolog¨ªas que van desde el desprendimiento de retina hasta la autoextracci¨®n de los globos oculares.
Dirijamos el dedo acusador hacia nosotros mismos. Internet es as¨ª porque nosotros lo hemos hecho as¨ª. Y aunque tambi¨¦n ha hecho evolucionar la lengua incorporando nuevos t¨¦rminos a nuestro vocabulario (la RAE ya admite tuit: guasap, el siguiente eres t¨²) y no todos gustan de sodomizar el idioma, lo cierto es que un n¨²mero cada vez mayor de estas perversiones online empieza a trasladarse al mundo anal¨®gico, como asegura Carmen Gal¨¢n, Catedr¨¢tica de Ling¨¹¨ªstica General de la Universidad de Extremadura.
Es la ciudad sin ley gramatical. El imperio del todo vale. El apocalipsis ortogr¨¢fico. Y estas son sus siete plagas:
Signos de puntuaci¨®n negativa. Gal¨¢n asegura que sus alumnos de la Universidad de Extremadura m¨¢s que utilizar las comas, las lanzan sobre el texto como quien vierte un pu?ado de fideos en la sopa. ¡°Es cierto que cuando hablamos no decimos: ¡®Te quiero, punto y aparte¡¯. Pero s¨ª hacemos pausas reflexivas que cada vez se reflejan menos en los textos. Puntuar bien es fundamental para entender todo el sentido de las oraciones¡±, apunta la catedr¨¢tica. Ya saben: a la pregunta ?te apetece hacer un Blablacar con Esperanza Aguirre? no es lo mismo responder ¡®No aspiro a un compa?ero mejor¡¯ que ¡®No, aspiro a un compa?ero mejor¡¯. De entre todos los signos de puntuaci¨®n, el punto y coma es el que est¨¢ en peligro de extinci¨®n extremo, seg¨²n Gal¨¢n. Pero, sin que sirva de precedente, no culparemos a Internet de ello.
Pasamos de poner un punto, pero si son tres no hay quien nos pare. Tal cual. Si la excusa para cometer casi todas estas aberraciones es que as¨ª ahorramos caracteres, ?por qu¨¦ tantos tuits, entradas de Facebook y mensajes est¨¢n plagados de puntos suspensivos como si una epidemia de varicela hubiese inundado la Red? ¡°Se supone que los mensajes se transmiten entre gente conocida con la que compartes ciertos presupuestos y c¨®digos, as¨ª que tienden a ser m¨¢s emotivos que descriptivos. En ellos predomina el contenido afectivo y se emplean mucho los puntos suspensivos para cerrar una secuencia sin acabar, porque sabemos que la otra persona es capaz de completarla¡±, trata de argumentar Gal¨¢n
Interrogaci¨®n interrumpida. La catedr¨¢tica Carmen Gal¨¢n no cree que el hecho de que la pr¨¢ctica desaparici¨®n de los signos iniciales de interrogaci¨®n y exclamaci¨®n se deba ¨²nicamente a la influencia anglosajona. En su opini¨®n, se trata de otra cuesti¨®n de vagancia. Aunque tiene poco sentido mostrarnos tan r¨¢canos al principio de una frase, cuando pocas veces bajamos de los tres signos al final de la misma. ¡°Solo se ponen al final y est¨¢n empezando a cambiar de funci¨®n. La exclamaci¨®n se utiliza fundamentalmente para marcar el ¨¦nfasis¡±. Si existe una petici¨®n en Change.org para que se erija una estatua a Rosendo en Carabanchel, ?no merecen el ? y el ? una campa?a para evitar su muerte?
A-K-B¨¢ramos: Si lo piensan bien, como invita a hacer Gal¨¢n, no tiene mucho sentido. ¡°Es cierto que cuando aparecieron los SMS ten¨ªa su l¨®gica abreviar las palabras porque se pagaba por caracteres. Y puede entenderse, incluso, que en Twitter, a veces, necesitemos rascar dos letras. Pero, ?por qu¨¦ k? Que no empieza por k y la k suena ka no ke¡±. ?Es un acto de rebeld¨ªa? ?Una reivindicaci¨®n anarquista, punk? En el teclado de los m¨®viles y de los ordenadores, la q es la primera letra de todas (si seguimos el orden tradicional, derecha-izquierda, arriba-abajo). Solo existe un misterio m¨¢s inexplicable que el de la k: ?por qu¨¦ no existe un emoticono que reproduzca el gesto de vomitar?
Bomba H. ¡°En esa urgencia que nos hemos autoimpuesto por comunicar constantemente todo lo que nos sucede, hemos terminado aceptando la siguiente excusa: como me van a entender igual, puedo escribir como me d¨¦ la gana. Adem¨¢s como el castellano tiene la ventaja de que puede leerse fon¨¦ticamente y las h son mudas ?Para qu¨¦ las necesito?¡± ?Y para qu¨¦ necesitamos el por favor y el gracias? ?Y el hola? ?De verdad suprimir las h supone un ahorro energ¨¦tico tan relevante en nuestras vidas? ?El tiempo que empleamos en teclear esta letra nos dar¨ªa para aprender un nuevo idioma, conseguir unos abdominales como los de Ronaldo o sacarnos el carn¨¦ de conducir? ?En un mundo sin h ser¨ªamos m¨¢s listos y m¨¢s guapos (y ya no necesitar¨ªamos el transporte p¨²blico)?
A ver ese haber. El n¨²mero de tuits en los que alguien escribe a ver cuando en realidad se refiere al sin¨®nimo del verbo existir resulta espeluznante. Prueben a hacer la b¨²squeda. ¡°Es cierto que, en muchos casos y desgraciadamente, pueden ser faltas de ortograf¨ªa inintencionadas. Pero hemos aceptado que en las redes sociales se escribe como se habla: a ver y haber suenan igual, as¨ª que no nos importa c¨®mo se escriban porque es el contexto del mensaje el que determina si nos referimos a mirar o existir, y as¨ª lo van a interpretar nuestros interlocutores. Lo mismo est¨¢ sucediendo con porqu¨¦ o por qu¨¦ y haya o halla o all¨¢¡±, se?ala Gal¨¢n. S¨ª, beach (playa) suena como bitch (zorra) cuando lo pronuncia un espa?ol. Pero no es lo mismo, ?verdad?
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