Antecedentes policiales

Los ¨¢rboles de Madrid se han liado a guantazos con los contribuyentes. Sus ramas musculadas, como brazos de levantadores de pesas, han segado la vida en poco tiempo a dos ciudadanos, dejando mal heridos a media docena. Y todo ello sin moverse del sitio, sin perseguir a sus v¨ªctimas, sin intenci¨®n de provocar ni da?o, ni dolor, ni escenas f¨²nebres de car¨¢cter urbano como la de la foto, donde el ¨²ltimo muerto yace sobre el suelo custodiado por un grupo de agentes. Un responsable de la vegetaci¨®n municipal sali¨® enseguida por la tele para asegurar que todo estaba en orden, pues el ¨¢rbol hab¨ªa sufrido una inspecci¨®n poco antes del suceso, y para prometer que har¨ªan una ficha de los dos millones de ¨¢rboles de la ciudad. Le falt¨® a?adir que los fotografiar¨ªan de frente y de perfil, por sospechosos, pobres, pobres ¨¢rboles de ciudad, abandonados a sus enfermedades cr¨®nicas o sobrevenidas por culpa tambi¨¦n de los recortes. Los recortes matan como mataban las cornisas de los a?os cincuenta y sesenta del pasado siglo en la capital de Espa?a. ¡°No vayas por debajo de las cornisas¡±, dec¨ªan las madres a los hijos los d¨ªas de lluvia, porque los remates de los antiguos edificios se desplomaban con aquella humedad de posguerra tan perniciosa tambi¨¦n para el re¨²ma. Ser¨ªa una cat¨¢strofe que tras haber perdido el miedo a las cornisas se lo cogi¨¦ramos a los pinos o a los chopos, que constituyen una riqueza insuficientemente valorada por las autoridades. No vayas por debajo de los ¨¢rboles, al menos hasta que les tomen las huellas dactilares y sepamos si tienen antecedentes policiales.