Los surferos son la nueva bohemia
Una gu¨ªa pr¨¢ctica para no ser un novato torpe cuando se est¨¢ buscando la ola
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Cook es el t¨¦rmino que, en la jerga surfera, denomina despectivamente a ese principiante patoso que no conoce las reglas del mar y va de ola en ola provocando accidentes. Un inexperto. Llevado al m¨¢ximo exponente, sirve tambi¨¦n para indicar a aquellos que llevan la tabla como mero elemento para quedar mejor en Instagram. Puro postureo.
Kepa Acero (Getxo, 1980) no tiene nada de cook. Lleva practicando este deporte desde los ocho a?os. A los 25, abandon¨® el circuito profesional para recorrer el mundo en busca de las mejores olas. Ahora cuenta su historia en un v¨ªdeo. As¨ª como en las familias normales se heredan abrigos o pantalones de los hermanos mayores, ¨¦l recib¨ªa monos y tablas de surfero. Acero hace este s¨ªmil: ¡°Es como las normas de tr¨¢fico. No basta solo con saber frenar y acelerar, tienes que aprender a convivir con otros¡±. Con ¨¦l, elaboramos el dec¨¢logo del surfero para no iniciados. As¨ª, no oir¨¢s como alguien susurra cook cuando pasas por su lado.
1. Aprende de los mayores. Es imposible aprender a surfear si solo tratas de imitar a los profesionales. Debes seleccionar el material adecuado y no volver a tumbarte en la playa cuando te hayas ca¨ªdo tres veces de la tabla. Mucha paciencia.
2. Una buena vida. Est¨¢ el que carga con poco equipaje y duerme en la furgoneta, pero tambi¨¦n el que se aloja en hoteles y cena en restaurantes. Acero ha experimentado las dos vidas. No digamos los profesionales de m¨¢s alto nivel, que viajan con su entrenador, psic¨®logo y nutricionista. Otra galaxia.
3. Un deporte de pijos. No nos enga?emos. No basta con un bal¨®n y un ch¨¢ndal. Esto no es f¨²tbol ni baloncesto. Si quieres lanzarte al agua hay que tener buen material, adaptado a tu nivel. Pero tambi¨¦n es cierto que el surf se ha democratizado y ahora es m¨¢s sencillo practicarlo que antes. En Getxo, pueblo natal de Acero, un curso de 20 d¨ªas te puede salir por unos 300 euros.
4. ?Gayfriendly? Australia es uno de los pa¨ªses con m¨¢s tradici¨®n surfera y tambi¨¦n uno de los lugares en los que todav¨ªa, incomprensiblemente, existen ciertas reticencias con el mundo homosexual. Los australianos David Wakefield y Thomas Castets consiguieron 20.000 euros gracias al crowdfounding para realizar una pel¨ªcula en la que hablan de la homofobia del mundo de las olas. Con ese dinero, recorrieron Australia, Hawai, California, M¨¦xico y las Islas Gal¨¢pagos para documentar la problem¨¢tica a la que se enfrentan los homosexuales surferos. ¡°No es que haya homofobia especialmente en este campo, es un reflejo de la sociedad y si est¨¢ no est¨¢ muy desarrollada en este aspecto, se traslada¡±, reconoce Acero.
5. Bailar con ballenas o hundirte en arenas movedizas. Son dos extremos. S¨ª. Pero si de verdad quieres lanzarte a la aventura y recorrer el mundo con tu tabla, debes estar preparado para lo mejor y lo peor. En Angola, Acero se perdi¨® en una playa desierta. Despu¨¦s de diez d¨ªas de la soledad m¨¢s absoluta se dio cuenta de que ir vestido no ten¨ªa sentido. As¨ª que empez¨® a vivir y surfear desnudo. Y se acompa?¨® de una ballena con la que nad¨® a diez metros de ¨¦l. ¡°Cuando ese animal respira se tambalea todo el oc¨¦ano¡±, asegura Acero. En Alaska vivi¨® la cara amarga de la vida bohemia. Su barco se qued¨® encallado y tuvo que andar hasta la orilla. Pero en el camino a tierra firme encontr¨® arenas movedizas. Sus 63 kilos le permitieron sobrevivir caminando a paso firme. Su compa?ero chileno, un poco m¨¢s corpulento, sufri¨® un poco m¨¢s.
6. Tambi¨¦n hay competici¨®n. El negocio ha llegado a este mundo. Acero vivi¨® durante dos d¨¦cadas las giras de campeonatos que lo llevaban por todo el mundo. ¡°Cuando empec¨¦ a ser un profesional el surf s¨ª que era una fiesta. Hoy en d¨ªa en la competici¨®n, la gente est¨¢ totalmente volcada en su oficio y es como cualquier otro atleta¡±.
7. Disfruta de la improvisaci¨®n. Para planear una escapada basta con mirar Google earth y lanzarte a la aventura. Acero afirma que la magia de los viajes se basa en el trayecto, a veces llega a su objetivo y a veces no. Lo de planificar todo hasta el ¨²ltimo detalle no va con la filosof¨ªa surfera.
8. Fiestas con mojitos. Los primeros encuentros surferos consist¨ªan en ¡°una reuni¨®n donde la gente se lo pasaba bien¡±. Despu¨¦s llegaron los patrocinadores, el negocio y las marcas. Y la cosa se puso seria. Pero no todo es competici¨®n. Cada a?o, la localidad asturiana de Salinas acoge el mayor festival surfero de Espa?a, el Longboard. Acampadas, conciertos y, c¨®mo no, surf.
9. Una chica en cada ola. Algo hay de cierto. No nos enga?emos. La piel bronceada y el aura bohemia que rodea al surfero ayuda mucho. Pero tampoco hay que cre¨¦rselo todo. ¡°Las pel¨ªculas han hecho mucho da?o¡±, asegura Acero. ?l tiene una novia y punto. ¡°Aunque hay de todo y entre viaje y viaje pasan cosas¡±.
10. La tabla es mi religi¨®n. No, no y no. Es cierto que hay mucho intensos que viven por y para el mar, pero hay vida m¨¢s all¨¢ de las olas. ¡°Yo me mojo cada d¨ªa, pero si por lo que fuera no pudiera hacerlo, me dedicar¨ªa a otra cosa¡±, explica Acero. Es mejor huir de los fanatismos.
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