Maniobras en escenarios p¨¦simos
Los l¨ªderes mundiales comprueban juntos su reacci¨®n ante una emergencia nuclear. ?Por qu¨¦ no hacerlo ante una econ¨®mica?
Desde hace a?os, un cierto n¨²mero de dirigentes mundiales, incluido Barack Obama y varios europeos, participan en unos ejercicios conjuntos destinados a comprobar su capacidad de reacci¨®n y coordinaci¨®n frente al hipot¨¦tico caso de que un grupo terrorista se haga con una bomba sucia, es decir, una bomba nuclear, y amenace con hacerla explotar en un centro financiero internacional.
El ¨²ltimo ejercicio se celebr¨® el pasado marzo, con motivo de la Cumbre de Seguridad Nuclear de La Haya. Los dirigentes mundiales, reunidos con sus principales asesores, fueron tomando decisiones personalmente, contact¨¢ndose y coordin¨¢ndose, seg¨²n se iba desarrollando el escenario virtual, cada vez m¨¢s amenazante y catastr¨®fico, preparado por un grupo de expertos militares internacionales.
Una de las consecuencias de la Cumbre fue el acuerdo de enviar 500 toneladas de material nuclear ?a EE UU
Se desconoce el resultado final de estas maniobras presidenciales. S¨ª se sabe que una de las consecuencias de la Cumbre fue el acuerdo por parte de Jap¨®n, Italia y B¨¦lgica de enviar unas 500 toneladas de material nuclear de desecho a Estados Unidos, donde se supone que estar¨¢n mejor controladas. Los expertos opinan, sin embargo, que Jap¨®n sigue disponiendo de demasiado plutonio, que ha ido reciclando del combustible de sus reactores nucleares civiles, que almacena en su propio territorio y que a muchos de esos expertos les gustar¨ªa ver guardado en otro lugar.
La cuesti¨®n no es si esos ejercicios son necesarios o no. Existen pocas dudas al respecto. Lo que resulta llamativo es que los l¨ªderes mundiales acepten con facilidad participar en este tipo de maniobras, de ¨ªndole policial y militar, y que no se celebren ejercicios parecidos respecto a c¨®mo reaccionar ante eventuales crisis provocadas, no por un atentado terrorista en un centro financiero internacional, sino por una tormenta econ¨®mica que nazca en esos mismos centros o por una bomba pol¨ªtica que se descontrole y provoque similares consecuencias.
Es necesario medir a los l¨ªderes, examinar los peores escenarios y calcular c¨®mo reducir el impacto de una crisis pol¨ªtica?
Desde luego, no ser¨¢ por falta de escenarios virtuales posibles. Si uno mira el mapa, comprueba que en muy pocos a?os han aumentado notablemente las amenazas potenciales y las incertidumbres pol¨ªticas. No se trata solo del casi imprevisto conflicto entre Ucrania y Rusia, sino de la guerra total contra el Estado Isl¨¢mico que se ha concretado en un abrir y cerrar de ojos y en un territorio que abarca varios pa¨ªses. Por no hablar de las posibles consecuencias de los movimientos democratizadores en Hong Kong, de los conflictos territoriales entre Tokio y Pek¨ªn o del siempre inquietante Oriente Pr¨®ximo. O de la posibilidad de una eventual y veloz profundizaci¨®n de la recesi¨®n europea, de manera que ponga de nuevo en riesgo la moneda ¨²nica.
Los mercados financieros parecen muy tranquilos, advierte el famoso economista Nouriel Roubini, como si nada de todo esto les afectara. Pero es una impresi¨®n falsa. Cualquier minitormenta financiera puede convertirse en d¨ªas en hurac¨¢n, cualquier turbulencia pol¨ªtica puede transformarse en una se?al desestabilizadora imparable. Hasta bien entrado el verano de 1914, los mercados financieros ignoraron los riesgos que flotaban claramente en el aire, recuerda Roubini.
Desde luego, parecer¨ªa una buena idea que la Uni¨®n Europea preparara unas maniobras en las que todos los l¨ªderes de los pa¨ªses miembros del Eurogrupo, por ejemplo, estuvieran obligados a examinar conjuntamente los peores escenarios pol¨ªticos posibles y las eventuales consecuencias de decisiones incorrectas. Los ejercicios presidenciales nucleares parten de la premisa de que no basta con requerir que se cumplan las medidas de seguridad, que lo peor es posible y que es muy f¨¢cil equivocarse cuando las decisiones se adoptan bajo presi¨®n extrema.
Quiz¨¢s ser¨ªa bueno pensar que no basta con que se realicen pruebas de esfuerzo en las mayores entidades financieras de los pa¨ªses con moneda ¨²nica, sino que es necesario medir a los l¨ªderes, examinar los peores escenarios y empezar a calcular en fr¨ªo c¨®mo reducir el impacto de una crisis pol¨ªtica descontrolada, de una bomba pol¨ªtica. Quiz¨¢s si desde hace a?os se hubieran llevado a cabo ejercicios similares, hubiera sido posible evitar algunos de los graves errores que cometieron los europeos en la gesti¨®n de la crisis, errores que todav¨ªa hoy nos tienen sometidos.?
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