Cadena de fallos
Gestionar la crisis causada por el primer contagio de ¨¦bola exige credibilidad t¨¦cnica y pol¨ªtica
Los primeros datos disponibles sobre las circunstancias en que se ha producido el contagio de ¨¦bola de una auxiliar de enfermer¨ªa del hospital Carlos III de Madrid revelan que los protocolos aplicados para prevenir la enfermedad han resultado del todo insuficientes. Sin que se haya podido determinar todav¨ªa por qu¨¦ motivo y en qu¨¦ momento se produjo el contagio, parece evidente que la grave crisis desatada es consecuencia de una cadena de errores de seguimiento y evaluaci¨®n, adem¨¢s de notables insuficiencias asistenciales. A lo que hay que a?adir una mala pol¨ªtica de informaci¨®n por parte de las autoridades sanitarias.
Editoriales anteriores
Desde que la propia paciente llam¨® al servicio de riesgos laborales de su centro, alertando de posibles s¨ªntomas, hasta que acudi¨® al servicio de urgencias del hospital de Alcorc¨®n transcurrieron nada menos que seis d¨ªas en los que se dio al virus la oportunidad de replicarse en otras personas. Lo que hubiera podido ser un caso puntual y perfectamente controlable de contagio secundario ha derivado en un grave problema sanitario cuyas consecuencias resultan dif¨ªcil predecir.
Teniendo en cuenta la naturaleza de la enfermedad y el l¨®gico estado de alarma que causa, es urgente que las autoridades sanitarias realicen una auditor¨ªa cl¨ªnica de lo ocurrido. Esa auditor¨ªa debe determinar en primer lugar los fallos que en su momento permitieron el contagio de la auxiliar. Pero tan importante como averiguar la causa es revisar cada uno de los puntos del protocolo aplicado para el seguimiento preventivo del personal que atendi¨® a los dos enfermos de ¨¦bola repatriados en agosto y septiembre, y que murieron en el mismo hospital madrile?o. Las supuestas deficiencias de esos protocolos son las que parecen haber permitido que la paciente infectada se haya convertido en posible foco de expansi¨®n del virus.
Lo m¨¢s urgente ahora es evitar que ocurra lo mismo con las personas que estuvieron en contacto con ella. Es preciso establecer un seguimiento riguroso de todos los contactos ¡ªde momento son 52 personas¡ª y, si es preciso, aplicar las medidas extraordinarias que autoriza la ley de salud p¨²blica. Aunque deben evaluarse con rigor los pros y contras de un posible aislamiento hospitalario preventivo, el criterio que debe prevalecer es el del inter¨¦s general. En este caso, evitar nuevos contagios debe ser la absoluta prioridad. Para ello tambi¨¦n debe establecerse con mayor claridad un centro de referencia y los mecanismos precisos de traslado y atenci¨®n de los posibles nuevos enfermos.
En una crisis sanitaria como esta, con enormes repercusiones internacionales, tan importante como garantizar que se aplican rigurosas medidas de prevenci¨®n es gestionar la alarma que l¨®gicamente se genera. Hasta ahora, el manejo de la informaci¨®n por parte del Ministerio de Sanidad, y particularmente de su titular, Ana Mato, ha sido poco tranquilizador.
A la falta de datos precisos sobre lo ocurrido hay que a?adir una notable confusi¨®n sobre la atribuci¨®n de responsabilidades y el ejercicio de la autoridad. Llegados a este punto, y ante las insuficiencias de la titular de Sanidad, el presidente del Gobierno deber¨ªa asumir la direcci¨®n de la crisis con el nombramiento de un comit¨¦ cient¨ªfico y t¨¦cnico del m¨¢ximo nivel, que permita evaluar en cada momento la medida m¨¢s conveniente, y ofrecer a los ciudadanos informaci¨®n detallada y peri¨®dica sobre lo que suceda.
Informar no es contraproducente. Lo que causa alarma es la desinformaci¨®n. La crisis tiene los elementos necesarios para provocar reacciones de temor colectivo, lo que, de ocurrir, podr¨ªa agravarla a¨²n m¨¢s. Europa y el resto del mundo nos observan con preocupaci¨®n. En situaciones como esta se mide la talla de los gobernantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.