Cambio de oficio
El modelo Andr¨¦s Velencoso quiere ser actor. Tras ¡®Fin¡¯ (2012) se gan¨® un hueco en una serie y ahora prepara su regreso a la gran pantalla
Cuando Andr¨¦s Velencoso entra en la sala, lo primero que llama la atenci¨®n es que su estatura, su espalda y su aplomo destacan muy por encima de la media. Como viste una camisa blanca desabotonada y un pantal¨®n de traje, da la sensaci¨®n de que acabara de huir de alg¨²n c¨®ctel de etiqueta a medianoche. Pero son las dos de la tarde. Habr¨¢ en torno a 25 personas en este plat¨® ubicado a las afueras de Madrid, y todos andan pendientes de sus movimientos. ?l, de momento, charla con unos y otros. Distendido. Por ejemplo: con el ¨²nico capaz de competir con su altura, comenta la eliminaci¨®n de la selecci¨®n espa?ola de baloncesto en la noche anterior. Velencoso dibuja el gesto de un tiro a canasta con una bola imaginaria; y con el director de la secuencia repasa sus movimientos y sus frases. Cuando parece que todo ha quedado claro, un ayudante pide silencio, grita: ¡°?Prevenidos!¡±, y a continuaci¨®n: ¡°?Grabando!¡±. Para entonces, el modelo se encuentra en el interior de una caseta de lona en medio de la estancia, sentado y con el torso al aire. Dentro le maquillan y le peinan. Una c¨¢mara registra lo siguiente: vibra un m¨®vil a su espalda; ¨¦l contesta con tono cari?oso mientras se pone en pie y una mujer le coloca de nuevo la camisa, al tiempo que sale de la caseta y dice al tel¨¦fono: ¡°Ya sabes, como siempre: del aeropuerto al hotel, y del hotel al rodaje¡±. Se supone que se encuentra en Budapest. Por un momento da la sensaci¨®n de que est¨¢ interpretando su propia vida, como en un juego de espejos. Hasta que alguien exclama: ¡°?Cortamos!¡±. Y ah¨ª queda aparcado Rub¨¦n Barahona, el personaje al que da vida en la serie B & b (Telecinco), un actor de fama mundial al que acosan los paparazis.
¡°Siempre digo que de intruso no tengo nada. Yo llego aqu¨ª a aprender¡±, dice el modelo sobre su faceta de actor
Un papel as¨ª, cabr¨ªa pensar, puede resultar asequible para alguien con poca experiencia como actor, pero una biograf¨ªa similar. ¡°Parece f¨¢cil, pero hazlo t¨²¡±, dice poco despu¨¦s el Velencoso real en la cantina de los estudios, mientras engulle a la velocidad del rayo un plato de ensalada, seguido de unos muslos de pollo con patatas fritas. Son las cuatro de la tarde. Y, a ratos con la boca llena, reconoce no obstante cierto paralelismo entre la escena que acaba de filmar y su existencia: ¡°Ha sido muchas veces as¨ª: ¡®Qu¨¦ bien, t¨ªo [imita la voz de un tercero], ?d¨®nde te vas?¡¯. A Seychelles. Eso me ha pasado: llegar all¨ª, dormir, levantarme, hacer fotos en una playa incre¨ªble, cenar y, al d¨ªa siguiente, empaquetado para casa¡±. No es que haya dejado de hacerlo. Sigue unido a esa industria ¡°muy compleja y fr¨ªa, pero que abre puertas para todo¡±, a la profesi¨®n que le coloc¨® en el mapa. La moda. Pero ha bajado el ritmo hasta el punto de que m¨¢s de uno ha olvidado que sigue en el mercado. En unos d¨ªas, a?ade, pasar¨¢ por Nueva York a decir: ¡°Hola, estoy vivo¡±. Y se explica: ¡°Este a?o he estado un poco out del mundillo. F¨ªjate, el otro d¨ªa me dice un cliente por Instagram: ¡®?Ostras! ?Todav¨ªa sigues trabajando de modelo?¡¯. La gente r¨¢pidamente, en cuanto no est¨¢s¡¡±. Te da por muerto.
?l tiene un plan. Tal y como lo cuenta, estos ¨²ltimos meses se ha centrado ¡°en lo de ser actor¡±. El verbo que emplea es ¡°invertir¡±. Se ha pagado cursos. Se ha curtido en castings. Ha estudiado a Shakespeare y a Tennessee Williams. Se podr¨ªa decir que ha empezado de cero una carrera. Aunque parte con ventaja. Para lo bueno y lo malo, arrastra el peso de su apellido (de origen manchego, ¡°como el Toboso¡±). Ser quien es, en general, ¡°abre puertas¡±: un tipo de 36 a?os que cotiza entre los m¨¢s atractivos del planeta; un valor seguro frente a la c¨¢mara; el chico guapo nacido y criado en Tossa de Mar (Girona), hijo predilecto en esta peque?a localidad tur¨ªstica de la Costa Brava, que en lo m¨¢s alto de su carrera en la pasarela, decidi¨® abrirse un hueco en la interpretaci¨®n. Dice que a veces ha notado cierto recelo por parte de otros actores. ¡°Y siempre digo que de intruso, nada. Llego aqu¨ª a aprender. Habr¨¢ mucha gente que piense: ¡®?Mira el modelo!¡¯. Parece que, a veces, ser guapo y cuidarte no tiene que ver con este mundo. Creo que s¨ª puede ser compaginable¡±. Quiz¨¢ por todo esto, en un taller reciente de teatro cl¨¢sico del actor brit¨¢nico Will Keen, Velencoso eligi¨® preparar el discurso de Edmundo en El rey Lear. En sus palabras: ¡°El hijo bastardo que proclama: ¡®?Por qu¨¦ yo no puedo acceder a lo que accede mi hermano?¡±.
No se lanz¨® sin paraca¨ªdas. Prepar¨® el salto como el que estudia una opa sobre otra empresa. Le cost¨® 10 a?os convencerse. ?l dice que le tante¨® varias veces el representante de actores Antonio Rubial. Rubial, su actual agente, lo recuerda de otra forma. Se remonta a la ¨¦poca m¨¢s fren¨¦tica de Velencoso, cuando prestaba su cuerpo a las marcas m¨¢s poderosas, aparec¨ªa en las portadas de las revistas m¨¢s notables, y figuraba en editoriales y anuncios junto a Gisele B¨¹ndchen, Linda Evangelista y Jennifer Lopez. En esa ¨¦poca, el modelo sol¨ªa acudir a c¨®cteles y galas. A menudo, coinciden en ellos los mismos sujetos: las estrellas, y su c¨ªrculo de confianza. Mismas caras, distinto emplazamiento. Rubial sol¨ªa asistir a ellos como agente de, entre otros, Pen¨¦lope Cruz. ¡°En uno de los eventos Andr¨¦s me dice: ¡®Siempre he tenido curiosidad por la interpretaci¨®n¡±, rememora Rubial. Volvieron a coincidir, y el modelo insisti¨®. Quedaron y hablaron. ¡°?l lo ten¨ªa claro, y eso fue determinante¡±, a?ade Rubial. ¡°En nuestra contra jugaba que era un t¨ªo muy guapo y famoso. Hab¨ªa que tener cuidado con el primer paso: no quer¨ªamos que fuera un proyecto banal¡±. El representante le recomend¨® que fuera tomando clases. No sigui¨® el consejo. Y cuando le lleg¨® su primera oportunidad, un secundario en la pel¨ªcula Fin, junto a Maribel Verd¨², solo tuvo 13 d¨ªas para prepararse. Confes¨®: ¡°?Sabes de qu¨¦ me acuerdo ahora? De las veces que me dijiste: ¡®Estudia¡±.
En esta misi¨®n contrarreloj le ayud¨® la coach Raquel P¨¦rez, tambi¨¦n maestra de Ver¨®nica Echegui y Bel¨¦n Rueda. ¡°Era un personaje dif¨ªcil para alguien que no hab¨ªa hecho nada¡±, reconstruye P¨¦rez. ¡°Un trabajo alucinante. Ayud¨® que es un t¨ªo trabajador. Con gente como ¨¦l, desde el minuto uno sabes que se va a quedar. No era un simple coqueteo¡±. Fin se rod¨® en 2011. Se estren¨® en 2012. Las cr¨ªticas y la taquilla fueron peor de lo esperado. El debutante no sali¨® mal parado. Pero desde entonces no se le ha vuelto a ver en el cine. La situaci¨®n precaria de la industria del cine no ha ayudado. ¡°Ha habido un par¨®n¡±, dice Velencoso. ¡°Ha sido un momento en que la gente [l¨¦ase los productores] apostaban sobre seguro¡±.
El veneno, no obstante, ya le hab¨ªa sido inoculado. Comenz¨® a asistir con asiduidad a los talleres de Raquel P¨¦rez. Dio otro con Andr¨¦s Lima. Otro del Teatro del Sol. Mientras, en las pruebas de casting, se iba cruzando con sus competidores, como Hugo Silva y ?lex Garc¨ªa. Siempre parec¨ªan llevarse ellos los papeles. Hasta que Garc¨ªa se cay¨® de una producci¨®n a principios de 2014 y llamaron a Velencoso para sustituirle. Esta vez no le pillaron con un pie en falso y la pel¨ªcula, Summer camp, una de terror de los creadores de la saga Rec, se estrenar¨¢ pronto. Poco despu¨¦s le llamaron para aparecer en dos episodios de B & b. En principio eso iba a ser todo. Pero le han renovado para la segunda temporada. Luis San Narciso, director de reparto habitual de Pedro Almod¨®var, fue uno de los responsables de que entrara en la serie. Dice: ¡°Lo que m¨¢s me gust¨® fue sentarme con ¨¦l; me dio la sensaci¨®n de que hablaba con humildad y se lo tomaba en serio. Ha llegado desnudo y con las orejas abiertas. Y ha empezado desde abajo. Gast¨¢ndose el dinero en clases. Tiene vocaci¨®n. Y falta de ansiedad. Un tipo con su pinta siempre es bueno: no abundan¡±.
En la sesi¨®n de fotos que ilustra estas p¨¢ginas, Velencoso coincidi¨® en el estudio con Carlos Bardem. Se saludaron con un abrazo. Daba la sensaci¨®n de que se trataban como colegas: de actor a actor. Y aunque a Velencoso a¨²n le cueste poner en palabras por qu¨¦ se enganch¨® al oficio ¨C¡°posiblemente porque¡ ?jo¨¦! Tengo muchas cosas que contar. Hay quien las puede expresar de otra forma, escribiendo, por ejemplo. Pues yo interpret¨¢ndolas¡±¨C, de momento, tiene trabajo en la serie hasta diciembre.
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