La hora de la inversi¨®n p¨²blica en Europa
No debe darse por supuesto que las extraordinarias condiciones de financiaci¨®n actuales van a durar toda la vida. Hay que saber aprovecharlas para no caer en un estancamiento que puede durar a?os
La eurozona est¨¢ cerca de la recesi¨®n. El diagn¨®stico difundido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) la pasada semana eleva las probabilidades de que el valor de la producci¨®n de bienes y servicios del ¨¢rea monetaria aborde una nueva fase con tasas negativas de crecimiento, la tercera desde 2008. Los indicadores posteriores al cierre de ese informe confirman la virtualidad de ese horizonte, cuyos rasgos son cada d¨ªa m¨¢s pr¨®ximos al que Jap¨®n sufri¨® durante m¨¢s de una d¨¦cada. Con la significativa diferencia de tasas de desempleo muy superiores en la eurozona. Para el alejamiento de ese escenario de estancamiento secularya no ser¨¢n suficientes las decisiones excepcionales preparadas por el Banco Central Europeo (BCE). Es necesario que las pol¨ªticas fiscales adopten una orientaci¨®n m¨¢s expansiva de la demanda, preferiblemente mediante la intensificaci¨®n de la inversi¨®n p¨²blica.
1. El diagn¨®stico. Las advertencias del FMI no son nuevas ni exclusivas. En informes anteriores de esa instituci¨®n y en los an¨¢lisis de otras, el BCE entre ellas, se ha venido advirtiendo de los fr¨¢giles fundamentos en los que descansaba la tibia recuperaci¨®n econ¨®mica de la eurozona. De la erosi¨®n en el crecimiento potencial consecuente con la severidad de la crisis y la aplicaci¨®n de pol¨ªticas econ¨®micas inadecuadas dan cuenta las dificultades para reducir de forma significativa el desempleo y la deuda de las familias y empresas. Y la priorizaci¨®n por estas de la reducci¨®n de sus deudas seguir¨¢ limitando la necesaria expansi¨®n de la demanda, revelando una amplia capacidad productiva sin utilizar. Las expectativas de ascenso en la inflaci¨®n, hacia esa referencia en el entorno del 2% definida por el BCE, apenas han mejorado por una depreciaci¨®n del euro limitada. La deflaci¨®n acent¨²a las dificultades de familias y empresas para asimilar esas deudas, para que su peso sobre la renta descienda.
Ya no son solo las econom¨ªas perif¨¦ricas las afectadas. A la revisi¨®n a la baja de las previsiones de crecimiento del FMI para la eurozona le han seguido indicadores m¨¢s recientes que han pronunciado la debilidad en las principales econom¨ªas de la eurozona. En el segundo trimestre de este a?o las tres mayores ¡ªAlemania, Francia e Italia¡ª quedaron estancadas o directamente en recesi¨®n. La locomotora germana contrajo su crecimiento trimestral antes de que otros indicadores confirmaran la persistencia de la debilidad. Es el caso de la ca¨ªda en la actividad industrial o el descenso de las exportaciones en agosto, el mayor desde 2009.
Las decisiones de gasto e inversi¨®n de familias y empresas, as¨ª como las de inversi¨®n crediticia de los bancos, siguen inhibidas por un manifiesto debilitamiento de la confianza, al tiempo que la mayor¨ªa de las Administraciones P¨²blicas contienen las suyas. La severidad diferencial con que en la mayor¨ªa de las econom¨ªas de la eurozona se ha llevado a cabo el ajuste fiscal no ha conseguido precisamente reducir la deuda p¨²blica. Pero s¨ª ha contribuido a pronunciar la ca¨ªda de la demanda agregada, el reducido crecimiento y la inquietante baja inflaci¨®n. Esa austeridad fiscal indiscriminada es la responsable de la descapitalizaci¨®n de no pocas econom¨ªas, reduciendo la inversi¨®n p¨²blica en la totalidad de las dotaciones de capital, f¨ªsico, humano y tecnol¨®gico, sin las que no es posible volver a crecer de forma sostenida.
2. Las terapias. El retorno a una senda que recupere en un plazo razonable los ritmos de crecimiento previos a la crisis, suficientes para reducir el endeudamiento y el desempleo, requiere decisiones que estimulen de forma significativa la demanda agregada.
Los Gobiernos de la eurozona tienen que cambiar sus orientaciones en pol¨ªtica fiscal
Las adoptadas hasta ahora no han sido consecuentes con el diagn¨®stico comentado. Por eso, el propio presidente del BCE, al tiempo de prometer que seguir¨¢ siendo activo con sus pol¨ªticas monetarias excepcionales, ha sugerido hace semanas que los Gobiernos deber¨ªan flexibilizar sus pol¨ªticas fiscales. El BCE debe mantener el empe?o en cumplir con sus principales obligaciones, alejar el riesgo de deflaci¨®n, conseguir que el cr¨¦dito fluya con normalidad en todas las econom¨ªas del ¨¢rea y que desaparezca la fragmentaci¨®n financiera que sigue penalizando a las empresas de menor dimensi¨®n de la periferia europea. Pero esa instituci¨®n es consciente de que incluso la aplicaci¨®n de las decisiones m¨¢s agresivas, como la compra de deuda p¨²blica en el mercado secundario, no ser¨¢n suficientes.
Por eso es necesario que, sin menoscabo de las reformas que hagan falta en la oferta, todos los Gobiernos de la eurozona asuman la necesidad de cambiar sus orientaciones en pol¨ªtica fiscal con el fin de estimular la demanda. Pueden hacerlo en las siguientes direcciones (y preferiblemente en las tres, simult¨¢neamente):
a) La primera decisi¨®n necesaria para esa mayor acomodaci¨®n a un entorno recesivo es flexibilizar las exigencias del Pacto de Estabilidad para aquellos pa¨ªses que incumplen el objetivo de d¨¦ficit p¨²blico, inicialmente concebido para condiciones normales, y que mantienen su producci¨®n muy por debajo de la potencial. Han de distribuirse en el tiempo de forma m¨¢s racional los necesarios objetivos de saneamiento de las finanzas p¨²blicas. Pero tambi¨¦n hay que dejar fuera del c¨®mputo del d¨¦ficit presupuestario la inversi¨®n p¨²blica: recuperando esa regla de oro, en otro tiempo asumida como racional, y hoy m¨¢s necesaria que nunca.
b) Se deben adoptar est¨ªmulos fiscales en aquellas econom¨ªas que disponen de margen de maniobra para hacerlo. Alemania es el caso m¨¢s claro. Podr¨ªan hacerlo mediante reducci¨®n de impuestos o aumentando la inversi¨®n p¨²blica. La evidencia se?ala que el impacto m¨¢s inmediato e importante sobre la demanda agregada es el aumento de la inversi¨®n p¨²blica. La conveniencia es mayor si tenemos en cuenta las necesidades espec¨ªficas de fortalecimiento de las infraestructuras en econom¨ªas como la propia alemana.
Mejorar las circunstancias de vida futuras es clave para garantizar la uni¨®n monetaria
c) Adopci¨®n de programas de inversi¨®n por las instituciones europeas, el Banco Europeo de Inversiones de forma destacada. Esta instituci¨®n, lejos de intensificar sus inversiones las redujo entre 2010 y 2012, cuando m¨¢s necesario era compensar la desaceleraci¨®n de la mayor¨ªa de las econom¨ªas europeas, generada por las pol¨ªticas de austeridad fiscal. En lugar de reducir su inversi¨®n como parece planear en este a?o y el pr¨®ximo, deber¨ªa intensificarla de forma significativa. Ello requiere, efectivamente, aumentar las aportaciones a su capital por los pa¨ªses miembros por encima de los 10.000 millones de euros acordados en 2012. Tengamos en cuenta que la capacidad inversora de que dispone esta instituci¨®n es de varias veces su capital, en la medida en que puede acceder al endeudamiento en los mercados de capitales.
Las razones que amparan el aumento de la inversi¨®n p¨²blica en proyectos bien seleccionados atendiendo a su influencia sobre la productividad de la econom¨ªa han sido suficientemente ilustradas en an¨¢lisis emp¨ªricos con rigor suficiente. El del propio FMI, al que ha dedicado un cap¨ªtulo de su ¨²ltimo informe, es el m¨¢s reciente, pero numerosos acad¨¦micos, desde Larry Summers a Jordi Gal¨ª, han reforzado esas conclusiones. Como lo han hecho los ortodoxos institutos econ¨®micos alemanes la semana pasada, al tiempo que reduc¨ªan las previsiones de crecimiento en este y el pr¨®ximo a?o para su econom¨ªa.
La expansi¨®n de la demanda a corto plazo y el aumento del crecimiento potencial a medio plazo, asociados a ese aumento de la deuda p¨²blica, contribuir¨ªan a generar ingresos suficientes con los que pagar el aumento de la deuda p¨²blica, e incluso reducirla. Recordemos que la deuda p¨²blica agregada de la eurozona, en t¨¦rminos de su PIB, sigue siendo hoy inferior a la de EE?UU o Reino Unido.
La viabilidad de esas decisiones de inversi¨®n p¨²blica cuenta con la excepcional complicidad de unas condiciones de financiaci¨®n hist¨®ricamente favorables, que hay que aprovechar. No puede darse por descontado que la abundancia de liquidez, la excepcional disposici¨®n del BCE y los hist¨®ricamente bajos tipos de inter¨¦s de la deuda p¨²blica a largo plazo vayan a durar toda la vida. Aprovecharlas ahora de forma eficiente contribuir¨ªa a que el estancamiento no fuera el escenario dominante durante a?os. No solo frenar¨ªa el deterioro de las condiciones de vida actuales, sino que mejorar¨ªa las futuras. Y esta es hoy la condici¨®n m¨¢s importante para que la propia existencia de la uni¨®n monetaria quede garantizada.
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