¡°Mi generaci¨®n es tan ¨²til como un Ferrari en un camino de cabras"
Tras arrasar con obras como 'Espa?ist¨¢n', Aleix Sal¨® rescata el retrato que hizo a sus contempor¨¢neos antes de que estallara la crisis. Y concluye que los j¨®venes de hoy estaban condenados desde hac¨ªa tiempo
Aleix Sal¨® empez¨® retratando a los que le rodeaban, se dio a conocer criticando a los que le gobernaban y ha acabado maldiciendo a los que les mandan a ellos. Ese es el ciclo que este dibujante de Ripollet ha descrito con los libros que lleva publicados a sus 32 a?os: Hijos de los ochenta, primero; Espa?ist¨¢n y Simiocracia, despu¨¦s; y ya con el arrebato dirigido a Bruselas, Europesadilla. Es probable que sus libros m¨¢s conocidos sean los dos sobre Espa?a y es seguro que m¨¢s conocidos que esos libros lo sean los v¨ªdeos con los que los promocion¨® en YouTube: llevan el mismo t¨ªtulo que los tomos, muestran la misma capacidad para resumir con humor y sin clemencia la delirante historia reciente de Espa?a y, juntos, suman casi ocho millones de reproducciones desde 2011 y 2012, respectivamente. Algo hab¨ªa en sus animaciones y en el tono con el que criticaba a las instituciones que conect¨® particularmente con la gente de su edad, esa generaci¨®n que se declara truncada por la crisis y traicionada por la mediocridad pol¨ªtica. Tanto, que un poco m¨¢s y alguien podr¨ªa coger a este puro nervio rubio, de nariz quijotesca y ojos verdes, y colgarle el sambenito de Portavoz de una generaci¨®n. A ¨¦l eso le parece rid¨ªculo, como casi todo, y tiene una tesis para desmontarlo, como casi siempre. ¡°El colectivo joven est¨¢ muy infravalorado y malinterpretado en los medios as¨ª que en cuanto sale alg¨²n menor de 35 con algo de discurso, ya es la voz de los j¨®venes¡±, se retuerce, solo en el sof¨¢ m¨¢s grande de una terraza de un hotel madrile?o. ¡°Es absurdo si lo piensas: cuando habla un economista de 50 a?os nadie le considera la voz de los cincuentones. Adem¨¢s, hay que trabajarse mucho la imagen si quieres llegar a ser portavoz de algo¡±.
A los de mi generaci¨®n nos dise?aron como un Ferrari, con todos los equipamientos y un motor de primera l¨ªnea? preparad¨ªsimo para ser el m¨¢s r¨¢pido en una autopista. Y cuando este coche sali¨® del garaje se encontr¨® con un camino de cabras. Un Ferrari en un camino de cabras, ?para qu¨¦ sirve? Para una absoluta mierda. Con perd¨®n
A ¨¦l la imagen le preocupa lo suficientemente poco como para recluirse en su casa a leer y escribir en lugar de pontificar en charlas, tertulias y conferencias. De hecho si est¨¢ hablando con los medios es porque su primer libro, Fills dels vuitanta: La generaci¨® bombolla, de 2008, acaba de traducirse al castellano y distribuirse por todo el pa¨ªs bajo el t¨ªtulo Hijos de los ochenta: La generaci¨®n burbuja (DeBolsillo. Para una explicaci¨®n del t¨ªtulo vean las vi?etas que ilustran todo este texto). Se da as¨ª la elegante carambola de que Sal¨® cierra etapa volviendo al principio, como los h¨¦roes en el cine de Hollywood. Lo siguiente, anuncia, ser¨¢ un cambio de tercio quiz¨¢ en otro pa¨ªs o idioma. Tan prematuro como todo en esta mente amueblad¨ªsima que empez¨® dando clases particulares de guitarra a los 16 a?os mientras tocaba en la parroquia de su pueblo ¨Cen la edici¨®n original de Fills dels vuitanta cuenta: ¡°La Santa Madre Iglesia me pag¨® los primeros cubatas"¨C y que sigui¨®, desde los 17, publicando vi?etas en la prensa local. Solo que reeditar el libro con el que empez¨® este camino conlleva una pega: es una descripci¨®n de la generaci¨®n que naci¨® entre 1980 y 1989 que fue escrita antes de que la la Gran Recesi¨®n se llevase por delante la econom¨ªa de medio mundo, de que la Reforma Laboral de 2010 pintase de negro el futuro de los veintea?eros, de que el 15-M reinventara temporalmente el papel de la juventud en la vida social espa?ola y de que gran parte de esa gente emigrara a buscar fortuna fuera. Hasta que Sal¨® abre la boca y ese aparente defecto se convierte en su mayor virtud.
?No ha sentido la necesidad de adaptar alg¨²n pasaje del libro a la actualidad, seis a?os despu¨¦s?
No, creo que sigue vigente. En todo caso a?adir¨ªa un ap¨¦ndice con c¨®mo ha evolucionado todo. Pero los j¨®venes ya est¨¢bamos vendidos antes de la crisis: era bonanza s¨ª, pero una bonanza que hab¨ªa generado problemas para la gente de mi edad. Nos llamaban generaci¨®n par¨¢sito porque no nos ¨ªbamos de casa de nuestros padres mientras se disparaba el precio de la vivienda y se instauraban los contratos basura. A mi padre lo cogieron con 14 a?os, sin estudios, lo formaron y le dieron trabajo durante cuatro d¨¦cadas. Eso no lo voy a ver yo en mi vida.
?Qu¨¦ dir¨ªa que es lo m¨¢s vigente?
Hablo de la nostalgia y eso es m¨¢s fuerte hoy que nunca. La situaci¨®n econ¨®mica nos ha moldeado como la generaci¨®n que m¨¢s se refugia en el pasado. Fuimos la generaci¨®n con la infancia m¨¢s acomodada y nos encontramos con un mundo que no est¨¢ interesasdo en lo que quieran o puedan aportar los j¨®venes. Las empresas no quieren formarlos ni contratarlos. Somos el caso inverso de nuestros padres. Ellos partieron de una infancia dura y, a medida que fueron creciendo, se encontraron un mundo mucho m¨¢s receptivo y abierto a lo que los ellos pudieran construir. Mis padres no hablan de su infancia con nostalgia. Nosotros con 20 a?os ya parec¨ªamos viejunos, recordando nuestra Game Boy.
Su libro se distingue en que no se limita a victimizar a su generaci¨®n. Quiz¨¢ porque lo escribi¨® antes de que la crisis se recrudeciera, deja hueco para la autocr¨ªtica. Podr¨ªa hasta desprenderse que esta generaci¨®n es de las que m¨¢s ego tiene.
S¨ª, se nos ense?¨® que el mundo nos deb¨ªa algo. Pero no sali¨® de nosotros.
Nos falta trabajar desde los 16 a?os. Aunque sea en un bar de mierda pero que te ense?e lo que es tener un jefe que te putea y tener que llegar a tu hora y responder por tus responsabilidades y todo a cambio de dos m¨ªseros euros. As¨ª empiezas a definir lo que no quieres en la vida, que te llevar¨¢ m¨¢s lejos que llegar a los 30 encadenando carreras
En todos los sectores perjudicados por la crisis siempre hay un porcentaje de v¨ªctimas que se instalan en la queja por defecto. Entre los j¨®venes, ?cu¨¢ntos hay lament¨¢ndose que el mundo no se haya ajustado a sus necesidades?
En el libro uso la met¨¢fora del Ferrari. Nos dise?aron como un coche de primera gama, con todos los equipamientos y un motor de primera l¨ªnea brutal preparad¨ªsimo para ser el m¨¢s r¨¢pido en una autopista. Y cuando este coche sali¨® del garaje se encontr¨® con un camino de cabras. Un Ferrari en un camino de cabras, ?para qu¨¦ sirve? Para una absoluta mierda. Con perd¨®n.
?Qu¨¦ le parece una frase que se ha dicho sobre su generaci¨®n y su "fatigosa abundancia de idiotas con m¨¢ster"?
?Somos la generaci¨®n m¨¢s preparada o la m¨¢s formada? Porque no es lo mismo. Estar formado no quiere decir estar preparado para el mundo real. He visto una tendencia muy t¨®xica y peligrosa de estudiantes que estudian una carrera y, como no encuentran hueco en el mundo laboral, vuelven a los estudios. Que no est¨¢ mal pero se empieza encadenando carreras y m¨¢steres y se acaba en la treintena con un curr¨ªculo de primera sin haber trabajado nunca. Eso es peligros¨ªsimo. Pierdes el tren. Tu visi¨®n del mundo real est¨¢ completamente deformada. Nos falta trabajar desde los 16 a?os. Aunque sea en un bar de mierda pero que te ense?e lo que es tener un jefe desp¨®tico que te putea y tener que llegar a tu hora y responder por tus responsabilidades y todo a cambio de dos m¨ªseros euros. As¨ª empiezas a definir lo que no quieres en la vida. Empezar a hacer elecciones ayuda m¨¢s. S¨ª, nosotros tenemos parte de la culpa.
?Y de la cr¨ªtica?
En tanta formaci¨®n probablemente nos faltara una reflexi¨®n sobre la responsabilidad individual, pagar los platos de cada uno. Est¨¢ bien ser cr¨ªtico pero no todo es culpa de los dem¨¢s.
'Espa?ist¨¢n' bebi¨® mucho de la disposici¨®n espa?ola a cargar contra nuestro propio pa¨ªs. A nadie le mentes su familia, su pueblo, su club de f¨²tbol y su regi¨®n, pero todos te dir¨¢n que Espa?a es lo peor
?Dir¨ªa que su generaci¨®n ha recuperado la moda de detestar Espa?a con especial ah¨ªnco?
En Espa?a los puntos medios no se nos dan bien. Pasamos del fustigamiento a la euforia. Somos lo mejor justo antes de ser lo peor.
Espa?ist¨¢n y Simiocracia tuvieron mucho ¨¦xito tocando esa tecla.
Espa?ist¨¢n sobre todo bebe mucho de la disposici¨®n espa?ola a cargar contra nuestro propio pa¨ªs. A nadie le mentes su familia, su pueblo, su club de f¨²tbol y su regi¨®n, pero todos te dir¨¢n que Espa?a es lo peor. Los catalanes dicen que Espa?a es lo peor. Los valencianos dicen que Espa?a es lo peor. Los murcianos dicen que Espa?a es lo peor. Luego nadie sabe qu¨¦ es Espa?a. Pero esa actitud es algo a conservar. Es la versi¨®n ib¨¦rica del sentido cr¨ªtico europeo.
?Lo defiende?
En Europesadilla dec¨ªa que lo que llev¨® adelante a Europa es el sentido cr¨ªtico. Poner en duda lo establecido. De ah¨ª surgi¨® la ciencia, la raz¨®n y el siglo de las luces. Lo malo es que aqu¨ª hacemos cr¨ªtica destructiva. Ojal¨¢ nuestro sentido cr¨ªtico llevara a algo nuevo.
La situaci¨®n econ¨®mica nos ha moldeado como la generaci¨®n que m¨¢s se refugia en el pasado. Mis padres no hablan de su infancia con nostalgia. Nosotros con 20 a?os ya parec¨ªamos viejunos, recordando nuestra Game Boy
La gente de la que habla en su libro, ?son mil¨¦nicos?
A los mil¨¦nicos se los invent¨® Estados Unidos con aquella portada de TIME. Trasladarlo aqu¨ª es un poco complicado. Aqu¨ª tenemos el nini, que es injusto: ?por qu¨¦ se ha puesto nombre a los que no trabajan ni estudian y no a los que tienen que trabajar y estudiar? Que son muchos.
?C¨®mo cree que vamos a envejecer? Cuando la siguiente generaci¨®n venga con el panorama menos desfavorecedor, ?nos acomplejar¨¢?
Envejeceremos como envejecen todas las generaciones. Con los mismos tics de alguien que se est¨¢ haciendo mayor. Los j¨®venes ya no son lo que eran. Tengo amigos que se criaron rompiendo farolas a patadas y que ahora ya est¨¢n trabajando, con hijos y diciendo que los j¨®venes ya no respetan nada.
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