Congelar ¨®vulos
Es discutible que el incentivo que ofrecen Apple y Facebook favorezca los intereses de la mujer
Dos de las multinacionales tecnol¨®gicas m¨¢s importantes del mundo, Facebook y Apple, han incluido entre los incentivos que ofrecen a sus empleadas la posibilidad de financiar la congelaci¨®n de ¨®vulos para posponer la maternidad. No se trata de una ayuda menor: el tratamiento de estimulaci¨®n ov¨¢rica y posterior congelaci¨®n cuesta alrededor de 8.000 euros, m¨¢s una cuota de otros 400 anuales por mantenimiento. Las empresas se?alan que la edad de maternidad coincide con el periodo de m¨¢xima productividad y exigencia en la carrera profesional, y calculan que con esta ayuda podr¨¢n atraer a m¨¢s mujeres en un sector, el tecnol¨®gico, con escasa presencia femenina.
En principio, no habr¨ªa nada que objetar a que una empresa ofrezca a sus trabajadores apoyos de tipo social. Pero la medida ha generado controversia entre los que ven ventajas y los que subrayan los inconvenientes. El planteamiento adopta un discurso expl¨ªcito de ayuda a la maternidad y de control del calendario de la fertilidad; pero el mensaje impl¨ªcito que le acompa?a es que un embarazo es dif¨ªcilmente acomodable a los altos niveles de competitividad y exigencia profesional, y que para poder progresar profesionalmente hay que posponer la maternidad, cuando no renunciar a ella.
Es posible que esta idea est¨¦ ya interiorizada y muchas mujeres se acojan al incentivo. Pero hay que recordar que la soluci¨®n que se ofrece es incierta. Las t¨¦cnicas de congelaci¨®n de ¨®vulos est¨¢n lejos de garantizar la maternidad. Se recomiendan, como mal menor, para mujeres con c¨¢ncer cuya fertilidad puede verse afectada por la quimioterapia. Para conseguir un embarazo que d¨¦ lugar al nacimiento de un beb¨¦, el ¨®vulo ha de salir bien parado de la congelaci¨®n, debe ser despu¨¦s fecundado in vitro (algo que no siempe se consigue) y superar el procedimiento de la implantaci¨®n uterina, fase en la que muchos tratamientos de fecundaci¨®n asistida fracasan. El resultado no es seguro.
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Dado el valor de tendencia que marcan ciertas empresas, hay que ponderar bien los efectos que tendr¨ªa la generalizaci¨®n de un planteamiento as¨ª, que no debe considerarse un m¨¦todo de conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar, pues implica aceptar la idea de que maternidad y ¨¦xito profesional no son compatibles. Bastante se ha resentido ya la natalidad en los pa¨ªses avanzados por las dificultades de conciliar.
El problema es m¨¢s complicado que dar facilidades a las mujeres hasta que puedan encontrar el momento adecuado para ser madres. La protecci¨®n de la maternidad interesa en primer lugar a las mujeres, pero no solo a ellas; concierne a toda la sociedad. En lugar de buscar f¨®rmulas m¨¢s o menos atractivas que esquivan el problema, Gobiernos y empresas deben estudiar muy en serio medidas que hagan realmente compatible la profesi¨®n y la maternidad en la edad m¨¢s id¨®nea para ella ¡ªy sobre la que la mujer pueda tener capacidad de decisi¨®n¡ª y no cuando sea ya demasiado tarde.
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