Camboya avanza en la lucha contra la tuberculosis

Todo empez¨® el d¨ªa del a?o nuevo jemer. Ngom se sent¨ªa cansado y no dejaba de toser por lo que, pasados unos d¨ªas, tras ver que su estado de salud no mejoraba, decidi¨® ir a hacerse un chequeo al hospital y le diagnosticaron tuberculosis. Lo mismo le sucedi¨® a Han Iev; ten¨ªa fiebre y mucha tos. ¡°Cuando me diagnosticaron tuberculosis tuve miedo, pens¨¦ que iba a morir porque no sab¨ªa lo que era¡±, explica sentada en la camilla de su habitaci¨®n junto a su marido, May Yom, que no se ha separado de ella desde que fue ingresada hace dos meses para recibir tratamiento en el hospital de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) de la provincia camboyana de Kampong Cham. La organizaci¨®n trabaja desde 1994 en el pa¨ªs, el segundo en el mundo por prevalencia de esta enfermedad, por detr¨¢s de Sud¨¢frica.

En este centro, en 2011, se atendieron once mil pacientes y detectaron 636 nuevos casos. Entre los afectados, alrededor del 60% eran varones; el 11% de ellos, ni?os, y un 15%, VIH positivos. Este hospital ha contribuido a los avances que el pa¨ªs ha registrado en la ¨²ltima d¨¦cada en la lucha contra la tuberculosis. ¡°Camboya todav¨ªa no ha alcanzado las metas de los Objetivos del Milenio de la ONU pero las tasas de prevalencia, incidencia y mortalidad han mejorado en los ¨²ltimos diez a?os¡±, afirma Adriana Palomares, jefa de misi¨®n de MSF.

May Yom, los pacientes y los dem¨¢s trabajadores que se encuentran en el recinto deben llevar una mascarilla respiratoria que facilitan en la entrada para no ser contagiados por la enfermedad. ¡°Las bacterias se transmiten muy f¨¢cilmente, en las culturas asi¨¢ticas estamos muy cerca unos con otros y aumentan las posibilidades de contagio a otras personas¡±, explica Julie Papango, que trabaja en el laboratorio del hospital de Kampong Cham.

La desnutrici¨®n, as¨ª como las condiciones de pobreza y hacinamiento aumentan el riesgo de contraer la enfermedad. ¡°La tuberculosis necesita un sistema de salud fuerte que trabaje en red para poder lograr una disminuci¨®n de los casos y parar la transmisi¨®n¡±, asegura Palomares. ¡°En pa¨ªses de ingresos bajos y medios, los sistemas de salud son inadecuados y esto afecta la detecci¨®n temprana de casos y el seguimiento adecuado del tratamiento¡±, explica.

El 80% de los habitantes de Camboya vive en zonas rurales y esto complica el acceso a los centros sanitarios, sobre todo durante la ¨¦poca del monz¨®n, entre mayo y octubre. ¡°La tuberculosis es f¨¢cilmente detectable y tiene cura, pero con las lluvias mucha gente no viene a tratarse al hospital porque las carreteras est¨¢n cortadas o los camboyanos est¨¢n cultivando arroz¡±, dice Papango. Seg¨²n la OMS, la enfermedad se trata administrando durante seis meses una combinaci¨®n de cuatro medicamentos antimicrobianos. ¡°El tratamiento y las medicinas que actualmente reciben los enfermos son gratuitos y son financiados por la organizaci¨®n Global Found¡±, asegura el doctor San, m¨¦dico del hospital de Kampong Cham.

Camboya tiene una tasa de incidencia ¨Cel n¨²mero casos nuevos¨C de 424 personas por cada 100.000 habitantes y una prevalencia ¨Cel n¨²mero total de casos¨C de 817 personas por cada 100.000 habitantes, seg¨²n un informe del Programa Nacional de Tuberculosis de 2012. Pero en la ¨²ltima d¨¦cada la tasa de prevalencia se ha reducido a la mitad. La OMS acaba de publicar el perfil de tuberculosis del pa¨ªs con datos de 2013.

Hasta hace tan solo 20 a?os la situaci¨®n era dram¨¢tica. Su sistema sanitario qued¨® pr¨¢cticamente arrasado tras la dictadura de los jemeres rojos que en tres a?os y ocho meses, entre 1975 y 1979, extermin¨® a una cuarta parte de la poblaci¨®n del pa¨ªs. Posteriormente, la invasi¨®n vietnamita en 1979 hizo que el pa¨ªs entrara en una espiral de guerra hasta 1993. La poblaci¨®n era atendida por algunas personas que vend¨ªan f¨¢rmacos pero no ten¨ªan formaci¨®n m¨¦dica y el anhelo de los jemeres rojos por hacer desaparecer a las personas con formaci¨®n provoc¨® que muchos m¨¦dicos fueran exterminados y otros lograron escapar al exilio. De 600 m¨¦dicos, tan s¨®lo quedaban 50 de ellos tras estos largos a?os de genocidio y de conflicto, seg¨²n la OMS.

El diagn¨®stico y el tratamiento, por aquel entonces, tan s¨®lo se facilitaba en los hospitales y muchas personas no pod¨ªan tratarse porque no pod¨ªan hacer frente al gasto del viaje y alojamiento que exig¨ªa los 12 a 18 meses de tratamiento, mientras que otros no iban al hospital hasta que se encontraban gravemente enfermos infectando a otras personas.

Con la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, la reapertura de universidades y la llegada de organizaciones internacionales, el sistema sanitario en Camboya empez¨® a reconstruirse. ¡°La disponibilidad de recursos humanos para la salud se ha desarrollado correctamente las ¨²ltimas d¨¦cadas. Sin embargo, debido a los bajos salarios y la estigmaci¨®n de la tuberculosis, los m¨¦dicos y las enfermeras tienen muy baja motivaci¨®n para trabajar¡±, explica Palomares.

El principal reto ahora es diagnosticar m¨¢s casos de tuberculosis. ¡°Faltan herramientas m¨¢s r¨¢pidas para hacerlo¡±, afirma la jefa de misi¨®n de MSF. ¡°Para detectar la tuberculosis recogemos el esputo del paciente, lo analizamos en el laboratorio y podemos informar al m¨¦dico si es paciente es positivo el mismo d¨ªa. Este test no es muy sensible porque recogemos una muestra muy peque?a de esputo, por lo que seguimos un segundo proceso haciendo crecer la bacteria en el laboratorio. Esto nos lleva dos meses y medio, pero podemos detectar si el paciente es sintom¨¢tico¡±, explica Papango, una de las encargadas de llevar a cabo estos test en el laboratorio.

La tuberculosis es una enfermedad que se desarrolla lentamente y la persona que ha sido infectada puede no presentar ning¨²n s¨ªntoma durante a?os, por lo que puede que no acuda en busca de atenci¨®n m¨¦dica y contagie a muchos m¨¢s. Por ejemplo, seg¨²n la OMS, a lo largo de un a?o, un enfermo tuberculoso puede infectar a unas 10 o 15 personas por contacto estrecho, y si no reciben tratamiento adecuado, hasta dos terceras partes de los enfermos tuberculosos mueren.

Por ello, MSF se centr¨® en la detenci¨®n de la enfermedad de los grupos de alto riesgo como las personas de edad avanzada, principalmente mayores de 55 a?os, que presentan una prevalencia hasta tres veces mayor que en la poblaci¨®n general. ¡°Hace 15 a?os esta era mucho m¨¢s alta que ahora, las personas mayores se quedan en casa para apoyar a las familias en el cuidado de los menores y utilizan m¨¢s la medicina tradicional porque muchas veces piensan que los s¨ªntomas de la tuberculosis son debidos a la edad¡±, explica Palomares.

Actualmente, una unidad de dos trabajadores m¨®viles acuden a las comunidades para explicar en qu¨¦ consiste la enfermedad. Si el m¨¦dico sospecha que alguno de ellos puede padecer tuberculosis, se les pide tambi¨¦n una muestra de esputos que analizan posteriormente en uno de los tres laboratorios que tienen actualmente en el pa¨ªs, uno de ellos en Kampong Cham, y los otros dos, en Siem Reap y Phnom Penh. ¡°Nos hemos planteado delegar el proyecto actual porque es un pa¨ªs que se desarrolla y hay otras organizaciones trabajando por la tuberculosis. Pero por ahora queremos quedarnos un tiempo m¨¢s para desarrollar la estrategia de detecci¨®n activa de los casos¡±, cuenta Palomares. Todav¨ªa queda mucho trabajo por hacer.