Reglamentos

?Qui¨¦n ilumina las salas de los tanatorios? Se lo pregunt¨¦ a Gonzalo Su¨¢rez y me dijo que el mismo que ilumina los supermercados. Lo pens¨¦ y conclu¨ª que era cierto. La gente, por lo general, no repara en la iluminaci¨®n de los espacios en los que discurre su vida, pese a la influencia de la luz en los estados de ¨¢nimo. Es sin embargo en lo primero que se fijan los directores de cine, aunque hayan llegado a Urgencias con una peritonitis. ?Qui¨¦n ilumina ahora mismo el mundo? Estaba escuchando a Albert Espinosa en la radio, y cont¨® que en el aeropuerto de Nueva York, delante de ¨¦l, un ni?o llevaba una de esas bolas de pl¨¢stico en cuyo interior hay un paisaje en el que nieva. Pues bien, la bola ten¨ªa m¨¢s agua de la permitida por los reglamentos, as¨ª que un segurata con pocas luces se la pinch¨® para extraer el l¨ªquido sobrante. Quiere decirse que m¨¢s que aplicar el protocolo, aplic¨® el protoculo (cortes¨ªa tambi¨¦n de Su¨¢rez).

El Gobierno, por poner un ejemplo, deber¨ªa encargar la iluminaci¨®n de la sala donde perpetra la conferencia de prensa del Consejo de Ministros a Aguirresarobe, a Alcaine, no s¨¦, quiz¨¢ a un artista de la pintura, porque una pel¨ªcula cutre puede ganar mucho con un buen director de fotograf¨ªa y viceversa. La Espa?a actual parece iluminada por el mismo que administra el claroscuro en las salas de los tanatorios y de los supermercados. Lo m¨¢s importante de la luz es la sombra, y aqu¨ª hay muy mala sombra, cada d¨ªa m¨¢s. Una amiga m¨ªa se llev¨® al velatorio de su madre una l¨¢mpara de Tiffany, para aliviar el tr¨¢nsito, y la obligaron a apagarla por culpa de los protocolos (o de los protoculos). La gente de Podemos no ha hecho de momento otra cosa que cambiar la iluminaci¨®n y ya la pel¨ªcula parece otra.