Aviso: escuchar esta canci¨®n podr¨ªa matarte
El tema 'Gloomy Sunday', compuesto en 1933 por el pianista h¨²ngaro Rezs? Seress, ha sido hist¨®ricamente etiquetado como maldito por la leyenda de que incita al suicidio La BBC lo prohibi¨® durante 61 a?os
No hay nada como una buena leyenda urbana para animar una noche de Halloween. Y a¨²n mejor si se trata de una que indujo a la mism¨ªsima BBC a prohibir durante 61 a?os la emisi¨®n de una canci¨®n por miedo a que provocara en sus oyentes una hipnosis colectiva que les obligara a suicidarse en masa. La pieza en cuesti¨®n se titula Gloomy Sunday (Domingo sombr¨ªo) y fue compuesta en 1933 por el pianista jud¨ªo h¨²ngaro Rezs? Seress. Quien, por cierto, puso fin a sus d¨ªas en enero de 1968 estrangul¨¢ndose con un alambre en una cama de hospital, tras el fracaso de su anterior intento de suicidio lanz¨¢ndose por una ventana.
La canci¨®n naci¨® de la mente de Seress con otro t¨ªtulo escasamente dicharachero, V¨¦ge a vil¨¢gnak (El mundo se acaba), pero posteriormente la letra original fue reemplazada por el poema Szomor¨² Vas¨¢rnap (Domingo triste) de L¨¢szlo J¨¢vor, y as¨ª es como fue grabada por primera vez en 1935 por el cantante h¨²ngaro P¨¢l Kalm¨¢r. Curiosamente, Kalm¨¢r, que fue conocido en su pa¨ªs como el Rey del Tango, perdi¨® su voz tras una operaci¨®n de garganta en 1968, el mismo a?o en que Seress se suicid¨®.
El tema habla de la desolaci¨®n de un hombre que ha perdido a su amada y se propone quitarse la vida un domingo, el mismo d¨ªa de la semana en que ella desapareci¨®. Aunque la letra original de Seress era un simple ejercicio de melancol¨ªa, quiz¨¢ motivado por las circunstancias sociales y pol¨ªticas de la ¨¦poca, J¨¢vor la convirti¨® en canci¨®n de un amor y dos muertes, la de la mujer que se suicid¨® y la de su amante que planea seguir el mismo camino en la esperanza de un reencuentro ultraterrenal.
Un art¨ªculo en 'Time' en 1936 hablaba de un repunte de los suicidios en Hungr¨ªa conectados con la pieza
La leyenda de la canci¨®n fue posiblemente espoleada por un art¨ªculo en la revista Time publicado el 30 de marzo de 1936 y que hablaba de un repunte de los suicidios en Hungr¨ªa conectados con la pieza. ¡°La polic¨ªa de Budapest, investigando el suicidio de un zapatero llamado Joseph Keller, descubri¨® que Keller hab¨ªa dejado una nota en la que citaba versos de la conmovedora Szomor¨² Vas¨¢rnap del compositor Seress¡±, dec¨ªa el art¨ªculo, para a?adir que en el Danubio hab¨ªan aparecido varios cuerpos de suicidas sosteniendo en sus manos la partitura de la canci¨®n y que al menos dos personas se hab¨ªan disparado despu¨¦s de escucharla. Para cuando Gloomy Sunday se populariz¨® en Europa y EE.UU, sobre todo gracias a la versi¨®n que la cantante de jazz Billie Holiday grab¨® en 1941, ya era conocida como ¡°la canci¨®n h¨²ngara del suicidio¡±, despu¨¦s de que en la d¨¦cada de 1930 la prensa estadounidense informara del contagio de la epidemia a trav¨¦s del Atl¨¢ntico. La prensa de la ¨¦poca lleg¨® a relacionar al menos 19 actos de suicidio con la canci¨®n. En 1941 la BBC retir¨® el tema de su programaci¨®n, una censura que se mantuvo hasta 2002.
Pero ?realmente hubo una epidemia de suicidios ocasionada por la canci¨®n? Esta es la pregunta que se hicieron el investigador de ciencias sociales Steven John Stack de la Universidad Estatal Wayne en Detroit (EEUU) y sus colaboradores, cuando en 2008 publicaron en la revista Omega: Journal of Death and Dying un art¨ªculo analizando la leyenda asociada a Gloomy Sunday. La respuesta de Stack no es rotunda: ¡°No est¨¢ claro si hubo un aumento extraordinario de suicidios durante el per¨ªodo de esta canci¨®n popular¡±, comenta el investigador a este diario. ¡°Los registros de la d¨¦cada de 1930 no son muy buenos. Sin embargo, si lo hubo, es probable que las circunstancias de la ¨¦poca en Alemania (la Gran Depresi¨®n, el auge del nazismo) pudieran haber creado un ambiente id¨®neo para que los suicidas se identificaran con la canci¨®n¡±.
En realidad, seg¨²n subraya Stack, la supuesta asociaci¨®n de ciertas obras con el suicidio no es algo nuevo. En una revisi¨®n publicada en 2012 en la revista Suicide and Life-Threatening Behavior, el investigador y sus colaboradores repasaban una veintena de trabajos previos sobre m¨²sica y suicidio. Los temas implicados en estos estudios abarcan todo tipo de g¨¦neros, desde el cl¨¢sico del country Whiskey Lullaby hasta el heavy metal de Black Sabbath o Judas Priest, bandas que fueron objeto de demandas legales por ciertos temas que incitaban al suicidio, a juicio de los demandantes. ¡°La subcultura Emo [una ramificaci¨®n del punk nacida en los a?os 80 del siglo pasado] se relaciona con un alto riesgo de intentos de suicidio, pero no est¨¢ claro si la culpa es de la propia m¨²sica¡±, apunta Stack.
El investigador se?ala que se ha estudiado el posible efecto suicidog¨¦nico de ciertas obras. ¡°Benedict Till de la Universidad de Viena ha hecho posiblemente algunos de los mejores trabajos sobre reacci¨®n de la audiencia a pel¨ªculas de suicidios¡±, se?ala. ¡°Una vez m¨¢s las pruebas son poco claras, pero sus experimentos de laboratorio en los que se expon¨ªa a sujetos a pel¨ªculas sobre suicidios tienden a decir que las personas previamente propensas al suicidio (los que piensan en esta idea m¨¢s que la media) son los m¨¢s aptos para experimentar un aumento en pensamientos suicidas despu¨¦s de la visualizaci¨®n¡±.
Stack valora tambi¨¦n con cautela la idea de que los suicidios provocan conductas de imitaci¨®n. ¡°Hay pruebas poco claras¡±, opina respecto al conocido como Efecto Werther, llamado as¨ª por el personaje de la obra de Johann Wolfgang von Goethe que supuestamente inspir¨® una ola de suicidios a ra¨ªz de su publicaci¨®n en 1774. Lo cierto es que la informaci¨®n sobre suicidios se considera tab¨² en la prensa de algunos pa¨ªses, e incluso la Organizaci¨®n Mundial de la Salud public¨® en 2000 unas recomendaciones sobre el tratamiento del suicidio dirigidas a los medios de comunicaci¨®n.
La canci¨®n ha sido grabada por docenas de artistas incluyendo a Ray Charles, Serge Gainsbourg, Marianne Faithfull o Bj?rk
Mientras, a trav¨¦s de las d¨¦cadas, Gloomy Sunday se ha mantenido en el palmar¨¦s de las leyendas urbanas, algo a lo que ha contribuido internet como gran f¨¢brica de rumores. Un art¨ªculo afirma que una versi¨®n dulcificada de la canci¨®n, a la que se a?adi¨® una tercera estrofa se?alando que el lunes es peor que el domingo, fue el desencadenante del tiroteo en una escuela de San Diego (California) que inspirar¨ªa el tema I don¡¯t like Mondays de los irlandeses The Boomtown Rats. Otro texto se acompa?a con un v¨ªdeo de la canci¨®n bajo la advertencia de que el lector la escuche ¡°a su propio riesgo¡±, y el clip arranca resumiendo la leyenda, para concluir: ¡°La canci¨®n comenzar¨¢ en 10 segundos. Por favor, salga ahora si prefiere no escucharla¡±. Una p¨¢gina web le atribuye a Gloomy Sunday hasta cien suicidios, afirmando que son pocos los que se han atrevido a escucharla. Algo muy lejos de la realidad: de hecho, muchos la han o¨ªdo sin siquiera ser conscientes de ello. La canci¨®n ha sido grabada por docenas de artistas incluyendo figuras como Ray Charles, Serge Gainsbourg, Marianne Faithfull, Sin¨¦ad O'Connor, Bj?rk, Elvis Costello, Marc Almond o la soprano brit¨¢nica Sarah Brightman, y ha aparecido en pel¨ªculas como La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993), Vidas furtivas (Sally Potter, 2000) o la espa?ola La caja Kovak (Daniel Monz¨®n, 2006), y en series como Los Simpson.
Gloomy Sunday tambi¨¦n ha tenido su versi¨®n cinematogr¨¢fica, una coproducci¨®n germano-h¨²ngara de 1999 titulada Gloomy Sunday - Ein Lied von Liebe und Tod (Una canci¨®n de amor y muerte) y que se considera cinta de culto, proyectada sin interrupci¨®n durante varios a?os en un cine neozeland¨¦s. Es probable que el propio Seress se sorprendiera del alcance de una canci¨®n que para ¨¦l fue su maldici¨®n personal: seg¨²n su obituario en el diario The New York Times, publicado el 14 de enero de 1968, ¡°el se?or Seress se quejaba de que el ¨¦xito de Gloomy Sunday realmente hab¨ªa aumentado su infelicidad, porque sab¨ªa que nunca podr¨ªa escribir un segundo ¨¦xito¡±.
Es probable que las circunstancias de la ¨¦poca en Alemania pudieran haber creado un ambiente id¨®neo para que los suicidas se identificaran con la canci¨®n
Tampoco parece que el letrista J¨¢vor quedara muy satisfecho de su obra. En un art¨ªculo publicado en noviembre de 1935 en el diario de Budapest Az Est, el poeta reaccionaba con incomodidad cuando el periodista Jen¨® P¨¢lmai le informaba de que cinco personas se hab¨ªan suicidado tras escuchar la canci¨®n. ¡°Es una pena que no se publicara en un libro¡±, respond¨ªa J¨¢vor, para terminar diciendo: ¡°Pero, si me permite, me gustar¨ªa dejarlo muy claro: no todo el mundo se suicidar¨¢ a causa de Gloomy Sunday¡±. Y por si alguien se lo est¨¢ preguntando, J¨¢vor falleci¨® en 1956 de un ataque al coraz¨®n.
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