¡°La epidemia de tuberculosis no es problema cl¨ªnico, sino de gesti¨®n¡±
Barcelona acoge el mayor encuentro sobre la enfermedad del mundo. El director de la organizaci¨®n que lo promueve advierte de que el bacilo desarrolla constantemente nuevas cepas
La llamaron durante mucho tiempo la enfermedad ¡°de los pobres¡±. Pero la tuberculosis ya amaga con convertirse en una epidemia de todos. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), se han detectado nueve millones de casos en 2013, 500.000 m¨¢s de los que preve¨ªan los expertos. Adem¨¢s, pese a ser una enfermedad curable, el bacilo ha matado a un mill¨®n y medio de personas y alrededor de tres millones de afectados se pierden en el camino de acceso al tratamiento.
Sobre la sombra de estos datos tan poco halag¨¹e?os, Barcelona acoge esta semana la 45? Conferencia Mundial de La Uni¨®n sobre Salud Pulmonar, con la tuberculosis en el punto de mira. A la cabeza de la ingente comitiva de cient¨ªficos y sanitarios que se dar¨¢n cita en la capital catalana, el director ejecutivo de La Uni¨®n Internacional contra la Tuberculosis y las Enfermedades Respiratorias (La Uni¨®n), Jos¨¦ Luis Castro, anima, citando a Ortega y Gasset ¡ª¡°S¨®lo cabe progresar cuando se piensa en grande, s¨®lo es posible avanzar cuando se mira lejos¡±¡ª, a combatir la enfermedad ¡°mirando m¨¢s all¨¢ y pensando m¨¢s en grande¡±.
Pregunta. ?Comparte el optimismo del informe de la OMS por haber detectado 500.000 casos m¨¢s de lo esperado?
Respuesta. Se ha conseguido registrar cada vez m¨¢s casos porque mejoran los diagn¨®sticos y eso es bueno, pero tambi¨¦n es alarmante encontrar 1,5 millones de muertos. Esto tiene que inquietarnos a todos porque no deber¨ªan morir tantas personas por una enfermedad curable.
P. ?Qu¨¦ pasa con esos tres millones de personas que, seg¨²n la OMS, se pierden en el sistema o no quedan registrados?
R. Aqu¨ª hay una vinculaci¨®n del problema con la atenci¨®n m¨¦dica privada y p¨²blica, que no todos tienen acceso al sistema o que no toman el tratamiento de acuerdo con la normativa y los protocolos internacionales. El peligro est¨¢ en no seguir las normas indicadas para medicarse.
P. De los 136.000 casos de tuberculosis extremadamente resistente detectados en 2013, solo 97.000 iniciaron el tratamiento. ?Por qu¨¦ la medicaci¨®n no llega a todo el mundo?
R. Los tratamientos para tuberculosis no son caros ¡ªaunque las cepas m¨¢s resistentes tienen un tratamiento mucho m¨¢s costoso y largo¡ª pero el acceso a esos medicamentos s¨ª puede ser dif¨ªcil. Por ejemplo, pacientes de zonas rurales que tienen que viajar a otros lugares para conseguir los medicamentos. Acabar¨¢n dej¨¢ndolos. La soluci¨®n es un buen manejo de los programas de tuberculosis. Cuando haya un caso diagnosticado, tener los tratamientos disponibles.
P. ?Es una cuesti¨®n de falta de recursos econ¨®micos?
R. Lo que hay que hacer es una buena gesti¨®n. Tenemos recursos financieros, no suficientes, pero tenemos. Pero la buena gesti¨®n es muy necesaria. Todav¨ªa tenemos mucho que hacer. Mejorar la administraci¨®n y la gesti¨®n es uno de los retos.
P. ?Las instituciones est¨¢n bajando la guardia?
R. S¨ª, esto sucede a veces. En los a?os noventa, yo estaba trabajando en Nueva York y se necesit¨® reconstruir el sistema de salud p¨²blica para combatir la epidemia. Ahora, 20 a?os m¨¢s tarde, hay menos casos en la ciudad pero precisamente porque no hay tantos enfermos, tampoco hay tanta financiaci¨®n para esas infraestructuras que se crearon. Y esto es un riesgo. Las administraciones no deben bajar la vigilancia porque pueden pagar un precio muy caro. La tuberculosis est¨¢ en el pr¨®ximo avi¨®n.
P. ?Hay personal especializado y formado para combatir esta dolencia?
R. Tenemos personal muy preparado pero la tuberculosis no es enfermedad de moda, sobre todo en las facultades de medicina. Los estudiantes prefieren otras ¨¢reas y estamos ante una enfermedad que est¨¢ en todo el mundo y necesitamos profesionales de la salud. Pero no se confundan: la epidemia de la tuberculosis no es problema cl¨ªnico, sino que es de buena gesti¨®n, porque hay que tener todas las partes del sistema de salud funcionando correctamente a la vez: compromiso pol¨ªtico, del personal, acceso f¨¢cil al tratamiento...
P. ?Es una advertencia a los actores que intervienen en la lucha contra la tuberculosis?
R. S¨ª, porque es una enfermedad que azota a la humanidad desde hace m¨¢s de 2.000 a?os y no va a desaparecer f¨¢cilmente. Se va a necesitar de la participaci¨®n de m¨¦dicos, pol¨ªticos, industria farmac¨¦utica y muchos otros factores.
P. ?Sirven de algo congresos como el de esta semana?
R. Este es un congreso en el que se re¨²nen expertos de 120 pa¨ªses y se dar¨¢n a conocer importantes hallazgos cient¨ªficos, como el informe sobre tuberculosis y diabetes, estudios del tabaco o buenas pr¨¢cticas para gestionar programas de salud.
P. El informe sobre la coepidemia tuberculosis y diabetes es uno de los platos fuertes de este congreso.
R. S¨ª, es una tormenta que se avecina y nos recuerda a la epidemia de tuberculosis y VIH de los a?os noventa. Ya no son enfermedades de ricos y de pobres. La diabetes aumenta en pa¨ªses de medios y bajos ingresos y la tuberculosis tambi¨¦n entra en pa¨ªses desarrollados. Es la tormenta perfecta: una enfermedad infecciosa y una cr¨®nica.
P. La tuberculosis siempre busca alternativas para hacerse m¨¢s fuerte. La investigaci¨®n le pisa los talones pero no acaba de alcanzarla, ?no?
R. Durante mucho tiempo no se desarrollaron nuevos tratamientos. Desde que la OMS declar¨® la tuberculosis como emergencia global, han salido nuevos medicamentos, pero no tantos como para virar la ola de la epidemia. Hay que seguir investigando porque la tuberculosis est¨¢ continuamente desarrollando nuevas cepas m¨¢s resistentes.
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