Una universidad ofrece un curso para 'Perder el tiempo en Internet'
Un profesor de Pensilvania propone usar las horas muertas en la red como fuente de inspiraci¨®n literaria
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El t¨¦rmino procrastinar entr¨® en los hogares de la poblaci¨®n espa?ola con el auge de Internet. Tras varios a?os sin saber de su existencia, en agosto de 2006 comenz¨® su trayectoria ascendente con un pico en abril de 2014. Paralelamente, la red se multiplicaba en las casas, en los centros de trabajo, en los tel¨¦fonos m¨®viles. Y con ella apareci¨® tanto su capacidad de ser la memoria supletoria del ser humano informado como la perdici¨®n de este con la proliferaci¨®n de millares de p¨¢ginas llenas de chorradas. Este segundo aspecto, visto como negativo, es el que un moderno profesor de barba luenga, llamado Kenneth Goldsmith, ha convertido en curso de la Universidad de Pensilvania.
Con el descriptivo t¨ªtulo de Perder el tiempo en Internet esta asignatura de escritura creativa propone justo lo que promete. ¡°Pasamos nuestras vidas delante de las pantallas, la mayor parte, perdiendo el tiempo: comprobando las redes sociales, viendo v¨ªdeos de gatitos, chateando o navegando sin rumbo¡±, explica la descripci¨®n del curso que empezar¨¢ la pr¨®xima primavera. ¡°?Qu¨¦ pasar¨ªa si esas actividades (mandar mensajes, actualizar nuestro estado y navegar sin rumbo) fueran usadas como materia prima para crear convincentes y emotivas piezas de literatura?¡±.
Me parece que Internet nos hace ser m¨¢s listos, se est¨¢ construyendo una nueva moral alrededor de la culpa y la verg¨¹enza en la era digital Kenneth Goldsmith, profesor de la Universidad de Pensilvania
En varias entrevistas, Goldsmith ha declarado que la inspiraci¨®n para el curso le vino a base de leer art¨ªculos de prensa donde se criminalizaba el uso excesivo de Internet debido a que divid¨ªa demasiado la atenci¨®n, con el riesgo de convertir al ser humano en un bobo. ¡°Creo que es una completa mentira que nos haga tontos, me parece que Internet nos hace ser m¨¢s listos, se est¨¢ construyendo una nueva moral alrededor de la culpa y la verg¨¹enza en la era digital¡±.
El plan de estudios, de tres horas semanales, requerir¨¢ que los alumnos est¨¦n delante de la pantalla, interactuando en chats, con robots agregadores, redes sociales y listas de servidores, con los port¨¢tiles y una conexi¨®n wifi como ¨²nicos materiale. En la p¨¢gina del curso se explica que los alumnos deber¨¢n enfocarse en la recuperaci¨®n alqu¨ªmica del navegar sin destino para trabajos sustanciales de literatura.
Goldsmith, un poeta en lengua inglesa, no es nuevo en esta reivindicaci¨®n de la red como forma de arte. Hace menos de un a?o cre¨® la iniciativa Printing the Internet en la que imprimi¨® 250.000 documentos protegidos de la librer¨ªa digital JSTOR. Una muestra que buscaba reivindicar la figura de Aaron Swartz, un activista del libre acceso a la informaci¨®n que se suicid¨® al tener que enfrentarse a una posible multa de un mill¨®n de d¨®lares y 35 a?os de c¨¢rcel. Su delito fue piratear y poner disponibles en Internet esos mismos textos.
En su nueva asignatura considera obligatorias "la distracci¨®n, la multitarea y el vagar sin rumbo¡±
Lo de parecer un profesor poco convencional tampoco le pilla por sorpresa. En la revista ThinkProgress explica que ha dado durante 10 a?os una clase llamada Escritura no creativa, donde insta a sus alumnos a copiar y plagiar a otros escritores, penalizando la originalidad. En su nueva asignatura considera obligatorias "la distracci¨®n, la multitarea y el vagar sin rumbo¡±. B¨¢sicamente lograr que sus alumnos lleguen a procrastinar a nivel universitario.
Hasta puede que consiga juntar sus dos cursos. Una novela con la estructura de Facebook, un poema escrito en Internet o Twitter como medio de expresi¨®n de un supuesto arte. En realidad, es cualquier cosa menos algo nuevo.
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