Una guerra de liberaci¨®n que marc¨® a fuego ?frica
Por Omer Freixa (*)
El 1 de noviembre se cumplieron 60 a?os del inicio de una de las guerras m¨¢s cruentas que sufri¨® el proceso de las independencias en el llamado Tercer Mundo, los casi ocho a?os de combate en la Argelia francesa. Ese D¨ªa de Todos los Santos de 1954 un matrimonio franc¨¦s de maestros (Monnerot), que disfrutaba de su luna de miel en el pa¨ªs ¨¢rabe fue fusilado en los montes Aur¨¦s, al este del pa¨ªs m¨¢s grande de ?frica. Ese fue el puntapi¨¦ inicial de la tragedia.
Argelia, dentro de ?frica, sufri¨® desde temprano el rigor del colonialismo. En 1830, a?o de inicio de la ocupaci¨®n francesa, comenz¨® la resistencia local. Existe una tradici¨®n combativa que explica que el inicio de la guerra de liberaci¨®n iniciada en 1954 no constituye exactamente una novedad. Al contrario, el descontento no ces¨® en ning¨²n momento durante los 132 a?os de dominio franc¨¦s.
Francia ocup¨® r¨¢pidamente Argel en 1830 pero su presencia en el interior fue resistida varios a?os. En 1847 el territorio fue pacificado y pas¨® a formar parte de la Francia metropolitana, un status ¨²nico para un territorio de ultramar. La pacificaci¨®n del territorio justific¨® la anexi¨®n colonial y la llegada de colonos franceses (y europeos), los pieds noirs, cerca de 40.000 hacia 1845, frente a unos tres millones de nativos, a quienes despojaron de las mejores tierras con argumentaci¨®n en su pretendida superioridad racial. La malnutrici¨®n fue una constante en las familias nativas, lo que aliment¨® el estereotipo de que el trabajador argelino era lerdo y perezoso.
En 1870 los colonos eran 200.000 y solo ¨¦stos recibieron verdaderos beneficios. Poco antes del estallido de la guerra, sumaban como un mill¨®n y, de ocho millones de musulmanes, solo 15 ten¨ªan representaci¨®n en la Asamblea Nacional. Cada vez un mayor n¨²mero de nativos eran gobernados por un menor n¨²mero de administradores europeos. En ¨¢reas rurales apenas 250 franceses gobernaban cuatro millones de musulmanes. Tambi¨¦n estos resultaron excluidos de la ciudadan¨ªa francesa, a excepci¨®n de unos pocos. La brecha entre los dos grupos era enorme, en todo sentido.
La senda directa hacia el inicio de la guerra de liberaci¨®n se produjo en 1945, en la ciudad de S¨¦tif, predominantemente musulmana y siempre presta a la radicalizaci¨®n. El 8 de mayo de 1945 debiera haber sido un d¨ªa de festejo en virtud de producirse la rendici¨®n alemana y el comienzo del final de la Segunda Guerra Mundial, pero bien pronto la celebraci¨®n devino en masacre. Francia hasta entonces no hab¨ªa reconocido en absoluto la contribuci¨®n argelina al esfuerzo b¨¦lico que cesaba. Adem¨¢s, la econom¨ªa no ayudaba, se hab¨ªan producido dos a?os de malas cosechas, y no ca¨ªa una gota desde enero. El c¨¦lebre escritor Albert Camus vio ni?os comiendo de los potes de basura a la par de los perros vagabundos.
Los nacionalistas argelinos ven S¨¦tif como una desgracia y el nacimiento del nacionalismo argelino. Seg¨²n sus c¨¢lculos, cuentan 45.000 ca¨ªdos. El impacto de la represi¨®n fue imborrable en la memoria local. Los franceses tras eso dieron algunas (e insuficientes) reformas, y se mantuvo una precaria paz hasta 1954.
En mayo de 1954 los franceses tuvieron un serio rev¨¦s en Dien Bien Phu, el ¨²ltimo basti¨®n franc¨¦s en Indochina donde, asediado casi dos meses por las fuerzas locales, cay¨® con el alto costo de 13.000 bajas francesas, siendo un duro golpe psicol¨®gico infringido por un movimiento de resistencia frente a una fuerza de ocupaci¨®n colonial y occidental. Tendr¨ªa hondas repercusiones en breve en Argelia. Luego, la nacionalizaci¨®n del Canal de Suez en 1956 fue otro duro golpe al orgullo franc¨¦s.
Hasta el momento la oposici¨®n local hab¨ªa sido de tendencia moderada, pero tras 1945 algo cambi¨®. El futuro presidente del pa¨ªs independiente, Ahmed Ben Bella, un campesino y veterano de la Segunda Guerra Mundial, fundador de la Organizaci¨®n Especial (OS), plante¨® la lucha contra el r¨¦gimen colonial bajo todas las formas, fueran legales o no. Se trat¨® del primer grupo nacionalista que confront¨® a la metr¨®poli, antecesor directo del Frente Nacional de Liberaci¨®n (FLN) que enarbol¨® la lucha emancipatoria.
El 10 de octubre de 1954 el grupo se rebautiz¨® con el nombre definitivo que lo har¨ªa famoso en todo el mundo (FLN) y estableci¨® fecha para el comienzo de la insurrecci¨®n, el 1? de noviembre de 1954, D¨ªa de Todos los Santos. El motivo de la elecci¨®n fue que los colonos franceses estar¨ªan celebrando la efem¨¦ride y, en el plano simb¨®lico, ¨¦sta hace referencia a m¨¢rtires, como los ca¨ªdos tras la brutal represi¨®n de S¨¦tif.
El matrimonio Monnerot fue la primera v¨ªctima civil en el inicio de la guerra que durar¨ªa poco menos de una d¨¦cada. Tras producirse unos 70 ataques del FNL, la reacci¨®n francesa fue ofensiva. El Primer Ministro afirm¨® que Argelia era parte de la Francia, dio la orden de atacar. Tras ser replegados los guerrilleros a las monta?as de Aur¨¦s, en la primavera de 1955, el FNL inici¨® una ofensiva. Mientras tanto, el ej¨¦rcito franc¨¦s lleg¨® a 100.000 efectivos, casi el doble del momento en que iniciara la revuelta.
Un giro decisivo fue lo que provoc¨® la masacre de Philippeville en agosto de 1955, donde la intenci¨®n del grupo rebelde fue recrear lo ocurrido en S¨¦tif en 1945, pero a mayor escala. Como saldo, el FNL indic¨® al menos 12.000 muertos. All¨ª comenz¨® el verdadero horror, un infierno de violencia sin retorno.
Mientras tanto, con escasa difusi¨®n internacional, el grupo aprovech¨® la Conferencia de Bandung (abril de 1955) para promocionar a nivel mundial sus objetivos anticoloniales. Para comienzos de 1956 el FNL contaba entre 15.000 a 20.000 miembros. Los temores de los colonos se acrecentaron y pidieron refuerzos a la metr¨®poli, un total de 500.000 hombres y mayor tiempo de conscripci¨®n. El secuestro de Ben Bella en octubre de 1956, al margen de la ley internacional, hizo m¨¢s popular la causa del FNL y ¨¦ste comenz¨® a gozar del apoyo de los reci¨¦n independizados Marruecos y T¨²nez.
En 1957 la guerra gir¨® del entorno rural al urbano. Comenz¨® la Batalla de Argel, inmortalizada por el cine, uno de los momentos m¨¢s intensos de toda la guerra donde Francia carg¨® con todo y redund¨® en la p¨¦rdida de poder argelino desencadenando la huida de varios dirigentes del FNL a T¨²nez. Por otra parte, en dicha batalla se desenvolvieron novedosas formas de tortura y contraespionaje que marcaron la singularidad de esta guerra. Por ejemplo, se difundi¨® el m¨¦todo de la g¨¦g¨¨ne, las descargas el¨¦ctricas como forma de extraer testimonios en interrogatorios. En suma, modos que har¨ªan propios las dictaduras latinoamericanas prontamente (la temida ¡°picana¡±). Argelia fue una suerte de laboratorio de este horror. Se calcula que hubo 3.000 ¡°desaparecidos¡± durante estos procedimientos militares. De ambos bandos hubo excesos. A comienzos de 1956 el FNL hab¨ªa eliminado 550 soldados franceses y miembros de las fuerzas de seguridad locales.
En los albores de 1958 Francia daba por ganada la guerra. El a?o anterior el FNL hab¨ªa perdido cerca de 6.000 hombres. Adem¨¢s, hubo un motivo novedoso m¨¢s para evitar que la metr¨®poli abandonara Argelia (como dos a?os antes hab¨ªa hecho las maletas en sus protectorados de Marruecos y T¨²nez), el descubrimiento de petr¨®leo. Pero los problemas en Francia se hicieron sentir en Argelia. El conflicto estaba manchando la reputaci¨®n gala a nivel internacional, jaqueada la naci¨®n tras la segunda gran guerra y el ascenso de las superpotencias, mientras la crisis econ¨®mica empeor¨® el cuadro de vac¨ªo de poder. En suma, la Cuarta Rep¨²blica se tambaleaba. Pero ning¨²n franc¨¦s pens¨® en la retirada en Argelia, vista la guerra como un baluarte contra la causa comunista y el peligro rojo. En mayo de 1958 una rebeli¨®n de oficiales franceses en Argelia por poco provoca una guerra civil y la ca¨ªda del gobierno en Par¨ªs. Como fuera, se necesitaba de un liderazgo fuerte para salir de ese impasse.
El consenso gir¨® en torno del retorno del general Charles de Gaulle, h¨¦roe de la resistencia durante la ocupaci¨®n nazi. A los 67 a?os, e interrumpiendo un retiro de 12, volv¨ªa al poder este prestigioso franc¨¦s para una naci¨®n que hab¨ªa perdido el suyo, impulsado por la fuerza de las circunstancias. Era el 1¡ã de junio de 1958.
Aclamado como un salvador tanto por el Ej¨¦rcito en Argelia como por los pieds noirs, ambos supon¨ªan que perpetuar¨ªa la idea de una ¡°Argelia francesa¡±. Pero el futuro los desilusionar¨ªa. La presi¨®n internacional en la era bipolar obligaba a desprenderse de los imperios coloniales y de Gaulle no result¨® indiferente a esta premisa. En efecto, todas las posesiones coloniales francesas en ?frica fueron liquidadas en 1960, a excepci¨®n de Argelia. El hast¨ªo frente a una guerra que entr¨® en su sexto a?o tambi¨¦n influy¨® sobremanera en el desmantelamiento del imperio colonial franc¨¦s.
Si bien de Gaulle prometi¨® durante su campa?a la victoria definitiva en Argelia, sin embargo llegado al poder, emprendi¨® la ¡°pol¨ªtica del alcaucil¡±, que en el fondo consist¨ªa en deshojar a los grupos m¨¢s radicales que en el pasado se opon¨ªan a la pacificaci¨®n en Argelia, como los ¡°ultras¡± dentro de los colonos. El presidente al final mostr¨® su determinaci¨®n en acabar con la Argelia francesa, pese al revuelo del mill¨®n de colonos franceses y la erupci¨®n de m¨¢s violencia. En febrero de 1961 se abrieron las negociaciones de paz que prosiguieron pese a un golpe de oficiales retirados en Argel, controlado en cuatro d¨ªas, y numerosos intentos de asesinato a de Gaulle. Lo que ¨¦l defini¨® como una ¡°salida honrosa¡± fue la firma de la independencia el 18 de marzo de 1962 en los Acuerdos de Evi¨¢n, con el cese del fuego. Pero a¨²n no conclu¨ªa la pesadilla.
El grupo m¨¢s radical dentro de los oficiales disidentes a de Gaulle, la Organizaci¨®n Armada Secreta (OAS), a la que se unieron los pieds noirs ultras, atacaba a la poblaci¨®n musulmana en represalia, mientras el FNL descarg¨® su violencia contra los harkis, musulmanes que combatieron del lado franc¨¦s. De un cuarto de mill¨®n solo 15.000 lograron escapar de Argelia. Finalmente, el gobierno metropolitano reconoci¨® la independencia argelina el 5 de julio de ese a?o.
Las consecuencias de esta guerra fueron espectaculares. Se calcula un mill¨®n de muertos del lado argelino (cerca de una d¨¦cima parte de la poblaci¨®n) y 20.000 bajas del lado franc¨¦s, mientras unos 900.000 colonos emigraron raudamente al t¨¦rmino de la guerra, como hab¨ªa profetizado en cierto modo Camus en 1939, en una de las migraciones m¨¢s grandes del siglo XX. Solo a Par¨ªs arribaron (junto a refugiados musulmanes) 1.380.000 personas, a la par que en una ciudad populosa como Or¨¢n, a comienzos de agosto de 1962, de 250.000 habitantes europeos, solo quedaron 40.000.
Si bien el conflicto finaliz¨® formalmente en 1962, su paso caus¨® profundas cicatrices. Las aerol¨ªneas francesas volvieron a operar en suelo argelino reci¨¦n en 1975, con la primera visita de un presidente galo.
Para peor, pocas ense?anzas se sacaron del sufrimiento pasado. Una nueva guerra civil estall¨® en los a?os 90, lo que demuestra, adem¨¢s, que las cicatrices no sanaron. Este nuevo conflicto, m¨¢s prolongado que la guerra de liberaci¨®n, dej¨® unos 50.000 muertos en un combate tan horrendo y cruel como el iniciado hace 60 a?os. En el marco de la guerra de liberaci¨®n se formaron los grupos m¨¢s radicales que combatieron casi treinta a?os despu¨¦s. Hace 60 a?os inici¨® una guerra que representa un horror mayor en la historia del colonialismo y la cual contin¨²a manchando la reputaci¨®n francesa, hoy d¨ªa, a m¨¢s de medio siglo de finalizada.
Omer Freixa Historiador. Especialista en estudios afroamericanos. Africanista.
@OmerFreixa
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