M¨¢s all¨¢ de la econom¨ªa colaborativa: comparte o muere
Por Cristina Antu?a de An?ovoligo
?Puede existir una alternativa al capitalismo tal y cual hoy lo conocemos? ?Podemos hablar de un mercado diferente? ?Es posible hablar de abundancia cuando se habla de econom¨ªa? ?Qu¨¦ es m¨¢s importante: ser propietario de bienes y servicios o tener acceso a ellos? ?Pueden los gobiernos locales tomar un rol activo en este sentido?
Estas fueron algunas de las grandes preguntas que surgieron y se debatieron los d¨ªas 9 y 10 de octubre en Gij¨®n, en el evento internacional denominado ?M¨¢s all¨¢ de la Sharing Economy?, organizado por la asociaci¨®n An?ovoligo (La Liga de la Anchoa en esperanto) bajo la pregunta ?est¨¢s preparado para un nuevo mundo?.
Fue un encuentro divertido y, como deb¨ªa ser, muy ?compartido?, en un formato tipo late show con entrevistas individuales y colectivas, y m¨²sica en directo en los descansos. Tanto ponentes como invitados pudieron conversar juntos durante las comidas, dise?adas para que la gente se mezclara, y seguir debatiendo sobre los temas que se iban abriendo sobre el escenario.
Conducidos por?David de Ugarte, fueron entrevistados, entre otros:?Juan Urrutia, economista provocador y escritor que habl¨® de la ?econom¨ªa desmercada?, la ?disipaci¨®n de rentas? o desaparici¨®n de los monopolios y la ?l¨®gica de la abundancia?; Neal Gorenflo, fundador de Shareable, el primer think-tank sobre econom¨ªa colaborativa, con sede en San Francisco; Matt Scales, representante del gobierno de Australia del Sur, que present¨® una plataforma ciudadana, impulsada por su gobierno, para que los ciudadanos compartan sus propios recursos; Carlos Aloc¨¦n, responsable del proyecto de tarjeta ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza; Antonin Leonard, fundador de Ouishare, la versi¨®n francesa de Shareable, y Malena Fabregat, una de las mayores expertas europeas de vinos naturales y ecol¨®gicos.
Las conclusiones de lo hablado en el evento, tanto sobre como fuera del escenario pueden resumirse en un esquema de tres puntos que define aquello que podemos denominar la nueva econom¨ªa. Una econom¨ªa que se caracteriza por poner el centro en la gente, compartir recursos, consumir y producir de otra manera, distribuir riqueza y oportunidades y sobre todo, pasar a la acci¨®n.
Los tres puntos del esquema son los siguientes:
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Sharing economy o econom¨ªa colaborativa. El cambio cultural: No necesitamos tener cosas. Necesitamos usarlas pero no necesariamente poseerlas, ya que podemos compartirlas.
Uno de los ejemplos m¨¢s simples, es el que utiliza Matt Scales: No necesitas un taladro, necesitas un agujero en la pared. Yo ya me compr¨¦ un taladro en su d¨ªa y lo comparto con mi comunidad, y los miembros de mi comunidad comparten a su vez lo que poseen, desde su segunda bici, un pedazo de tierra de su jard¨ªn o la aspiradora.
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Econom¨ªa directa. Negocios a escala humana: El descenso de la escala ¨®ptima de producci¨®n, el gran alcance que nos da Internet a la hora de encontrar tanto proveedores como clientes y el crecimiento del software y el hardware libres, permiten que grupos muy reducidos de personas utilicen su conocimiento (tambi¨¦n enriquecido con el aumento del procom¨²n) para crear negocios rentables con recursos de partida m¨ªnimos.
Como ejemplo, Gorka Julio, de la cooperativa Talaios, subi¨® al escenario para probar en vivo un transmisor de audio v¨ªa wifi o radio, desarrollado a partir de hardware abierto y software libre. Este dispositivo permitir¨ªa transmitir las traducciones simult¨¢neas en cualquier evento, reduciendo la log¨ªstica y costes de organizaci¨®n.
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Producci¨®n P2P: Partiendo del procom¨²n inmaterial libre y gratuito (libertad de acceso, uso y transformaci¨®n, incluida la que es aprovechada comercialmente), los curr¨ªculos (hoy d¨ªa casi inservibles) de la Formaci¨®n Profesional y la experiencia desaprovechada de muchos profesionales, se puede crear otro tipo de industria, de peque?a escala, que utilice recursos compartidos (m¨¢quinas, espacios) y que produzca objetos industriales para las necesidades del entorno cercano, desde piezas de recambio a muebles de dise?o personalizado, pasando por el mundo de la moda, la decoraci¨®n e incluso la automoci¨®n.
El primer entrevistado, Juan Urrutia nos habl¨® sobre las tesis contenidas en su libro ?El capitalismo que viene?, publicado por primera vez en 2003. Urrutia nos explic¨® c¨®mo la extensi¨®n de Internet y el conocimiento cedido al dominio p¨²blico y accesible globalmente gracias a esa misma tecnolog¨ªa, habr¨ªan de permitir la ?disipaci¨®n de rentas?, o lo que es lo mismo, la eliminaci¨®n de los monopolios y las rentas derivadas del tama?o, la posici¨®n o las concesiones estatales. Si esto no ha ocurrido, afirma Urrutia, es porque las sucesivas regulaciones se empe?an en beneficiar a los mismos monopolios de siempre (como ejemplo, las el¨¦ctricas) poniendo trabas a la producci¨®n distribuida a peque?a escala.
El economista tambi¨¦n nos habl¨® de su concepto ?la l¨®gica de la abundancia?, el fen¨®meno que aparece cuando la estructura de producci¨®n y costes vuelve innecesario dirimir colectivamente -v¨ªa mercado o decisi¨®n autoritaria o democr¨¢tica- qu¨¦ se produce y qu¨¦ no.
El segundo en ser invitado al sill¨®n de los entrevistados fue Neal Gorenflo, de Shareable, que se dedica a asesorar a instituciones y administraciones p¨²blicas, as¨ª como a localizar y analizar casos de ¨¦xito en iniciativas empresariales colaborativas.
Su opini¨®n sobre los casos m¨¢s sonados y que han ocupado los peri¨®dicos los ¨²ltimos meses (hablamos de BlaBlaCar, Airbnb o Uber) no es demasiado favorable. Seg¨²n ¨¦l, se parecen demasiado a las grandes corporaciones de toda la vida y los problemas regulatorios que traen consigo son evidentes. La econom¨ªa colaborativa, su propio nombre lo dice, ha de ser cosa de todos.
?Propiedad, gesti¨®n y trabajadores estaban separados. En este nuevo mundo se juntan en uno, esas esferas se aproximan, y eso es lo que le pregunto al p¨²blico, todos podemos ser parte de esta voz colectiva para decir: Esa no es la econom¨ªa colaborativa que queremos, esta es la econom¨ªa colaborativa que queremos.?
Carlos Aloc¨¦n y Matt Scales aportaron la visi¨®n de las administraciones p¨²blicas, siempre necesaria. Ambos son grandes defensores de la implicaci¨®n de los gobiernos a la hora de facilitar el desarrollo de esta nueva econom¨ªa y de actuar de garantes de la misma.
Y es que la nueva cultura del compartir ahorra recursos tanto personales como municipales, regionales o estatales; la econom¨ªa directa y la producci¨®n P2P, crean riqueza y abren la puerta para librar a las administraciones de la captura a la que les someten las grandes empresas, que presionan a los gobiernos con llevarse las f¨¢bricas a otra parte si no obtienen nuevos beneficios.
Aunque a¨²n quedan muchas preguntas sin responder, son muchas menos que hace dos semanas. Y sobre todo, despu¨¦s de este encuentro, qued¨® una cosa clara: la nueva econom¨ªa est¨¢ aqu¨ª y es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Como dijo Neal Gorenflo: Share or die (comparte o muere). Y como dijo Juan Urrutia: Cambia o muere.
Fotograf¨ªa de apertura: ¡°M¨¢s all¨¢ de la sharing economy¡±, Gij¨®n, 9 y 10 de octubre (c) Manuel Garc¨ªa Postigo
Fotograf¨ªa 2: Juan Urrutia y David de Ugarte (c) Manuel Garc¨ªa Postigo
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