Est¨ªmulos urgentes
Draghi sugiere que se tomar¨¢n nuevas medidas monetarias. Pero es necesaria otra pol¨ªtica fiscal
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) insisti¨® ayer en que la instituci¨®n adoptar¨¢ ¡°nuevas medidas¡± monetarias si persiste el riesgo de que la inflaci¨®n siga al borde mismo de la deflaci¨®n. Lo hizo con un matiz de urgencia suficiente para sugerir que el banco ya est¨¢ preparando dichas medidas, que no podr¨¢n ser otras que adquirir deuda p¨²blica, adem¨¢s de bajar las exigencias en la adquisici¨®n de titulaciones de deuda y bonos garantizados. Como era previsible, los mercados reaccionaron al alza. La segunda parte del mensaje, la unanimidad del consejo para concretar estas medidas, es m¨¢s discutible. Debe interpretarse como una renuncia de la facci¨®n m¨¢s ortodoxa a detonar un conflicto por esta causa; porque es evidente, incluso para el Bundesbank, que la zona euro est¨¢ amenazada por una fase de recesi¨®n m¨¢s deflaci¨®n de la que costar¨ªa lustros salir.
Es significativo que el discurso de Draghi, un pasito m¨¢s hacia el final esperado (una f¨®rmula fuerte de quantitative easing), coincidiera ayer con la recomendaci¨®n del secretario general de la OCDE, Jos¨¦ ?ngel Gurr¨ªa, de poner en marcha de forma urgente la compra de deuda. Gurr¨ªa, como antes el FMI, advierte alarmado que la econom¨ªa mundial est¨¢ gravemente lastrada por el crecimiento europeo; y ¨¦ste, a su vez, sigue asfixiado por una pol¨ªtica absoluta de restricciones presupuestarias que muchos califican ya de neur¨®tico-obsesiva.
Editoriales anteriores
Europa sigue siendo el enfermo de la econom¨ªa mundial y se multiplican las presiones para cambiar de una vez para siempre el tratamiento farmacol¨®gico. No hay recetas m¨¢gicas ni eficaces al 100%, pero existe un amplio consenso al menos en dos puntos: que los ajustes presupuestarios para reducir el d¨¦ficit y la deuda son contraproducentes ¡ªsobre todo, porque en buena parte de Europa han fracasado¡ª y que corre cierta prisa cambiar de terapia.
La m¨¢s coherente con las amenazas presentes ser¨ªa dejar que el BCE llegue al m¨¢ximo de su capacidad de est¨ªmulo monetario y, como dijo Gurr¨ªa, ¡°ralentizar el ajuste fiscal¡±. No se trata de suspender s¨²bitamente el control del d¨¦ficit, sino de coordinar una pol¨ªtica fiscal que relaje la exigencia de austeridad a ultranza en aquellos pa¨ªses que est¨¢n en condiciones de crecer. Una parte de las econom¨ªas del euro necesitan pol¨ªticas de est¨ªmulo de la demanda; y esas pol¨ªticas requieren m¨¢s inversi¨®n p¨²blica. Por cierto, m¨¢s incluso que los 300.000 millones en tres a?os que lleva prometiendo Bruselas casi desde que empez¨® la crisis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.