Presupuestos con luces de bohemia
El Gobierno pregona la recuperaci¨®n, cuando todos los datos indican un creciente empobrecimiento de la poblaci¨®n
?ltimamente el gobierno se pasea muy a menudo por el callej¨®n del gato (aquel en el que los personajes de la novela de Valle-Incl¨¢n, se reflejaban en espejos c¨®ncavos). Sus im¨¢genes deformadas sobre la situaci¨®n que vivimos no dejan lugar a dudas; todo es demasiado esperp¨¦ntico. La semana pasada, informes de distintas ONG ofrecieron una bofetada de realidad que quebr¨® los espejos en los que se refleja el Gobierno cual personaje valleinclaniano. Los datos de paro registrado en octubre arrojan cifras insoportables: m¨¢s de 4,5 millones de personas no tienen empleo; Espa?a ocupa el vergonzoso segundo puesto en desigualdad en Europa despu¨¦s de Letonia; 2,7 millones de menores viven en pobreza en nuestro pa¨ªs. Y, a pesar de todo ello, el Gobierno repite cual mantra que estos son los ¡°presupuestos de la consolidaci¨®n de la recuperaci¨®n¡±. Lo dicho: esperp¨¦ntico.
El excelente informe de la Fundaci¨®n Foessa presenta una realidad que no habla de recuperaci¨®n sino de empobrecimiento y exclusi¨®n. Sus datos no dejan lugar a dudas: el 25% de la poblaci¨®n espa?ola se encuentra en situaci¨®n de exclusi¨®n; cinco millones de personas sufren exclusi¨®n severa. Tener un trabajo ya no significa tener cubiertas las necesidades b¨¢sicas: la pobreza laboral afecta al 15% de los y las trabajadoras; los salarios son tan ¨ªnfimos que son insuficientes.
Esta situaci¨®n contrasta con las cifras de concentraci¨®n de la riqueza que nos ofrece el estudio Iguales de Oxfam Interm¨®n en el que se denuncia que en Espa?a ¡°tres individuos acumulan una riqueza que duplica con creces la del 20% m¨¢s pobre de la poblaci¨®n¡±. Una realidad que se sit¨²a en un contexto mundial que, lamentablemente, no es muy diferente: las 85 personas m¨¢s ricas del planeta ganan medio mill¨®n de euros por minuto.
Los discursos imperantes contin¨²an defendiendo el crecimiento econ¨®mico como soluci¨®n a los problemas de pobreza y desigualdad sin percatarse de que el crecimiento no garantiza el desarrollo; pero, sobre todo, que crecer sin tener en cuenta los l¨ªmites del planeta nos lleva a un callej¨®n sin salida. El pasado mes de agosto el mundo ya hab¨ªa consumido su capital natural para 2014. Seguir defendiendo un crecimiento sin l¨ªmites que no respete los derechos humanos y no proteja los recursos del planeta es insostenible. Es una hu¨ªda hacia delante de la que cada vez se benefician un n¨²mero m¨¢s reducido de personas y a costa de atentar contra los derechos m¨¢s b¨¢sicos de la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n
Qu¨¦ nos espera en 2015
Y mientras asistimos a esta ¡°comedia b¨¢rbara¡±, el pseudo debate sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2015 contin¨²a su curso. Montoro asegura que estos son los ¡°presupuestos de una nueva etapa esperanzadora¡±. Seguramente necesite afinar bastante su an¨¢lisis porque al estudiarlos con detalle, esperanza, la verdad, se ve poca. Con una deuda p¨²blica que supera por primera vez el 100% del PIB, el pago de los intereses se lleva un 10,2% del total de los presupuestos; o lo que es lo mismo: casi 100 millones diarios. Tal volumen hace que los fondos destinados a pol¨ªticas sociales ¡ªya muy debilitadas en los ¨²ltimos a?os¡ª queden pr¨¢cticamente congelados.
Si se analizan con lupa algunas partidas, se ve con nitidez cu¨¢les son las prioridades. La I+D militar aumenta con respecto a 2014 un 43,5%, lo que supone pasar de 507 a 727 millones de euros. El Ministerio de Defensa, a trav¨¦s del de Industria, contar¨¢ con 563 millones solo para desarrollar un submarino, helic¨®pteros, dos buques y un avi¨®n de transporte militar. En contraposici¨®n, la partida para ayuda humanitaria contar¨¢ con 16,8 millones para todas las emergencias que surjan a lo largo del a?o. Estas cifras llaman profundamente la atenci¨®n en un contexto internacional con m¨¢s de 30 conflictos armados y un creciente n¨²mero de desastres naturales, especialmente ahora que Espa?a acaba de estrenar su asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Y sobre todo cuando el ¨¦bola ha dejado de ser un virus que afecta a determinados pa¨ªses africanos para convertirse en un problema de salud p¨²blica mundial.
Mientras se incrementa el presupuesto militar (que, por cierto, cada agosto ve aumentar su importe por la puerta de atr¨¢s y por decreto), se debilitan m¨¢s y m¨¢s las pol¨ªticas sociales. No parece que sean ¡°presupuestos esperanzadores¡±, como defiende el Ministro de Econom¨ªa.
Hay salidas en el callej¨®n
El informe de la Relatora Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos,?Magdalena Sep¨²lveda Carmona, denuncia que un gobierno que no destina el m¨¢ximo de los recursos disponibles para garantizar los derechos econ¨®micos, sociales y culturales puede caer en una violaci¨®n de los derechos humanos. Cabr¨ªa preguntarse si el gobierno espa?ol est¨¢ destinando en sus presupuestos para 2015 el m¨¢ximo de recursos para la protecci¨®n de esos derechos.
Seg¨²n informes del sindicato de t¨¦cnicos de hacienda (Gestha), el Estado espa?ol pierde 90.000 euros al a?o debido al fraude fiscal, una pr¨¢ctica realizada en un 72% por grandes empresas y fortunas. Si se aplicaran pol¨ªticas de recaudaci¨®n y redistribuci¨®n justas, con ese dinero podr¨ªan garantizarse los derechos de las personas. Si, adem¨¢s, se priorizaran pol¨ªticas que protegen a las personas frente a medidas que salvaguardan a los mercados, la protecci¨®n que el Estado debe a su ciudadan¨ªa podr¨ªa empezar a fortalecerse.
El coste social de la corrupci¨®n ha alcanzado niveles aberrantes. Un estudio de la Universidad de las Palmas, basado en un an¨¢lisis sobre el impacto que la corrupci¨®n tiene sobre la calidad de la vida de las personas, demuestra que ese coste asciende a 40.000 millones de euros anuales. ?Se imaginan cu¨¢ntas pol¨ªticas sociales podr¨ªan garantizarse con ese dinero si hubiera voluntad pol¨ªtica para aplicarlas?
El modelo de desarrollo actual es insostenible. Los niveles de desigualdad entre la minor¨ªa rica y la inmensa mayor¨ªa empobrecida son absolutamente indecentes. Como dec¨ªa Max, el personaje de Luces de Bohemia, debemos ¡°deformar la expresi¨®n en el mismo espejo que nos deforma las caras¡± y modificar un sistema que condena a millones de personas a la pobreza. Urgen cambios estructurales que ataquen las causas de la pobreza y eso pasa necesariamente por cambios radicales en las pol¨ªticas fiscales, comerciales, econ¨®micas, sociales¡ en todos los rincones del planeta. Pero urge, sobre todo, voluntad pol¨ªtica real para llevar a la pr¨¢ctica esos cambios y garantizar pol¨ªticas redistributivas justas. Los PGE15 deber¨ªan apuntar hacia esa direcci¨®n y proveer, tal como Naciones Unidas exige, recursos suficientes para garantizar los derechos de las personas. Solo as¨ª podremos empezar a salir del callej¨®n.
Mercedes Ruiz-Gim¨¦nez Aguilar es presidenta de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo - Espa?a.
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