Libres sobre un Muro

Para muchos j¨®venes europeos el Muro de Berl¨ªn es algo borroso que est¨¢ en los libros de Historia. Sin embargo, hace solo 25 a?os Europa asist¨ªa at¨®nita y emocionada a la escena de cientos de personas encaramadas en lo alto de un odioso pared¨®n que simbolizaba la divisi¨®n del continente y la opresi¨®n, durante d¨¦cadas, de las ansias de libertad de numerosos pa¨ªses del Este.

La democracia nunca debe darse por descontada. Lo saben bien millones de europeos del Este que vivieron un 1989 entre la esperanza del final de un atroz sistema dictatorial y el temor a que se repitieran las escenas de 1956 en Hungr¨ªa o 1968 en Checoslovaquia, cuando los tanques sovi¨¦ticos aplastaron manifestaciones populares que reclamaban libertad. No fue as¨ª. Los europeos de entonces vieron c¨®mo, finalmente, se pasaba una p¨¢gina de la historia; que el tel¨®n de acero del que habl¨® Churchill ca¨ªa para siempre y que Alemania y Europa se preparaban para vivir una nueva era.

Se puede hacer balance de estos 25 a?os desde muchos puntos de vista. Como en toda historia humana, en el periodo recorrido hay luces y sombras, ¨¦xitos y fracasos. Pero quedan algunas verdades irrebatibles: Alemania del Este se integr¨® en la Rep¨²blica Federal y recuper¨® la democracia, como el resto de naciones sometidas a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que a su vez tambi¨¦n desapareci¨® para dar paso a una Rusia y otros pa¨ªses ya libres o en la dif¨ªcil senda de la construcci¨®n democr¨¢tica.

Tras un siglo como el pasado, marcado por la muerte y la destrucci¨®n ¡ªhace precisamente 100 a?os comenz¨® la I Guerra Mundial¡ª, la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn sirve de inspiraci¨®n sobre la democracia y el proyecto europeo como garant¨ªa de paz. Esa gran historia de ¨¦xito llamada Uni¨®n Europea ¡ªque no pasa ahora por un momento de esplendor¡ª la han forjado tambi¨¦n ciudadanos finalmente libres en lo alto de ese Muro.