Lea T, una transexual que rompe moldes como imagen de belleza
La modelo brasile?a ser¨¢ desde el pr¨®ximo enero el rostro de la l¨ªnea de productos capilares Chromatics de Redken
Sigue siendo dif¨ªcil escapar de la dictadura impuesta por siglos de tradici¨®n sobre la diferencia de g¨¦neros. Bien lo saben las madres que tratan de huir del rosa y el azul con los que el mundo del consumo sigue etiquetando a ni?os y ni?as en sociedades supuestamente progresistas. En el mundo de la alta costura, en cambio, hace a?os que hay indicios de cambio. La llegada de diferentes modelos transexuales como Andreja Pejic o Conchita Wurst al mundo de las pasarelas y las revistas de moda obliga a cuestionarse tanto los c¨¢nones de belleza como los de g¨¦nero. Y aunque hay quien afirma que simplemente es una maniobra de las marcas para llamar la atenci¨®n sobre sus productos y vender m¨¢s, lo cierto es que para los transexuales desfilar en Mil¨¢n o llegar a la portada de Vogue es un empuj¨®n importante hacia la aceptaci¨®n social.
En esa carrera hecha de peque?os pasos hacia la tolerancia ajena, la semana pasada se avanz¨® un poquito m¨¢s: Lea T, la primera modelo transexual que irrumpi¨® en el mundo de la moda en 2010 a trav¨¦s de una sonada campa?a de Givenchy, ser¨¢ desde el pr¨®ximo enero el rostro de la l¨ªnea de productos capilares Chromatics de Redken. Eso significa que su cara angulosa y su espectacular melena mirar¨¢n directamente a los ojos de las clientas de las peluquer¨ªas de medio mundo puesto que Redken es una multinacional estadounidense que vende sus productos en docenas de pa¨ªses, cientos de miles de supermercados e invierte millones en publicidad.
Es la primera vez que una empresa de las dimensiones de Redken se atreve a poner su marca en manos de una modelo transexual, que tambi¨¦n es una firme defensora y portavoz de los derechos de la comunidad LGBT. Y su historia personal, adem¨¢s, refleja la dif¨ªcil situaci¨®n por la que tienen que atravesar quienes nacen con un sexo diferente al que sienten tener.
Lea T naci¨® siendo Leandro en 1981 en Belo Horizonte, (Brasil) en el seno de una familia muy cat¨®lica y bastante famosa. Su padre es el exjugador brasile?o de f¨²tbol Toninho Cerezo, una celebridad nacional que ha renegado p¨²blicamente de Lea varias veces y que incluso ha llegado a decir que solo tiene tres hijos en lugar de cuatro. ¡°Nunca hemos hablado del tema directamente. No le gusta tocarlo. Cuando nos vemos hablamos de trivialidades¡± confes¨® Lea T en una de sus primeras entrevistas en la revista Vanity Fair Italia. ¡°Cuando era peque?a mi padre me miraba y dec¨ªa que hab¨ªa algo raro en m¨ª. Despu¨¦s todos en la familia empezaron a rezar para que no fuera gay. Hubiera sido el menor de los males para una familia estrictamente religiosa¡±.
A?os despu¨¦s, cuando se dio cuenta de sus inclinaciones sexuales, quiso renegar de ello pero no pudo. Fue Riccardo Tisci, el director creativo de Givenchy, quien ayud¨® a Leandro a convertirse en Lea T anim¨¢ndola a vestirse de mujer ¡°porque sent¨ªa su fuerte feminidad¡±, record¨® en la misma revista. Tras contratarla como asistente, la utiliz¨® como modelo entre bambalinas y cuando decidi¨® lanzar su colecci¨®n de 2010, de corte andr¨®gino, le pidi¨® a Lea T que fuera la percha de su campa?a, convirti¨¦ndola de facto en la primera modelo transexual de una gran firma de moda. La edici¨®n francesa de Vogue, cuando a¨²n estaba dirigida por la atrevida Carine Roitfeld, ayud¨® a catapultarla al estrellato al mostrarla totalmente desnuda en sus p¨¢ginas. Desde entonces no ha dejado de trabajar, besando en la portada de la revista Love a Kate Moss en la boca. Sin embargo, Lea T cree que su transexualidad no la va a hacer plenamente feliz. En 2010 afirmaba: ¡°No me puedo permitir el lujo de enamorarme. La mayor¨ªa de los transexuales que consiguen novio le ocultan su verdadera identidad a sus parejas. Viven en la hipocres¨ªa, que es una variedad de la soledad. Nacemos y crecemos solos. Despu¨¦s de la operaci¨®n volvemos a nacer. Pero solos otra vez. Y morimos solos. Es el precio que tenemos que pagar¡±.
Recientemente una encuesta realizada en Estados Unidos por el Centro Nacional para la Igualdad de los Transg¨¦nero afirmaba que la mitad de los encuestados hab¨ªan intentado suicidarse al menos una vez, mientras que muchos de ellos se declaraban v¨ªctimas de violencia hom¨®foba. Que el rostro de Lea T se convierta en un icono de belleza puede que ayude, aunque s¨®lo sea un poquito, a cambiar esa situaci¨®n.
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